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"El mejor factor de respuesta, es la conducta humana"

13 de Octubre de 2005 | 10:21 |
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Uno de los momentos que la jefa de protección civil califica como triste en su carrera es el falso tsunami de hace unos meses en Concepción, donde incluso murió una persona. Eso a Carmen Fernández le duele, porque a pesar de que hoy existen planes y modelos sumamente avanzados, todavía persiste una gran falla, que es, según explica, la precariedad en materia de llegada a las comunidades. "¡Fuerte! ¡fuerte, fuerte! No porque no entendamos las ventajas y bondades de la comunicación, si no que tiene que ver con una cuestión psicológica", dice.

-¿A qué te refieres?
"El ser humano está sobreexpuesto a mensajes positivistas, nos venden estatus y aquí, en la Onemi, uno, invariablemente, tiene que hablarles de desastre. Ese es nuestro mercado de competencia. Tenemos que compartir escenario con el que vende autos último modelo, con el que vende la casa propia. Aquí para la gente entienda que debe hacer prevención, hay que hablarle de prevenir desastres.
"Hay una tendencia general del ser humano, y está estudiada, que es la reticencia a meterse en aquello que estima que no puede controlar; nos hemos dedicado, más bien, a trabajar sobre la base del conocimiento de las personas e ir erradicando los niveles de ignorancia que hay frente al tema. Eso es lo más importante".

-¿Y qué pasó en Concepción, entonces?
"Allí hubo un fenómeno psicosocial importante, gatillado -el Ministerio Público investigó-en un aviso salido de la Armada, sin ninguna mala intención; yo creo que fue una mala interpretación solamente. Cuando una opinión o antecedente de este tipo emerge de un a institución de tal validación, sobre todo en el ámbito marítimo, evidentemente, hay mayor credibilidad por parte de las personas.
"Ahora, un fenómeno de rumor es como cualquier emergencia, si uno no lo ataca desde que está partiendo, se desborda. Siempre la primera respuesta es a nivel local; si no, se desborda y aquí se desbordó rápidamente".

-¿A la ignorancia atribuyes, también, lo del huracán Katrina?
"La ignorancia es la responsable de la vulnerabilidad. Me podrás decir que la gente sabía que venía el Katrina, pero nadie sospechó la magnitud y la vulnerabilidad estructural que tenía la ciudad, para qué vamos a andar con cosas.
"Hay un desconocimiento absoluto de las propias comunidades sobre los riesgos que está corriendo al quedarse en esa zona, aunque se esté inundando. Pueden tenerse sistemas muy perfectos –que no sé si lo eran o no- modelos, planes, pero lo que, a la larga, va a generar el mejor factor de respuesta, es la conducta humana" (lo dice golpeando un lápiz sobre la mesa al ritmo de cada sílaba).

-Hablas con mucha pasión, ¿hay satisfacciones en este tipo de cargo?
"Muchas, muchas. Poder desarrollar líneas de gestión que tengan real impacto sobre las personas; que uno de repente vaya a una comuna, a poblados y que la gente empiece a transmitir conceptos como fíjese que escuché la alerta que ustedes dieron el otro día; que uno vea a los niños absolutamente claros sobre el concepto de prevención en muchas escuelas, que se maneje el lenguaje que desarrollamos.
"La satisfacción de cómo uno ha logrado sistematizar esta labor, profesionalizarla e instrumentalizarla para poder resguardar el principio de equidad que requiere esta área, es clave. Es tremendamente satisfactorio. No tiene que venir con nombre y apellido, sólo saber que uno fue parte de eso, dando algunas líneas".

-¿Y momentos tristes?
"Mmm, por ejemplo, el del tsunami falso de la Octava región, ése ha sido uno de los momentos de mayor tristeza en el equipo de Onemi, porque el que haya ocurrido este fenómeno y no haya sido contenido en el nivel local, nos duele mucho. No se puede morir una persona por un tsunami falso. El que hayan intentado medir la calidad de la planificación actual para enfrentar un tsunami, en un NO tsunami, es un uso mañoso de determinadas situaciones".

-Ahí es donde la comunicación funciona al revés.
"No sólo funciona al revés, sino que uno empieza a cuestionarse si somos muy ignorantes y no queremos entender o tenemos algunos oscuros propósitos y es ahí donde esto empieza a teñirse de algunos colores políticos. Nosotros hemos tratado de darle un perfil absolutamente técnico y no estamos dispuestos a que esto se nos tiña de ciertos colores, porque la seguridad de las personas no puede tener bandos ni partidos. Es trasversal a todos y, más aún, el más pobre es el más vulnerable.
"Escuché a una autoridad comunal por la televisión gritando estamos absolutamente desprotegidos, dónde está la Onemi, para qué sirve. Eso es llamar a correr y arrancar, es llamar al caos. ¿Por qué? ¿Porque es un órgano del Estado?, esas cosas provocan dolor. A veces avanzamos tres pasos y retrocedemos cinco".

-¿Cómo así?
"Nosotros decimos que desde la puerta de casa para adentro, la responsabilidad es de las personas; de la puerta para afuera, es responsabilidad del Estado. Pero el primer eslabón del Estado es el municipio, y ha costado llegar a ellos, son más demandantes que proactivos. Nuestro modelo está destinado a provocar o despertar esa proactividad.
"El mismo caso de las inundaciones de La Reina, muchos vecinos del sector decían que veían como el agua del canal traía restos de ropa, de estufas, de un montón de desechos, eso es falta de mantención, de limpieza. En estas situaciones, el tratar de evitar la propia culpa, la responsabilidad, a quién se la puedo echar, es lo que genera el mayor daño".

-¿Qué análisis haces de la situación de La Reina, pasado el tiempo?
"Creo que la situación estaba bastante controlada. Hubo viviendas que sufrieron la problemática del ingreso de agua con barro. Pero si analizamos que estamos hablando de una zona de impacto, pensemos sólo en la zona oriente, porque esta lluvia fuertísima fue solo allí, el resto de Santiago tuvo la mitad de agua que allá, estaremos hablando de un millón y tanto de personas con daño en vivienda, el 0,1 por ciento… el impacto social fue menor, en cuanto a la habitabilidad. La incomodidad eran las calles, no nos cabe ninguna duda.
"Nosotros, muchos lo podrán tomar como una medida nimia, repartimos una cantidad de sacos de arena (se lleva la manos a la cara), yo perdí la cuenta, 10 mil, 20 mil. Hicimos mucho monitoreo en terreno y era ver todas las viviendas, todas tuvieron la protección con los sacos, tratando que por lo menos no les afectara. Hubo, claro, viviendas afectadas, pero fue un mínimo porcentaje de lo que pudo haber sido. Llovió en muy pocas horas, demasiado. No es lo mismo echar agua de un vaso con gotario, que tirarla toda junta: no había capacidad de absorber".

-Pero eso no es lo que opina la gente.
"Lo que sí es bueno, es escudriñar por qué pasan las cosas, cómo pueden reducirse esos impactos, de manera de poder desarrollar medidas para que, a posteriori, si esto vuelve a ocurrir, tenga todavía mucho menor impacto que el que tuvo, y lo podemos lograr. Pero esto de la búsqueda de culpabilidades, cómo yo me saco esto, es lo que no nos deja avanzar, porque nuestro cerebro lo ocupamos exclusivamente en cómo no nos golpee la culpa y no en ver cómo lo soluciono".

-La gente más pobre recibe ayuda, pero ¿y la clase media?
"Sí, está sonada, pero hay una cosa que entender… yo tengo una anécdota; estábamos veraneando en Viña y unos amigos de mi familia dicen qué bueno que por fin conocemos a alguien de la Onemi, porque todos los años se sale tal estero y tenemos que estar cambiando las alfombras, así que ya sabemos a quién llamar para que nos solucione el problema. Les dije, lo siento, nosotros no cambiamos alfombras, porque nos dedicamos a darle sábana y ropa de cama a gente que ni siquiera tiene una alfombra y que probablemente nunca la tendrá.
"Desafortunadamente es así, pero la menor vulnerabilidad está medida por la mayor capacidad de recuperarse. Si esa persona podía cambiar alfombra todos los años, tiene una capacidad de recuperabilidad importante y tiene que asumirlo".

-¿Es decir, que se las puede arreglar sola?
"Yo no desmerezco, porque visité muchas veces con el equipo y me dio una pena enorme esa gente que recién se había comprado sus casas, lindas, con esfuerzo, pidiendo créditos, pero tienen cómo hacerlo; hay gente que no tiene ni mil pesos mensuales para ir poniendo en una libreta de ahorro. Nosotros veíamos que el día después, estaban lo municipios haciendo catastro para recibir el elemento básico de asistencia que entrega Onemi, y en el otro lado estaban las aseguradoras. Entonces, estamos hablando de niveles distintos".

-¿Qué rol juega la prensa en estos casos?
"Debe ejercer su rol fiscalizador y es importante. Ahora, de tanto que se diga, ahí está la capacidad del público, de las comunidades para sacar sus propias conclusiones. Lo triste sería una prensa que tomara un solo lado de la medalla".
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