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La intuición es un buen negocio

26 de Octubre de 2005 | 16:19 |
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El suyo es un negocio que no le calzaría a ningún experto en Economía. A fines de 1999 cada una aportó 250 mil pesos para hacer algunos portarretatos, unos álbumes de fotos y una cuántos cojines.

Apenas tres meses después habían recuperado el capital y tenían ganancias por más del 100% de su inversión inicial. Hoy, después de cinco años, Macarena Fernández (31), diseñadora, y Bernardita Errázuriz (32), publicista, las socias de la tienda de muebles y decoración Imagen, prefieren no decir cuánto facturan.

El negocio florece y ni siquiera sus maridos, ambos ingenieros comerciales con estudios de posgrado en Boston y Chicago, comprenden la lógica del crecimiento de la tienda. "Optaron por no darnos consejos; nos miran sorprendidos y dicen: No nos podemos meter en su empresa, porque la intuición de ustedes ha sido mucho más fuerte".

Tampoco ellas esperaban su éxito. De hecho, mientras transcurre la entrevista, no han pasado ni cinco minutos desde que se abrió la tienda en Alonso de Córdova, cuando ya comienzan a llegar las clientas. "Siempre decíamos hasta aquí llegamos, pero se daba la oportunidad de ampliarnos. Lo tomamos con calma, y no es que seamos asustadizas", afirma Bernardita.

Han recorrido juntas caminos profesionales y personales. Fueron compañeras de curso en el Villa María, se casaron con pocos meses de diferencia, se fueron a vivir a Estados Unidos y volvieron casi juntas a Chile. "Veníamos con montones de ideas que adaptamos al gusto chileno; queríamos formar una tienda que ofreciera objetos exclusivos de decoración, pero a precios asequibles, una tendencia fuerte allá".

Transformaron la pérgola de la casa de Bernardita en un punto de venta. Como no dieron abasto, arrendaron un espacio a una amiga en una casa de Alonso de Córdova interior. Nuevamente se les hizo chico. "O seguíamos así, o nos instalábamos con una tienda más grande".

Sus marcos de fotos, esculturas, individuales y sus muebles de cuero se han convertido en clásicos. En la tienda se encuentran veladores desde 35 mil pesos, pero no transan la calidad. "Nos importa que se note que ha habido un trabajo fuerte detrás", cuenta Macarena.

Se sienten orgullosas de dar trabajo a una veintena de personas entre artesanos y vendedores. "Para nosotras quizás sería más fácil importar los productos, pero sentimos una responsabilidad fuerte con ellos. Los maestros han ampliado sus talleres y los hemos capacitado, esa dimensión social nos parece importante".

Naturalmente fueron enfocándose hacia los regalos de matrimonios. Ofrecen los mismos servicios de una multitienda, con entrega a domicilio y también compra por teléfono. También reciben pedidos de decoradoras, hoteles, empresas. "Somos bien busquillas. Tal vez ha habido un factor suerte en que nos haya ido bien, pero sobre todo lo atribuimos al trabajo bien hecho y a que confiamos mucho en nuestro instinto".

Piensan un poco antes de atreverse a aconsejar a otras empresarias. "Para que las cosas resulten, uno tiene que dedicarse a lo que le gusta y tener muy claras las prioridades. Quizás podríamos crecer el doble, ganar el doble, pero también trabajar el doble. Hemos crecido en función de no perder espacios para la familia", afirman.
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