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Las nuevas chilenas

Profesionales o no. Casadas o solteras. De más o menos recursos. Lo que identifica a las chilenas hoy no son su situación económica ni su condición social, sino su mirada y actitud frente a la vida y a temas valóricos que reflejan sus sueños, aspiraciones y sentimientos. Así lo refleja el estudio Estilo de vida, mujeres 2005.

08 de Marzo de 2006 | 13:39 |
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Si en los años 50 las chilenas tenían en promedio 4,6 hijos, hoy la cifra desciende drásticamente a menos de la mitad, a 2,2 hijos. Este cambio se debe, entre otras cosas, a su incorporación al mundo del trabajo y a sus mayores expectativas de bienestar económico; pero, también a sus necesidades de satisfacción personal y a su decisión de hacer de su vida lo que ellas creen es mejor.

Luego de entrevistar a 600 mujeres, la consultora Criteria Research pudo elaborar el perfil de 5 grupos de chilenas, que coexisten hoy en nuestra sociedad. La gracia de este estudio es que hay variables tan o más importantes que la edad o los ingresos, como son las distintas percepciones, opiniones y actitudes frente a determinados temas, generando una segmentación absolutamente transversal, comenta Andrés Varas del Canto, socio de la mencionada consultora.

Se trata de las nuevas chilenas, cuyos estereotipos descubiertos por esta investigación cohabitan un Chile más moderno, abierto y tolerante.

Todas ellas, en mayor o menor grado, tienen necesidades, demandas e intereses propios, y aspiran a una mayor autonomía ya sea afectiva, económica, o ambas.

Los extremos

Las madres inseguras (26,1%), dependientes económicamente, responden a la figura de la dueña de casa tradicional; predominantemente son de situación socioeconómica baja, les preocupa quedar solas, la mayoría está casada y es madre, siente poca valoración a su labor, sin mucha vida propia y es conservadora frente a la inclusión de la mujer en el mundo del trabajo.

En el otro extremo están las chilenas individualistas (25,4%), que como grupo es mucho más diverso en términos de segmentación (hay casadas, solteras, divorciadas, etc.) y que entre sus mayores temores está el del fracaso laboral. Tienen un mayor acceso a la cultura y la educación y corresponden a un segmento socioeconómico medio. Se trata de mujeres que en general postergan el embarazo y son menos conservadoras frente al dilema familia-trabajo. De hecho, ven este último no sólo como una fuente de ingresos sino como un medio de independencia.

Sentimientos de culpa

Un tercer grupo lo conforman las proveedoras sacrificadas (18,7%), para quienes el trabajo remunerado es un mal necesario. Se trata de madres que experimentan con culpa su ausencia del hogar y que no tienen opción de dejar sus trabajos aunque quisieran, ya sea para no bajar su estilo de vida, en los estratos más altos, o por necesidades básicas reales, en los más bajos.

El cuarto grupo, un 18,5%, corresponde a la dueña de casa empoderada. Si bien un 25% de ellas tiene título profesional, y un alto porcentaje tiene ingresos propios por trabajos free lance o part time, se autodefinen como dueñas de casa. Tienen opinión, hacen valer su voz en sus hogares y están informadas.

El quinto grupo, la nueva conservadora, que representa a un 11% de las encuestadas, son solteras, menores de 25 años, dependientes económicamente de sus padres y con grandes expectativas en el mundo laboral. Su mayor temor es quedarse solas por seguir esta carrera de exitismo.

Los temas valóricos

Según la muestra de Criteria Research, las mujeres han ido modificando sus percepciones respecto de temas tan relevantes como la maternidad, el control de la natalidad y la relación de pareja. Nos guste o no, en términos generales, hoy la chilena es mucho más progresista que hace 15 años. Su tolerancia ha aumentado frente a ciertos tópicos y actitudes y se expresa con mayor sinceridad. Si bien muchas de ellas no están dispuestas a separarse, tomar la píldora del día después o retrasar la maternidad, aceptan que otras sí lo hagan.(ver tablas).

En el ámbito familiar la mujer sigue siendo un pilar fundamental, pero la multiplicidad de roles la ha llevado a simplificarse y a postergarse, pero mucho menos que antes.

Hoy le exige mayor compromiso y tiempo a su pareja para satisfacer sus propias necesidades de entretención y desarrollo personal, con bastante menos sentimientos de culpa que en el pasado. En el ámbito sexual tiene un rol más activo y hace valer su necesidad de mayor validación de sus expectativas y sentimientos propios.

Proceso de transición

Para la representante del Fondo de Desarrollo de las Naciones Unidas para la Mujer, UNIFEM, Jone Bengoetxea, el estudio de Criteria Research refleja claramente que las chilenas no son las mismas de hace 10 o 15 años. Aún cuando afirma persisten ciertos tópicos en nuestra sociedad de un alto grado de discriminación hacia la mujer.

Cita una reciente encuesta de la Universidad de Chile en conjunto con la Corporación Humanas, la que refleja que el 87% de las consultadas considera que las mujeres en nuestro país son discriminadas. En términos más específicos, el 45% aseguró que poder decidir sobre su vida es algo que identifica mayoritariamente a las chilenas hoy. Respecto de las relaciones de pareja, el 54,6% considera que el principal motivo de discusión es por dinero.
Coincidentemente con el estudio de Criteria Research, esta investigación demuestra también que las chilenas han variado su posición frente al uso de anticonceptivos, la maternidad y el sexo. Es así como ser madre sin necesidad de tener marido y el uso de la píldora del día después cuando la mujer lo decida en este estudio alcanzan un 78 y un 62 por ciento, respectivamente.

La especialista internacional afirma que nuestra actual realidad es característica de un proceso de transición, y la compara con lo que ocurrió en España después del gobierno de Franco. Precisa que la nueva ley del divorcio y la opinión que de este tema tienen las mujeres hoy, es claramente un indicador de estos cambios.



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