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Un trío que hace camino al andar

Dolores, calambres, síndromes diversos, estrías, afecciones a la rodilla. Muchas son las alteraciones que pueden sufrir nuestras piernas.

15 de Julio de 2005 | 11:48 |
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¿Sabía usted que parte importante de nuestra bipedestación (posición normal del hombre sostenido en sus dos pies) pasa por la extremidad inferior? Las cargas se distribuyen generalmente en forma pareja, pero cuando uno está caminando o haciendo actividad deportiva el 100% de nuestro peso cae sobre la extremidad inferior. Es decir, rodilla, tobillo y pie.

Es por eso que atender las necesidades, lesiones, cuidados y tratamientos de nuestras piernas y todas sus estructuras no es un tema menor. Partiendo por el alineamiento de la extremidad inferior, resulta ser muy importante en la actividad normal del individuo, desde que se levanta y camina, hasta la actividad deportiva que demanda más.


Rodilla: sobreexigida

Dentro de la extremidad inferior cada articulación tiene importancia especial. Pero, como sostiene el doctor David Figueroa, traumatólogo, miembro y secretario del Comité de Rodilla y Artroscopía de la Sociedad Chilena de Ortopedia y Traumatología, y jefe de la especialidad en Clínica Alemana, la rodilla es la articulación más grande y una de las más complejas de nuestro cuerpo y con gran cantidad de ligamentos que la estabilizan. "Si uno sacara todas las estructuras blandas que rodean a la rodilla, veríamos que es una articulación muy inestable. Porque no son articulaciones de encaje, sino que son articulaciones en donde las superficies quedan apoyadas una contra otra".

La rodilla es por tanto un complejo ligamentoso donde participan los meniscos, los ligamentos cruzados, anterior, posterior, medial, lateral, los tendones y los músculos para estabilizar la articulación y darle la acción que tiene.
El buen funcionamiento de la rodilla es básico para permitir la actividad normal y más aún deportiva de la persona, ya que allí es donde se solicitan más las articulaciones. Por esto, los males que afectan esta zona deben ser atendidos a la brevedad por la complejidad de los mismos.

Así, la artrosis es una enfermedad degenerativa articular que puede afectar al cuello, caderas, a la región lumbar, a la rodilla, entre otras. Y en el caso de la rodilla, se puede producir un proceso degenerativo crónico en el que participan distintos factores, como el traumático.

"Si yo he tenido una fractura o una lesión de los ligamentos cruzados, anterior o posterior, tengo más probabilidades por problemas mecánicos de desarrollar una artrosis que un paciente que no la tiene", señala el doctor Figueroa.

Lo lamentable es que los años pesan y la artrosis no deja de ser parte del envejecimiento normal del individuo. "Nos ponemos viejos no sólo por fuera, sino también por dentro. El cartílago se va dañando crónicamente con el peso, el impacto, el ejercicio y con el paso de los años".

Sin embargo, hay artrosis de tipo mecánico que se pueden producir a temprana edad. Las otras son las metabólicas, en las cuales están involucrados factores genéticos importantes. Hay familias que tienen artrosis y eso puede transmitirse de generación en generación.

"La artrosis degenerativa de rodilla por lo general se ve en pacientes de más de 60 años. En jóvenes es más frecuente ver fenómenos mecánicos y metabólicos", indica el traumatólogo.


Lesiones más frecuentes

Los problemas más comunes son aquellos que comprometen los ligamentos y los meniscos. "Es decir, las lesiones meniscales son las que más se ven, las ligamentosas, especialmente la de los ligamentos cruzados posteriores y también fracturas o luxo-fracturas", dice el doctor Figueroa.

Cada una tiene su tratamiento específico. Las lesiones meniscales se han transformado en la cirugía traumatológica más frecuente. "Desde donde se puede sacar lo que está malo, hasta la sutura, y hoy día el reemplazo meniscal por prótesis meniscales o por un injerto de cadáver de menisco".

Sin embargo, muchas son las lesiones que pueden engrosar la lista de problemas a la rodilla. Artritis, tendinitis, esguinces, fractura de rótula, rotura del tendón de Aquiles, derrames en la articulación, entre otras, son también situaciones donde la cirugía puede jugar un rol fundamental. "Lo importante es que las cirugías vayan acompañadas de un programa de rehabilitación. Cuando uno enfrenta a un paciente con lesión de rodilla, meniscal, ligamentosa, articular, etc. uno siempre se plantea como objetivo final el restaurar la actividad pre-lesionar de la persona, es decir, que retome sus funciones normales", comenta el profesional.


Tratamiento

Quienes están más expuestos a sufrirlas son los deportistas activos. Y entre ellos, los esquiadores son quienes más sienten sus consecuencias. Las mujeres también son un grupo que en estos tiempos están más propensas a sufrir problemas, ya que se están incorporando a mayores actividades deportivas. Y no en las tradicionales, sino en algunos deportes menos amistosos, como el fútbol. Algo que parecía impensable hace algunos años.
Aunque los tratamientos son iguales para ambos sexos, en el caso de las mujeres se pueden tomar precauciones estéticas.

En el segmento intermedio, lo que llamamos "pierna" y que comprende tibia-peroné está expuesto esencialmente a fenómenos traumáticos o a fracturas, contusiones , especialmente porque es un segmento de huesos largos.

Asimismo, algunas lesiones de tipo deportivas, tendinitis o fracturas por estrés se pueden dar en deportistas de alto rendimiento.

El tobillo y el pie se ven fundamentalmente expuestos a dos tipos de lesiones. Una de partes duras: luxofracturas o fracturas, que se producen por traumatismos de alta energía en general. Y las lesiones ligamentosas, en especial en el tobillo, llamada esguince de tobillo (que es una lesión ligamentosa, al contrario de lo que comúnmente se piensa, y puede ser parcial total o una distensión), donde para su corrección hoy se tiende a un tratamiento más funcional que el de las lesiones que afectan las articulaciones. Es decir tratar de mantener la actividad, pero inmovilizando sólo el segmento lesionado.

En estos casos, por ejemplo, "hoy se usan mucho más férulas (vendaje de material rígido o semirígido que pueden ser de aluminio para corregir algún miembro), las órtesis (dispositivo ortopédico que reemplaza parcial o totalmente las funciones de un miembro con incapacidad física o invalidez), que los yesos rígidos, para estabilizar, desinflamar, o corregir algún miembro. Se ha visto que el resultado a largo plazo es prácticamente igual, pero se reducen los dolores y problemas posteriores", recalca Figueroa.

En las clínicas privadas hoy ya casi no se usa el yeso, a diferencia de los hospitales, que por un tema de recursos sólo cuentan con esa alternativa y por ende, estadísticamente, sigue siendo de muy alta elección para tratar lesiones de este tipo. "Aunque se pierde este tratamiento funcional que le permite al paciente tener una mejor evolución en el tiempo, ya que se inmoviliza el ligamento lesionado y no toda la extremidad limitando el movimiento".

El pie, muchas veces relegado a un segundo plano, también sufre sus lesiones. Las de mayor incidencia son a los ligamentos, siendo las más frecuentes los esguinces tarsianos, mediotarsianos, fracturas, luxofracturas, dolores del arco plantar secundarios a distensiones o al uso de calzado inadecuado o a la actividad deportiva. "El tobillo y el pie están afirmados por gran cantidad de ligamentos, tendones y cada uno de ellos puede sufrir una lesión particular", sentencia el doctor.
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