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“Ser actor no es lo que más me mata… me deja corto”

Disléxico de chico, hoy goza con las letras y la cocina, su verdadera gran pasión. La actuación lo llena más por el lado de la producción teatral.

26 de Julio de 2005 | 10:09 |
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Sencillo, simpático y muy divertido es el actor Felipe Braun. Nada de poses o acentos de divo. Guapo como siempre, tiene el pelo muy corto, viste un sweater de cuello subido entre rojo y granate, jeans, zapatillas de lona y chaqueta de cuero.

Llega un poco atrasado, porque en estos días su vida se ha vuelto bastante vertiginosa, entre el lanzamiento de la segunda película en que actúa – “Mi mejor enemigo”-, el teatro que tiene con Luciano Cruz Coke y los múltiples proyectos, corre todo el día.

Se ve un poco cansado, pero no pierde el buen humor y la risa le aflora fácil, gesticula bastante y su cara es muy expresiva. De su vida privada no habla, porque no le interesa que los demás sepan pormenores; sólo se ríe cuando se le recuerdan las varias actrices que han sido sus parejas (Amparo Noguera, Sigrid Alegría, María Elena Swett) y, con cara de niño bueno dice: “Soy un gallo joven y vivo la vida como cualquier persona, no más. Lo que pasa es que soy público”.

Nació el 3 de diciembre de 1970 en México, “tengo 34 primaveritas”, y su hermano en Colombia, porque sus padres viajaban constantemente por trabajo. Estudió casi toda su vida en el colegio “Marshall”…

-¡Ah, eras muy bueno!
“Aunque no creai era bastante bueno, pero tenía dislexia y el Marshall tenía especial cuidado con la gente con problemas de aprendizaje, por eso llegaban todos los malos, porque los desconcentrados y con problemas se convierten todos en unos pérfidos, porque desemboca en problemas de atención y muchas otras cosas. No te cuadra igual que al resto”.

-¿Y antes del Marshall?
“En el “Andreé English School”, en La Reina. Fue mi tortura, porque para un disléxico es muy difícil el cuento del inglés, bueno, de los idiomas en general. Hice crisis y mi mamá me sacó.
“Tenía que preguntar en inglés si podía ir al baño y no me resultaba nunca, me tupía y un día…me meé poh. Mi mamá dijo ¡No, basta, pa’ fuera! y me hizo un favor enorme, para el resto de mi vida”.

-¡Qué buena mamá!
“Es súper chora mamá en ese sentido, es como cero enrollada, siempre fue… bueno, tiene sus cosas, como toda mamá”.

-¿Alguna relación entre la dislexia y el haber querido ser actor?
“Es raro, porque como disléxico obviamente tenía problemas con todo lo que haya que leer y escribir, la ortografía hasta el día de hoy la tengo bastante mala; pero en matemáticas tenía promedio 6,9; tenía una cabeza súper matemática y cero humanista. Salí del colegio y quería estudiar matemáticas, después caché que era lo que hace el matemático –no sé, era como me veía, no más-, y lo encontré fome.
“Me gustaba mucho ir al teatro y al cine, pero tampoco pensé en ser actor. Por ahí, por circunstancias en la vida, fui a ver “La Negra Ester” y me decidí a probar si podía serlo”.

-¿Recién salido del colegio?
“Estudiaba publicidad en ese momento y me metí a un taller con Bastián Bodenhofer; estuve muy poco, porque estaba estudiando; tampoco pude probarme, porque nunca actué, sólo hice algunos ejercicios de actuación.
“Un día pensé que la vida del actor era ideal, pensaba más en la producción que en la actuación, porque uno trabaja para hacer lo que quiere. Por ejemplo, si digo quiero montar esta obra en Europa, trabajo para ello y lo logro. Es una profesión que tiene mucho campo, restringido al teatro, pero lo tiene. Como que no tenía límites y por eso me decidí. Así de simple”.

-¿Y partiste a la escuela de Gustavo Meza?
“La primera vez que actué de verdad fue cuando di el examen y me fue bien. Debuté en televisión con “Rompe corazón”, en pleno furor de la selección Sub 17, habían algunos futbolistas que actuaban y hasta el día de hoy soy amigo de ellos”.

-Pero el papel que te lanzó “al estrellato” fue el gay de “Machos”¿o no?
“Pero era más protagónico también. Fue un cambio súper fuerte en nuestras carreras para todos los que estuvimos ahí, que formamos parte del grupo de “Machos”, más allá de los actores”.

- Llevabas nueve años de papeles secundarios…
“Hice muchos, siempre me fue bien, pero tampoco un exitazo, hasta Ariel de “Machos”. Nunca supe que estaba al borde de pegar en algo tan fuerte. Dicen que los fracasos son atroces y deprimentes, pero tampoco sabes cuando vas a pegar un batatazo y en este caso el personaje pegó muy bien, la historia pegó muy bien, a todos los que me rodeaban les fue bien; ¡es una hueá muy rara!”

-¿No te dio susto aceptar un personaje tan detestable como el de “Tentación”?
“No ¿por qué? Tampoco podía rechazarlo porque, fuera de una cosa ética, es muy complicado empezar a manejar los personajes que vienen. Uno no puede decir esto me resulta, así que sigo sólo con esta línea de personajes, más bien los canales, a veces, te dan sólo una línea de roles, porque los haces bien”.

-¿Fue fuerte hacerlo?
“Hacer “Tentación” fue muy entretenido, fue un reto. En “Machos” la pega fue fácil; en cambio, en “Tentación” tuve que preocuparme de cambiar mi carácter, de ser otra persona. El personaje era siniestro y la teleserie muy fuerte, pero buena”.

-¿Ya habías terminado con la Sigrid Alegría en ese tiempo?
“No hablo de mis relaciones, porque uno corre el riesgo que la vida emocional pase a ser más importante que mi trabajo”

-No me refería a eso, si no al hecho de actuar con ella.
“Todas las actrices que están en la teleserie tienen mucha relación de vida conmigo. De hecho la Mariana (Loyola) es amiga mía desde chica y no habíamos trabajado nunca juntos; más encima me toca de pareja; es mucho más fuerte darle un beso a una amiga de toda la vida. Todas las cosas que son distintas es entretenido hacerlas”.

-Te fuiste a España un tiempo ¿para qué?
“Un año, estuve en una escuela que se llama Institut del Teatre (Barcelona) y tomé algunos cursos de dirección, como dirección de actores; no hice la carrera completa, pero sí cosas que tuvieran que ver con dirección.
“Fue un año entretenido porque paré de hacer teleseries, ya había hecho como 8 o 9”.

- Pero te lo tomaste para ir a estudiar, para darte un año sabático, ¿para qué?
“En el cuento de la actuación, ser actor no es lo que más me gusta, no es mi pasión; es una mezcla rara, la palabra que lo define –pero que podría ser malentendida- es la producción, para mí es imaginarme algo y llegar a hacerlo; me di cuenta que un actor no hace eso, sólo agarra un ámbito que es muy pequeño, muy restringido.
“En lo que me diferencio yo de otros actores, de los buenos como Paulina Urrutia y otros, es que ellos en la actuación sienten muchas emociones y son completamente felices. A mí la actuación me deja corto, por eso el teatro “Lastarria” y todos los proyectos que tengo para adelante.
“Cuando me fui, fue porque sentía que no era feliz con mi trabajo, era sólo un intérprete y no lo pasaba bien, no me entretenía, no era suficiente, por lo demás.”

-¿La amistad con Cruz Coke es de siempre?
“No, cuando él estaba con la Aline y yo con la Amparo, ellas eran muy amigas y teníamos que estar mucho juntos; desafortunadamente, porque me caía muy mal, era un cuico insoportable. Cuando terminó con ella se iba a ir a vivir a un apart hotel, solo. Me parecía que no estaba bien para alguien como Luciano; lo llamé, aunque no éramos tan amigos, y lo invité a quedarse en mi casa, que era bien grande. Fue hace mucho tiempo”.

-¡Qué raro invitar a vivir contigo a alguien que no te cae bien!
“Ya no me caía tan mal, en general yo no me peleo con nadie tampoco; lo encontraba distinto a mí, pero no insoportable como al principio. Pero, justamente por su carácter y su forma de ser, me producía una sensación muy fuerte, porque era verlo como débil y eso no era para una persona como él.
“El día que llegó nos compramos una botella de whisky y nos sentamos a tomarla en el living, la clásica de los hombres recién terminados y, la verdad, es que a los dos segundos dejamos de hablar de las parejas y empezamos, ahí mismo, entre el copete, a plantear una cantidad de proyectos que nueve años después son los que estamos haciendo. Esa noche se gestó todo”.

-También tienen un proyecto en carpeta que ya le ofrecieron al 13, ¿de qué se trata?
“Prefiero no quemar las cosas antes que salgan, pero en algo estamos. Tenemos listo el libro, la estamos produciendo, pero no hemos sacado nada al aire; por eso no hemos contado nada. Estamos en un proceso que es muy largo y canal 13 sólo ha mostrado interés, nada más”.

-¿Vas en la próxima teleserie del 13?
“Sí, en la del segundo semestre, en un grupo de protagónicos, pero no soy el protagonista. Tampoco sé mucho de ella, pero creo que el principal lo tiene Diego Muñoz, creo. Hoy tuve una reunión, pero no puedo contar detalles, pero me pareció súper entretenida”.

-Es decir, te pasaste de la buena racha del 7 al repuntar del 13.
“En el tiempo que he hecho teleseries, 14 con ésta, solamente he estado en dos que han perdido, “Juegos de fuego” y “Tentación””.

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