Sergio Yunge estudió en el San Ignacio de Pocuro y después tres años de Ingeniería Comercial en la Universidad de Chile, pero nunca le llamó la atención terminar la carrera.
-¿Cuándo tomas la decisión de dedicarte a la música?
"Fue bien especial, porque en la universidad me iba bien, me gustaba la carrera. Hubo un período como de seis meses en que me pregunté si de verdad quería dedicarme a ser ingeniero comercial o economista –que era lo que más me atraía- y me di cuenta que no era el estilo de vida que yo quería".
-¿Por qué?
"El trabajar de ocho a ocho, metido en el tema empresarial o económico, no me interesaba. Sentí que mi camino iba por otro lado, me salí de la universidad y, la vida, un poco, me ofreció este camino de ser cantante, porque se me dieron las cosas. Me gustaba mucho y me convertí en cantautor".
-¿Siempre compusiste?
"Sí, pero sin saberlo. Agarré una guitarra a los 15 o 16 años, aprendí Sui Generis y lo primero que hice fue hacer canciones mías. Tiempo después -¡imagínate!- me di cuenta del valor que tenía eso y he vivido toda mi vida profesional de la música y todo lo que tiene que ver con ella".
-¿Qué dijeron tus padres?
"Nooo, mal, mal. Les chocó mucho, fue fuerte para ellos, pero con el tiempo se dieron cuenta que en realidad esto era lo que me hacía feliz. A los años después, lo aceptaron, básicamente porque me fue bien".
-Cambiando un poco de tema, ¿la mujer también ha irrumpido fuertemente en la música?
"La figura femenina en la música latina se ha fortalecido bastante; siempre ha habido, pero curiosamente no como músico ejecutante, sino como artista principal. No conocemos guitarristas, bajistas o bateristas a nivel nacional ni internacional de música popular, no. Te diría que no ha entrado en un rol de igual a igual".
-¿Y en la sociedad?
"Tiene un rol importante que me parece súper bueno, necesario. Pienso, desde chico, que las cosas deben ser compartidas. Siempre se estableció el papel de la mujer como 'mamá encargada de los hijos' y me parece que el tema debe cambiar más todavía en ese sentido: los roles deben ser compartidos".
-¿Y tú cómo eres para eso?
"Genial, me encanta. Hoy es difícil vivir en la sociedad como ésta, porque, en todos los niveles socioeconómicos, se necesitan muchas cosas a las que hay que responder; la vida no es regalada para nadie, tiene costos muy altos".
Asegura que si el hombre es el encargado de llevar la casa, "tiene que sacarse la cresta todo el día"; si fuera la mujer, pasaría lo mismo; por eso, postula que lo lógico es que cada uno aporte la mitad. "A ver, si una pareja vive con equis, cada uno debe entregar equis partida por dos; eso te permite calidad de vida. Así ambos pueden dedicarse a la familia, para que, en esta sociedad, vuelva a ser el lugar de recogimiento, el lugar de confianza, de verdad, de protección", explica.
-¿Cómo ves a la sociedad?
"Cada uno tira para su lado y busca su propio éxito. Nos hemos convertido en una sociedad muy competitiva e individualista en ese sentido; también muy egoísta: Si él tiene eso, yo también tengo que tenerlo, no importa el costo.
"Siento que el hogar y la pareja vienen a ser, entonces, el refugio donde puedes confiar y estar tranquilo. Eso no se logra trabajando todo el día y luchando por un desafío de estatus socioeconómico, por eso, hay que compartir los roles".
Respecto al papel que está cumpliendo la mujer en este tipo de sociedad, aclara que "ella ha ingresado mucho al rol masculino, a ser eficiente, ejecutiva, trabajadora, pero descuidando, en general, lo que es la otra parte. A mí no me gusta que los niños pasen solos todo el día, van al colegio, vuelven, están con la nana y los papás vuelven tarde y agotados. No creo que eso tenga un buen futuro ni mejore la condición de nuestra sociedad".
-¿Algo de machismo?
"No, para nada. Considero que está bien que la mujer trabaje, pero el hombre debe dejar también tiempo para la familia, porque si no, esto no resulta… ¿Por qué hay tantas separaciones? ¿Por qué el tema de la pareja es tan inestable?, creo que, básicamente, por eso.
"Trabajas más de ocho horas diarias, vuelves cansado, te acuestas, ves tele y al otro día, vamos de nuevo. Entonces, necesariamente, la energía que puedes ocupar está dispersa".
-¿Por qué con esta defensa a ultranza de la familia, no te has casado?
"Porque me ha costado encontrar una pareja con la que me sienta identificado para volver a formar algo. Yo me equivoqué, tuve un fracaso y no quiero que me vuelva a pasar.
"Como tengo clara mi filosofía, quiero encontrar a una persona que la comparta… aparte, tienes que quererla, te tiene que gustar, tener afinidades… ¡No es fácil!
"A pesar de que es una cosa muy importante para mí, no transo que sea con cualquiera, debe ser con la persona indicada. Principalmente por mi hija, me gustaría que, si vuelvo a estar con alguien, la Sanke tenga tranquilidad y seguridad".
