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Chilenas al diván

¿Qué situaciones llevan hoy a nuestras mujeres a la consulta del terapeuta? Responden la psiquiatra y sicoterapeuta especialista en salud mental ocupacional Sylvia Vega; el psiquiatra y dramaturgo Marco Antonio de la Parra, y la psicóloga Mascha Alex, quien practica la terapia holística.

07 de Febrero de 2006 | 16:47 |
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No hay edad, condición económica o estado civil que las diferencie a la hora de sentirse agobiadas, desbordadas y con la sensación de no dar más.

Afirma el psiquiatra y dramaturgo Marco Antonio de la Parra que la mujer hoy se cuestiona, como nunca antes, qué es lo que quiere hacer y con quién, y después de esa reflexión, frecuentemente sobreviene una crisis.

Afortunadamente, a diferencia de los hombres, no tiene tantos prejuicios ni temores de acercarse a un especialista para realizar una terapia.

De la Parra recuerda el caso de Francisca: "Una joven profesional, de clase media alta, soltera y acercándose peligrosamente a los 40 años. Tensa en sus relaciones y muy marcada por una historia personal llena de reglas y de presión por las demandas de éxito de su familia. La angustiaba no haberse casado, sentirse fallando a todas las expectativas depositadas en ella, la hija mayor, la que debía ya tener hijos y un desempeño laboral con altos cargos".

La psiquiatra y sicoterapeuta especialista en salud mental ocupacional, Sylvia Vega resume el tema en tres palabras: "Las mujeres están agotadas". Y completa: "Llegan aquí sintiéndose muy solas y se ven reflejadas en los niños y jóvenes que aprovechan los semáforos para hacer malarabismos por unas monedas; si se detienen se les caerá una de las pelotitas".

Nos cuenta Sylvia: "Carolina, una mujer que bordeaba los 50 años, madre de dos adolescentes, sintió un día que no daba más. El segundo de sus hijos estaba hospitalizado en una clínica por abuso de sustancias químicas, y su hija, de 18 años, presentaba problemas conductuales a causa de una enfermedad neurológica. Durante 4 años vivió permanentemente colapsada. Su hijo dejó embarazada a la polola y ella debió correr con todos los gastos. Carolina,viuda, casada por segunda vez, funcionaria de una compañía de ventas de intangibles, sentía que su vida escapaba de su control".

Multifacética y polifuncional

La cantidad de ámbitos en que debe responder hoy una mujer que trabaja termina por agotarla, dejarla sin energía. Necesitaría tiempo para nutrirse, para recargar las energías, para actividad social, gimnasia, yoga, salir con una amiga. Pero no lo tiene y se posterga. "Por eso hay un alto porcentaje de mujeres que trabajan fuera de la casa en las consultas de los especialistas", destaca Sylvia Vega.

Para ellas, dice, hay pocas redes de apoyo y los hombres no ayudan mucho en la casa. "Tanto es así que se da por hecho que las mujeres son las que deben pedir permiso en sus trabajos para ir a su casa o al médico porque un hijo está enfermo. No así los hombres, porque simplemente, "ellos trabajan y no pueden faltar a la oficina". Y si bien la nana ayuda en lo práctico, los hijos demandan atención y tiempo".

En su análisis, Sylvia Vega no olvida mencionar el papel de esposa y amante, el que, en muchos casos, se ve afectado. "La mujer tiene que ser la súper seductora. Pero la parte sexual, después de una intensa y larga jornada, se convierte en otro rol y no en una satisfacción. Además, no hay espacio para crecer como pareja y familia porque para eso ella, que es la que se preocupa, necesita tiempo y fuerza, o sea, más trabajo", concluye.

Casos más extremos

Y si bien las mujeres llegan con más facilidad que los hombres a las consultas de psiquiatras y psicólogos, las que tienen más problemas son precisamente las que se demoran más en reconocerlos o hacen un largo recorrido para superar traumas.

Son estos casos los que ve la psicóloga alemana Mascha Alex, quien practica la Terapia Holística del Campo del Pensamiento. Lleva dos años y medio en nuestro país, tiempo suficiente para que le llame la atención la reticencia de los chilenos para consultar y el alto uso de fármacos a los que acude como sustitutos.

Mascha Alex considera preocupantes las cifras de violencia intrafamiliar en Chile, comparadas con la realidad europea. Y no se refiere solamente a golpes: "Aquí no se guarda la distancia justa para conservar el respeto mutuo. Uno domina al otro y hay un juego de dominación y sumisión. Se da, por ejemplo, cuando el hombre obliga a su esposa a hacer el amor".

Las mujeres que llegan a la consulta de esta especialista son enviadas por psiquiatras o psicólogos, buscando su técnica psicofísica. "Esta se basa en la medicina china, que trata la causa del problema y no los efectos. La gente llega en un estado de agotamiento absoluto. Tocando a la persona en ciertos puntos se ve exactamente cuál es la causa de su perturbación, generalmente causada por un shock o un cambio, la que trato a través de digitopuntura y terapia".

Quiénes son y por qué hacen una terapia

Marco Antonio de la Parra clasifica en dos tipos de mujeres la mayor recurrencia al diván del especialista.

Un primer grupo está formado por quienes presentan síntomas físicos - por lo general cuadros depresivos- y vienen derivadas por sus médicos internistas, traumatólogos, ginecólogos, neurólogos o endocrinólogos. Las causas son hechos puntuales de dolor, un duelo por la pérdida de la pareja, del trabajo o por la muerte de un ser querido; presentan jaquecas, bruxismo (apretar los dientes al dormir), contracturas, trastornos del sueño y de colon.

El segundo grupo está formado por mujeres con "crisis biográficas". Son aquellas que de pronto ven terminado su rol de conductoras de la casa y de madres. Todo su trabajo y realización lo han puesto en ese rol y de repente se ven jóvenes, vigentes, animosas, con una pareja que no han investigado profundamente hacia dónde va. Entonces se preguntan ¿qué hago con este señor? A veces incluso se desatan crisis de pareja o síntomas sicosomáticos", puntualiza De la Parra.

El profesional incluye en este grupo a las llamadas singleton. Jóvenes profesionales que bordean los 30 años, son atractivas, independientes, autosuficientes, se han desarrollado intelectualmente, pero no han podido formar una pareja y se preguntan dónde están los hombres.

En ambos casos, precisa De la Parra, estas mujeres han hecho una gran inversión. Unas como mamás, otras como jóvenes profesionales. El tema es entonces una demanda de realización personal. Miran para adelante, hacen un balance, están paradójicamente bastante sanas, pero se dicen "mi vida tiene que cambiar". Finalmente llegan a la consulta.
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