Si de lucir una piel bronceada este verano se trata, las extensas horas frente al sol no son la única alternativa. Tampoco el uso regular de productos autobronceantes.
Y no sólo por los riesgos asociados que tiene la sobreexposición a la radiación ultravioleta o porque el resultado del autobronceante no siempre es el tono esperado, sino porque el mundo de la cosmética pone a disposición una novedosa gama de productos que permiten adquirir un bronceado de apariencia natural, sin siquiera salir de la casa. Se trata del llamado maquillaje solar, una nueva categoría de cosméticos que cada vez gana más popularidad entre las mujeres.
Cuando se habla de este tipo de productos hay quienes piensan que caben dentro de la categoría de autobronceantes, pero lo cierto es que no lo son.
| Color en botella |
Aun cuando existe el maquillaje solar hay quienes prefieren usar autobronceante para lucir morenas sin tomar tanto sol. En este caso la coloración de la piel se debe a una sustancia presente en la formula llamada DHA, que al interactuar con un ácido natural del organismo provoca el cambio de color en la piel. Como el efecto es temporal, se requiere reaplicar cada tres o cuatro días para no perder el efecto. Existen ciertas recomendaciones básicas que ayudan a conseguir un mejor resultado.
En este sentido, antes de aplicar el autobronceador es recomendable exfoliar la piel para potenciar un color más parejo y evitar manchas que se notan una vez que la piel ya cambió de color. Si se aplicará el producto en todo el cuerpo, es mejor comenzar por los pies para no retirar parte de la crema al agacharse para llegar abajo. Y si el autobronceante se utilizará en la cara debe recordarse evitar la zona de las cejas y cuidar de llegar hasta el borde del pelo.
Un consejo básico, después de la aplicación hay que lavarse las manos de inmediato con agua y jabón. De lo contrario, las manchas durarán algunos días. Se recomienda esperar entre veinte minutos antes de vestirse, y una hora antes de ducharse. Y, por último, no se debe olvidar que usar autobronceante no implica quedar protegido del daño de la radiación ultravioleta, por lo que aun cuando la piel ya esté coloreada es necesario usar filtro solar.
Una de las modas que ha ido tomando vuelo es la aplicación en centros de estética a través de difusores. El tipo de producto que se aplica y cómo actúa con la piel es similar, la diferencia está en cómo se pone y los resultados que asegura. Se usa una máquina con la que se rocía todo el cuerpo para conseguir una aplicación más pareja y un tono más uniforme. Esto se hace en forma manual, manejado por una esteticista, o en una cabina con varias válvulas atomizadoras que realizan el mismo trabajo. El color se empieza a percibir cuatro horas después de la aplicación y alcanza su máximo esplendor a las doce horas. Los efectos duran entre cinco a diez días.
Las fórmulas que se aplican en este tipo de tratamientos pueden variar en aspectos como los agentes nutritivos e hidratantes con las que están enriquecidas, que contribuyen a evitar el deterioro por la agresión de la rayos UV. También puede haber variaciones en el número de sesiones. Hay centros que ofrecen una sola sesión y cinco días de color, y otros realizan tres. En el segundo caso, la primera incluye una exfoliación corporal completa antes de rociar el producto, lo que favorecerá la uniformidad del resultado y alargará el efecto.
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Lo que hace el maquillaje solar no es provocar un cambio en el tono natural de la piel a partir de una reacción química, como sucede con los autobronceantes, sino de maquillarla con una amplia variedad de tonos que simulan en la piel el efecto de los rayos del sol.
De hecho, muchas firmas cosméticas lo definen como maquillaje de efecto bronceador, y destacan entre las virtudes de estos productos el que permiten regular el tono que se desea lucir y que son muy fáciles de remover, además de que la mayoría de las fórmulas han sido mejoradas para hacer más sencilla su aplicación y no manchar la ropa.
Se podría decir que la mayor virtud de esta original categoría de maquillaje - descrita en ocasiones como polvos de sol- , es simular la ilusión de un bronceado perfecto en cara y cuerpo.
De hecho, es tal lo atractivo que ha resultado que junto con Armani y Bobbi Brown, otras marcas como Lancôme, Estée Lauder y Petrizzio ya han lanzado al mercado nuevas líneas y productos que cumplen con estas características. Entre las innovaciones que se pueden encontrar existen diferentes presentaciones, ya que la idea de estas marcas es cubrir las diversas necesidades de la piel.
Es así que dentro de lo que se conoce como maquillaje solar podemos encontrar productos para la cara y el cuerpo, con variaciones de textura y color. Los hay de acabado más bien opaco y también los que incluyen diminutas partículas de brillo dorado que resaltan sobre una piel bronceada, y que muchas veces resultan ideales para destacar determinadas áreas como el escote o rasgos de la cara.
Existen productos en gel que se adecuan mejor a las características propias de los cutis mixtos y/o grasos, y otros pensados para fundirse sin problemas en el cuerpo. También se pueden encontrar polvos compactos para la cara, ya sea en tonos cercanos al terracota puro o que se combinan con el destello de brillos en dorado.
Además, los hay algunos que incorporan más de un tono y se mezclan al momento de aplicar. También se pueden encontrar productos tan novedosos como el Pincel Mágico Cuerpo Cara de Lancôme, que con sólo unos toques deja la piel más luminosa y coloreada. Basta con presionar de manera suave el pincel para que se libere el polvo.
En el caso de Lancôme, su línea de maquillaje solar Star Bronzer posee activos colorantes que reproducen en la piel un dorado natural, y que para intensificar el resplandor de la piel concentra cientos de agentes reflectores que capturan la luz blanca y la convierten en dorada. Además, incorpora en su formulación el exclusivo sistema denominado Sun ColorTM, que logra reproducir perfectamente el color de un cutis bronceado en forma natural.
Además de tonos que emulan el bronceado propio del sol, este maquillaje también se distingue por sus texturas, las que están formuladas con la necesaria innovación tecnológica para ganar en finura y transparencia necesarias para actuar sobre la piel como los mismos rayos de sol, pero sin sufrir ni padecer su agresión. El tema no es menor, porque una exigencia propia del maquillaje de verano es que se trate de texturas ultrafinas y frescas, de lo contrario el color no dura lo suficiente y el efecto se pierde.
Un aspecto relevante de este tipo de maquillaje es que no olvida la protección, razón por la cual algunos productos incorporan SPF. Otros, además, han enriquecido sus fórmulas con agentes hidratantes como la vitamina E, que además actúa como antioxidante y ayuda a combatir el envejecimiento prematuro.
El maquillaje solar no sólo es útil para quienes desean lucir doradas sin pasar por el sol, sino también para quienes ya están bronceadas naturalmente. En ese caso el maquillaje se puede utilizar para destacar aún más el moreno y dar luminosidad al rostro y cuerpo.
Un aspecto siempre clave es saber aplicar el maquillaje para obtener el resultado que se espera. En este caso se trata en general de geles o fluidos que deben aplicarse con ligeros toques de las yemas de los dedos o bien con una esponja, y también con la ayuda de una brocha cuando se trata de productos en polvo.
En el rostro, se debe partir desde el centro de la frente, luego pómulos, tabique de la nariz y mentón, poniendo énfasis en esa zona porque es la que naturalmente más color adquiere con el sol. Basta con poner una pequeña cantidad del fluido en los dedos, diluir un poco y luego aplicar como si se tratara de una crema, siempre recordando que hacia los extremos no es necesario poner mucho producto. En el cuerpo, no siempre es necesario aplicar en todas las zonas; puede que baste con los hombros y el escote, insistiendo hasta que se funda con la piel.
