Como todo buen estudiante de colegio inglés practicaba rugby, deporte que le dejó una serie de marcas en su vida. Por ahora, no puede hacer ejercicio y debe cuidarse más de la cuenta porque lo operaron de una hernia, consecuencia de este violento deporte.
Además, el rugby le costó la visión de su ojo izquierdo y de paso, le generó una relación de amor y odio con su nariz, quebrada un sinnúmero de veces. Aún así, desistió de una operación para arreglársela. Es positivo y no lo considera como un fracaso, de hecho decidió auto convencerse de que le daba un toque atractivo.
-¿Te preocupa tu imagen pública?
“Sí, claro, tengo un nivel de pretensión más alto de lo que tiene una persona normal, pero más bajo del que tiene el común de los animadores”.
-¿Llegaste a eso concientemente o siempre has sido pretencioso?
“Conciente, lo que pasa es que priorizo mal, prefiero comer que cuidarme. Ahora estoy haciendo ejercicio y soy más consecuente con lo que quiero ser: comunicador, no sólo animador, si no también entrevistar, cantar, bailar, aplicar lo que aprendí de chico y que dejé botado, como el teclado”.
Era un verdadero torbellino de niño, tanto así que su madre decidió que descargara sus energías en talleres de todo tipo. Ahora, más tranquilo, pretende sacarle provecho a las actividades que tanto odiaba en el pasado: “Yo era tan hiperkinético que me metían a clases para que llegara cansado a la casa y no molestara a mi mamá. Ahora quiero retomar las cosas que antes eran terapéuticas para hacerlas por gusto. Tenía condiciones y me gustaba y ahora sería un plus, el conductor ideal es el integral y que además meta actualidad y humor”.
-¿Te han acosado las mujeres?
“¡Menos de lo que hubiese querido! (ríe). No soy canchero, soy más bien un tipo simpaticón. Debo tener cierto ángel para estar en la tele, hay miles que son más buen mozo y canchero que yo”.
-Más buen mozo, o sea, ¿te consideras buen mozo?
“Más que eso me encuentro atractivo y creo que soy un poco gusto de vieja” (ríe).
La contradictoria relación de amor y odio con su nariz se despejó a los18 años, cuando su mamá lo llevó a un doctor para que se la operara. Lo obligó a dejar el deporte ya que, además había perdido un ojo jugando. “Por el ojo izquierdo no veo nada, más encima estaba tuerto y mi mamá ya odiaba el rugby, decía que era una estupidez, que no jugara más. El doctor me mostró una foto de narices operadas y eran 25 narices iguales, yo no quería que me la cambiaran por una respigada y chica, yo no tengo la cara para eso y no me la operé. Desde entonces partí un trabajo psicológico, que mi nariz era lo más atractivo que tenía”, explica.
Tanto así que le pregunta todos los días a su mujer si le gusta y ella tiene que responder que sí, que le da un toque varonil y “ando buscando a actores que sean bien narigones y digo que son atractivos, que no son buenos mozos pero tienen algo. No me considero buen mozo, un tipo que se dan vuelta en la calle a mirar, como Camiroaga que es un tipo con facciones bonitas, yo tengo cara de hombre, siempre me preocupo de no ser un rubio desabrido”.
-¿Cómo te marca el fracaso?
“Siempre lo trato de dar vuelta y es complicado. Soy un tipo positivo, de esos que dicen ¡soy feliz! Hice mi apuesta al vivir de la TV y todos me criticaron y eso fue como un fracaso, pero Dios me encausó. Me duele más el fracaso emocional que el profesional. Hay problemas más importantes que la pega, es linda y todo pero nada es tan importante”.
Su lado terrenal se manifiesta en su obsesión por decorar su nueva casa: “pierdo horas buscando cosas en internet, me compro libros y revistas, me doy las pajas de leer cómo se pinta”.
En tanto, su faceta espiritual tiene que ver con la búsqueda del equilibrio: “la felicidad tiene que ver con el fin de la ansiedad, yo soy un tipo feliz, me río todo el día, no vivo angustiado, tampoco he tenido grandes…o sea, cuando perdí la visión del ojo tampoco me importó tanto, ni cuando me quebré la nariz, me dije mala cueva no más. He tenido suerte dentro de todo en la vida, hago lo que me gusta y eso no lo hace casi nadie en el mundo. Mi búsqueda va mas allá de encontrar la felicidad si no que de parar la ansiedad para llegar al equilibrio, porque soy un tipo ansioso, me fumo una cajetilla diaria, tomo café como loco…”
-¿Eres pudoroso?
“Respeto la sexualidad de mis pares. No es mi perfil y he rechazado ene programas en estos ocho años por eso y he salido herido varias veces”.
-¿Y romántico?
“Sí, el día del aniversario le mandé flores a mi mujer. Creo que el romanticismo tiene que ver mucho con el intelecto, no solamente lo que sale del corazón, si no que hay que buscarlo, intelectualizarlo y racionalizarlo”.
-¿Trapero?
“Pasé una época, ahora abuso cuando me compran, pero no voy a malls ni nada porque me asfixio y a mi mujer le carga. Colecciono gorros y jockeys de mi abuelo o que voy comprando y juntando, los cuelgo en una pieza”.
-¿Música favorita?
“En mi casa debe haber miles de CD´s pero yo no he comprado ni uno, son de mi mujer. Tengo gustos medios freak, me gusta la música italiana antigua como Claudio Baglione, la música de los ‘70 como Dean Martin y REM, o Roberto Carlos. De los chilenos me gustan los Petinellis y me encanta Ángel Parra trío, hasta tocaron en mi matrimonio, en vez del vals, llegaron de sorpresa”.
-¿Lees?
“Ahora menos que antes, lo primero que hago en el día es leer los diarios de internet. El último libro que leí fue “El Zanjón de la Aguada” de Lemebel, pero me aburrí al tiro”.
-¿A qué hora te levantas para hacer tantas cosas?
“A las siete y me acuesto a las 12, duermo poco. Pero me las arreglo, en el fondo como que “gerenceo” ciertas cosas, a la productora voy a sólo a las reuniones y en la radio hago menos pega que antes”.
-¿Signo?
“Tauro”.
-¿Cuál es tu especialidad en la cocina?
“Soy bien sibarita. Me gusta el picoteo, hago pisco sour, crudo, cebiche, antipastas y soy un experto barrillero”.
-¿Asiduo gourmet?
“Es mi hobby”.
-¿Eres de muchos amigos?
“Sí, de hartos conocidos y hartos amigos del colegio, de la universidad y de la televisión. En mi matrimonio había harta mezcla, desde Sergio Lagos, el Rumpy, hasta abogados y un amigo cura. No soy rígido, soy libre pensador y acepto diferencias”.
-¿Vicio privado?
“Comer y los placeres intramatrimoniales” (con tono pudoroso).
