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“La verdad es que yo ya vengo de vuelta”

A sus 50 años representa mucho menos que lo que sus blancas canas muestran. Dice estar operado de las teleseries y cree firmemente que su objetivo hoy es ser feliz cerca de sus hijos.

28 de Junio de 2005 | 09:13 |
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No puede dejar de levantar la ceja, mirar con cara de coqueto y sonreír con amplitud. El personaje de galán que lo ha perseguido toda su vida, lo acompaña siempre y uno no sabe cuánto de eso le es totalmente natural y cuánto, estudiado.

Hoy, aunque está retirado del mundo de las teleseries, vuelve a colarse en la pantalla –pero ahora de cine- interpretando al padre de una hija plagiada en “Secuestro”, la primera película del escritor chileno Gonzalo Lira.

Fernando Kliche se ve contento y relajado, como si no tuviera nada que perder. Y algo de eso hay. A los 50 años, sus cartas están echadas por otros derroteros: mantener contacto con sus seis hijos, criar al menor de solo un año y medio, y “no pasar por esta vida” sin sentir que valió la pena.

Sus anteriores apariciones en el celuloide no fueron experiencias exitosas a diferencia de varias de las diecisiete teleseries chilenas en las que actuó, como “Marrón Glacé”. Estuvo en la cinta uruguaya “El Viñedo”, luego en la película “Punto rojo” de Alberto Daiber y “Todo por nada” de Alfredo Lamadrid. “Secuestro” es su primer protagónico.

-¿Qué se siente con el primer protagónico?
“Es lo mismo que hacer otra escena donde no eres el protagonista. La diferencia es que trabajas más, el compromiso es mayor porque de alguna manera uno lleva la línea de la obra. Es importante para un actor hacer el protagónico, pero más importante es tratar de hacerlo bien”.

-¿Pero, tiene un riesgo?
“Ok, esto es un trabajo y yo vivo de esto y todos queremos que nos vaya bien. Para que eso ocurra, tienes que demostrar que lo sabes hacer, lo puedes hacer y bien. Y para que eso suceda, tienes que tener la oportunidad, sin ella, no existe nada. Después de 30 años en esta profesión algo debo haber aprendido; es una gran oportunidad y uno toma el riesgo. Los riesgos de esta película son muchos: el concepto hollywoodense, la inversión hecha y las expectativas del personaje”.

-¿Es verdad que un actor no se puede morir sin hacer cine?
“El actor no se puede morir sin haber vivido como actor. Hay mucha gente que vive y muy bien, y no es actor; son meras figuras del espectáculo o negociantes de él. Creo que el actor tiene que vivir como actor, sentir que está ganándose la plata decentemente como actor”.

-¿No es, acaso, el broche de la carrera?
“Creo que no, el cine es un fenómeno masivo donde, por excelencia, se ve más grande el ego, se ve mejor y arriesgas más porque se ven más los defectos. Todos los actores tienen ego y saben qué es lo que pueden hacer mejor o peor.
“El cine es un mecanismo de exposición, pero a mí lo que más me gusta es pararme arriba de un escenario y hablarle a la gente.

Aunque empezó a actuar cuando tenía sólo 7 años, su primer trabajo profesional en televisión lo concretó en 1981 con un papel en la teleserie “Casagrande”.

De profesión veterinario –que por cierto, ejerció varios años en Inglaterra- asegura que todas las personas son actores y que él se formó más que en el oficio del teatro, en el oficio de la vida. “Todos tenemos una cara, que es con la que nos subimos al escenario de la vida”, asegura.

Las canas blancas que heredó de su padre son su sello. Una sola vez se las tiñó para cumplir con un contrato. “No ando por la vida de personaje”, sentencia.

-¿En qué etapa de tu vida te pilla este protagónico?
“Una especial, si me hubiera tomado antes, me habría amargado mucho. Ahora no”.

-¿Y eso por qué? ¿Estás más maduro?
“Mira, más allá de la gran ambición de que a esta película le vaya bien, lo importante en la vida está en otro lado. Hay cosas que ya no me mueven el piso. La felicidad está con mis hijos, en disfrutar la vida. Es cierto que se requiere una holgura económica y eso la consigues trabajando y cobrando bien por lo que haces.
“Obviamente necesito estar inmerso en el sistema, pero, la verdad es que yo ya vengo de vuelta. Modestamente, me podrías decir que podría trabajar en Hollywood porque tengo facha de galán, pero si no trabajo ahí, me da lo mismo. ¿Qué es Hollywood? La meca del cine ¿y?, te vas a pasar tu vida en eso, ni loco”.

-¿Esto es lo que querías como actor?
“No sé, hay que tratar de vivir con los pies en la tierra. Te podría nombrar una serie de grandes actores que nadie conoce porque no son taquilla como Walter Chiari del neorrealismo italiano. Él era un excelente actor, pero tenía otra concepción de la vida y te puedo asegurar que nunca le importó no ser conocido ni figurar en Hollywood”.

-¿Qué es el éxito, entonces, para ti?
“Uno tiene que tratar de conseguir cierto éxito no solamente en lo que haces, si no en cómo lo haces y para qué. El éxito, con mayúsculas, es una concepción muy subjetiva y personal. Para mí, no depende de si hago una película en Hollywood y si eso es el éxito en mi vida… no me interesa.
“El éxito tiene que ir de la mano de varias cosas que llenan tu destino”.

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