Rodrigo Bastidas dice que la compañía Teatro Aparte, que formó con los que son sus mejores amigos -Magdalena Max-Neef, Elena Muñoz, Gabriel Prieto y Álvaro Pacull- es exitosa porque el tipo de obras que montan explora en la realidad cotidiana con ojos críticos y después la desentraña con ironía.
El grupo se separó momentáneamente en 2003 después de “Dementes”; las mujeres partieron a hacer “Desatinadas” (con la cual han tenido éxito de taquilla) y los hombres “Pateados” y “X pocas lucas”. En todo caso, el regreso, juntos, ya está anunciado para el 2006.
La primera pieza que montaron, el año 1988, fue “El monstruoso orgasmo de Toquito” y el aprendizaje fue brutal para todo el grupo. Con los años Pacull se fue y se integró Josefina Velasco.
“Uno no puede renegar de nada en la vida. En esa época no nos dejaban decir ni el nombre en la televisión. Algunos estábamos en la tele y nos invitaban a los programas magazine, pero nos pedían que, por favor, no mencionáramos la palabra orgasmo”, explica.
“Era una obra que no la entendíamos ni nosotros. Era una especie de performance surrealista”, continúa.
-¿Fue un fracaso?
“Fue un fracaso desde el punto de vista económico y con ella cometimos todos los errores que te puedas imaginar”.
Abre un cajón del escritorio y saca una cartulina amarillenta con algunas letras escritas con lápiz y una foto blanco y negro recortada de un diario. “Pa´que veas que me gusta ser buen pobre. Ésta era la invitación al estreno, mira la ordinariez. Lo hizo la Elena, con sus manos y si hoy te muestro los programas del Teatro Aparte son a toda raja”.
Después vinieron el café concert “Ensalada a la chilena”, “¿Quién me escondió los zapatos negros?”(1991) y “¿De 1 a 10, cuánto me quieres?” (1995), obras que estuvieron años en cartelera a tablero vuelto.
“Con “los zapatos negros” llevamos 14 años haciendo funciones y no la ponemos en cartelera porque nos da plancha, no porque no nos lo pidan. El texto dice tengo 30 años y pa´ poder salvar, la última vez sacamos un cartel que decía 40 años”, cuenta.
La obra reflejó a una generación y ellos se ganaron todo tipo de calificativos. Les gritaron desde comunistas a como se pueden reír de la dictadura y algunos psicólogos de hijos de detenidos desaparecidos o profesores de historia llevaron a sus pacientes y alumnos, respectivamente, a la galería para que entendieran que había pasado en el país en los ochenta.
-Después de los zapatos ustedes se metieron en la relación de pareja con “De 1 a 10…” y “Yo, tú, ellos”. ¿Tuvo algo que ver con lo que estaban viviendo?
“Fueron inspiraciones del momento. Julio Jung nos dijo que hacíamos un tipo de teatro que es un espejo”.
-Verdad.
“Sí, una vez un gallo me dijo pucha, y yo que pensaba que era original y cuando vi la obra de ustedes y vi los mismos diálogos que tengo con mi señora, me dio vergüenza”.
Desliza que con “De 1 a 10” confirmaron que podían vivir del teatro, que de hecho vendieron un millón de dólares. Narra que se produjo un efecto tan especial que una semana Sebastián Piñera compró dos filas entera, a la siguiente llegó la UDI en masa, después Errázuriz (“el de los pollos”), el senador Frei y el Presidente Aylwin (“y no le teníamos asiento”, dice con congoja). “Si no la ibas a ver, estabas out”, aclara.
-¿Cuántas historias de ustedes hay en escena?
“Tienen mucho de nosotros, sobre todo “los zapatos negros”, pero ningún personaje es igual a alguno del grupo. Siempre contamos cosas de nosotros, nunca de amigos y “De 1 a 10” tiene mucho inventado”.
-¿La separación del grupo tiene que ver con la crisis de los 40 en todos?
“Se produjo por una coyuntura. No nos fue tan bien con “Dementes” y yo quise hacer una obra con Gabriel pensando en un año y las chiquillas quisieron hacer la suya; y a los dos montajes les fue bien.
“También coincidió con que la separación mía y de la Nena, pero ahí apareció el liderazgo de la Magdalena, con Gabriel y la Pepi, sosteniendo el cuento”.
-¿Sumar caras nuevas en “Pateados” tuvo como fin nutrirse de juventud?
“Rodearse de personas que no conoces tanto. Además, el Teatro Aparte tiene que abrirse un poco y hacer distintas cosas como monólogos; no podemos estar exclusivamente haciendo obras nosotros, tenemos que ampliar el negocio.
“Uno tiene que ir reinventándose, pero nuestra base está en la lealtad, hemos estado juntos en las buenas y en las malas”.
P.D.: Da para otra entrevista saber por qué siempre actúa con sus parejas. En el caso de "X pocas lucas" con Francisca Villagra.
