La vida le ha cambiado desde los tiempos de Las Rejas, no hay duda. Hoy, viste un elegante traje azul con una bonita corbata en tonos fuertes, unos zapatos muy modernos negros, impecables; pero sigue siendo el mismo tipo cariñoso, acogedor y bueno para hablar de los tiempos de la escuela de periodismo de la Católica.
Si bien siempre se destacó en el área del periodismo más duro, de la calle y en los reportajes en profundidad, en Canal 13 se convirtió, después de unos años, en conductor de noticias.
-¿Es muy distinto ser hombre ancla a lo que hacías antes?
“Creo que he hecho una carrera muy interesante y creo que son tiempos. O sea, siempre me encantó reportear y viajar –di la vuelta al mundo gracias a mi carrera-, cumplí muchos sueños; me relacioné con personas de importancia mundial; cubrí eventos de relevancia política; también todos los Mundiales de fútbol y Juegos Olímpicos que ha habido hasta ahora…”
-¿Te lo imaginaste alguna vez cuando entraste a periodismo?
“Nunca, nunca. Sinceramente, soy súper transparente en esas cosas, nunca me imaginé vivir todo lo que he vivido”.
-Ya, no nos desviemos, volvamos a la diferencia de ser hombre ancla.
“¿Sabes lo que pasa? Nada reemplaza al reporteo y a estar en la calle, pero llega un minuto en que –yo, al menos- sentía que podía aportar desde otra perspectiva.
“Soy producto de las experiencias: un camino me fue abriendo una puerta y ésa otra y así. Después de estar siempre en los temas duros, el canal decidió mandarme a cubrir La Moneda y trabajé dos años cubriendo el gobierno de Lagos. A mitad de camino me empezó a gustar mucho el tema de la política, se produjeron una serie de cambios y me fui a hacer el ‘Telenoche’ y ahí me di cuenta que me estaba perfilando más como conductor de noticias”.
-¿Y la diferencia?
“Es un paso natural. La calle es maravillosa e irreemplazable, pero tiene un drama: me pasé 10 o 12 años viajando por todo el mundo; sonaba el teléfono y sabía que tenía que partir. Llega un momento en que, básicamente por la cuestión familiar, y también porque es natural, uno empieza a gustar de hacer otras formas de periodismo. Para mí fue súper rico hacer ‘Telenoche’y se posicionó muy bien. Tal vez, porque ya estaba preparado para eso. Siempre preferí hacer una carrera lenta y sólida, que exitosa y efímera”.
-¿Es un paso más en tu carrera, entonces?
“Ser conductor te da una gran exposición, mucha visibilidad, mucho prestigio, pero lo tomo con mucho respeto. Nunca quise apurar los procesos; entonces, cuando me lo ofrecieron, sentí, internamente, que ya estaba preparado.
“Es que, además, tiene muchos costos: te va bien y ¡fantástico!, pero te va mal y… ¡hasta ahí no más llegaste!”.
Siente que su camino profesional y el lugar donde está ahora se deben, principalmente, a su trabajo duro, a ser muy profesional, a hacer las cosas a su tiempo, a sentirse más maduro y más preparado para decir las cosas y enfrentar los temas y las responsabilidades. “Siempre le digo a los chicos que parten que, aunque vayan a hacer una nota de 30 segundos, tiene que ser la mejor (y recalca la palabra)”, explica.
-Te sientes orgulloso de tu carrera.
“Imagínate, partí trabajando mucho antes que mis compañeros y al paso de no mucho tiempo –he hecho una carrera que no va más allá de los 15 años- , me encontré en lugares de privilegio, con hitos como el ‘Informe Especial’; la ida al Canal 13, que es un tremendo canal, y hoy estoy como conductor de noticias, conductor del programa político más importante del canal. Miro para atrás y digo ¡pucha que he hecho cuestiones!; me da una satisfacción personal muy grande”.
-Y gracias al trabajo, no a pitutos.
“Sí, poh. Tiene que ver con lo que te dije al principio, yo esta cuestión la veía muy lejana, pero gracias al trabajo, al esfuerzo, al rigor y sin ayuda de ninguna clase, he llegado a donde estoy.
“Una de las cosas más gratas que me pasan a mí, ahora, –y te lo digo con toda humildad- es que la gente me respeta; pueden estar en acuerdo o en desacuerdo con cosas que hago, pero siempre me he sentido muy respetado. No me equivoqué al momento en que decidí demorarme un poco más, pero ser súper profesional, súper riguroso y encariñarme con mi trabajo. Eso me da dado hartos dividendos”.
-¿La experiencia del reporteo ayuda al conducir noticias?
“Cuando alguien conduce y tiene la experiencia de la calle, que es insustituible, se nota y la gente lo percibe.
“Hasta en la cosa práctica: cuando estás viendo a un gallo que está haciendo un móvil, tú estuviste ahí mismo, sabes de los problemas de audio, de la dificultad para reportear la noticia; entonces, se produce una comunicación increíble. Sabes perfectamente lo que le está pasando a ese tipo, sabes cómo formularle preguntas, cuándo apoyarlo… te da, efectivamente, muchas más armas que a un conductor común y corriente”.
-¿Qué piensas de los periodistas jóvenes?
“Salen muy preparados, sobre todo técnicamente. Lo que veo como una mirada crítica, no negativa, en los medios de hoy y, particularmente, con la televisión, es que veo mucho exitismo. A veces lo entiendo, porque tiene que ver con la sociedad que vivimos, que te exige que a los 30 años ya tienes que tener tremendo ahorro, ser un triunfador, ser conductor de noticias o un tipo exitoso y blablabla. Eso me preocupa un poco; además que es absolutamente distinto a como yo he enfocado mi vida”.
-¿Y en cuanto a contenidos?
“El tener condiciones naturales para esta pega, el tener manejo de herramientas técnicas no implica, necesariamente, manejar contenidos, manejar el contexto. Entonces, puedes hacer una buena transmisión, puedes estar hablando tres minutos, pero ¡no decir nada! Eso es lo que más me preocupa”.