Maya Khamis: Equilibrio bajo el feng shui
"El living tiene mucha onda. Cuando invito gente, es inevitable quedarse hasta las 4 de la mañana. Todos siempre me dicen, "qué rico es estar aquí". Bueno, de eso se trata finalmente el feng shui".
Esta relacionadora pública y actual gerente de Marketing de Atika es de decisiones rápidas. El departamento tenía que ser en Vitacura para estar cerca de su trabajo y contar con espacios amplios para que lo pasara bien su hijo. Experta en feng shui - se certificó como consultora en estas materias en California- , todas las formas y colores del lugar están perfectamente equilibrados en cada una de las áreas de la casa. "Me encanta la decoración e hice todo sola en un solo mes. Más tarde fui cambiando y agregando algunas cosas. Por ejemplo, los espejos generan mucho flujo de energía. Además, ellos están en el rincón de la salud, para reforzar esa área de mi vida".
Constanza Grisanti: "Necesito vivir los lugares"
"Mi espacio tiene mucho que ver con mi vida, todo se recicla, cambia de color, pero sigue conmigo. Todo tiene un por qué. Aquí me siento 100% yo".
Cuando Constanza se separó, buscó un lugar para ella y su hija que además de cálido, pudieran reinventar las dos. Optó por estos departamentos al frente del Parque Arauco, con plaza para los niños y a sólo minutos de su tienda de ropa "El Canasto", situada en Alonso de Córdova.
"Me enamoré inmediatamente del departamento por su luz y los espacios. Llamé a mi hermano Hugo, arquitecto, a mi mamá, diseñadora, y nos volamos pintando muebles y dándole energía. Es que necesito vivir los lugares, imponer mi sello y sentirlos míos. Es como vestirse, eres tú misma proyectada en el entorno", explica.
En consecuencia, todas las paredes y mobiliario fueron blancos, porque necesitaba pureza y sencillez. Después pasó por el verde, estaba empezando un nuevo ciclo. Y como últimamente ha requerido de mucha energía, el protagonismo lo ganó el rojo, lleno de fuerza.
Claudia Otoya: "Un espacio al que me dan ganas de llegar"
"El comedor fue lo primero que me mandé a hacer porque desde hace años pensaba cómo lo quería. Me encanta la cocina, invitar gente y sentarnos a comer. El toque se lo doy de acuerdo al estilo del plato o los invitados".
Vivir sola para Claudia significó además cambiarse de trabajo y país. Porque esta abogada peruana llegó a Chile el 2002 como asesora legal de la eléctrica SuezEnergy.
Al comienzo vivió en un departamento que escogió rápidamente, pero después de un tiempo quiso cambiarlo, ya que buscaba un lugar más de ella, "amplio para poder recibir gente, con mucha luz y buena vista, céntrico, pero a la vez tranquilo, más de barrio".
Después de 5 meses encontró este departamento en la calle Espoz. "Mientras viva acá, quiero que sea un lugar bonito, relajado, donde me den ganas de llegar. Le compré cuadros y esculturas a amigos y mandé a hacer un montón de muebles, sin tener idea si iba uno con el otro. Así es que preferí pedirle ayuda a mi amiga María de los Angeles Portales, dueña de la tienda Condimenta".
"La Claudia quería un ambiente acogedor y sencillo. Con lo que ella tenía y por lo que yo la conocía, ambientamos el lugar con colores cálidos y líneas simples. Bajo esa directriz, diseñamos una mesa de centro y laterales, además de una serie de detalles, como lámparas, cuadros, ceniceros, servilleteros, que fueron hechos especialmente para ella", explica María de los Angeles.
Bárbara Puelma: "Mi casa es un lugar abierto para todos mis amigos"
"Hice un walking closet con un gran espejo y con muchos cajones, espacios y repisas para colgar todas mis cosas. Esto era muy importante, ya que siempre me quejé de tener un clóset muy chico en la casa de mis papás".
Antes de cumplir 30 años, esta abogada de la Chile no quiso seguir siendo más la guagua de su casa - "condición que se mantendría aunque llegara a los 50"- , así que se fue a vivir sola. Entre 2003 y 2004 volvió a acompañar a su madre que quedó viuda, pero a comienzos de este año se compró este departamento en la calle Versalles, asumió su "adultez" y retomó su vida de soltera.
"Buscaba un lugar práctico para una mujer que vive sola, cerca del metro y de todo. Me gusta que mi casa sea un espacio abierto, donde se pueden juntar todos mis amigos, solteros y casados, cualquier día y a cualquier hora; por eso es que no podía ser tan chico. Tampoco tan caro, porque ¡uff! que duele pagar las cuentas".
Con la ayuda de una amiga arquitecta lo arregló completamente. "Quería una casa moderna, joven, pero cálida y sencilla. Puse piso flotante, comuniqué la cocina con el comedor con una ventana horizontal, el baño lo revestí en mosaico verde pistacho e hice una vitrina y muchos nichos para colocar mis libros".
Carolina Akel: "Prácticamente vivo en la cocina "
"En la cocina están los olores ricos y la buena conversación. Cuando invito gente, siempre terminamos comiendo y cocinando acá. Creo que he usado el comedor dos veces. No, tres".
Carolina Akel, coordinadora del diseño de las revistas de El Mercurio, tiene 33 años y desde hace 8 vive sola. "Es que Santiago era muy aletargado. Si no me movía de mi ambiente perfecto, me iba a quedar pegada... ahorré un poco y partí a ventilarme a Estados Unidos. Allí uno se da cuenta de lo cómodos que nos crían. Pero eso era al principio. Ahora sólo me doy cuenta de lo mañosa que me voy poniendo", confiesa.
En este departamento ubicado en Presidente Errázuriz vive hace un año. "Quería una construcción antigua, luminosa, con suelo de parquet y ubicado cerca del metro. Con mi amiga arquitecta Macarena Langlois, nos entretuvimos meses haciéndolo de nuevo. Partimos planificando un 'maquillaje' al baño y la cocina, pero después nos entusiasmamos y terminamos haciéndolo de nuevo", recuerda.
"Botamos muros y creamos un gran espacio de cocina y comedor de diario,visible e integrado al resto de la casa. Por eso, la puerta de acceso es vidriada y se hizo una ventana que la comunicara con el comedor. Es que hoy la cocina ha cobrado protagonismo. Es un lugar que Carolina habita varias horas del día", explica Macarena.
Joselyn Hirsch: "Me gusta mezclar lo clásico con lo moderno"
"En la salita es donde más estoy. Me gusta porque es un lugar acogedor, íntimo, informal, donde generalmente se producen conversaciones profundas. En ella es donde recibo a mis amigos más cercanos".
Todo pasa por algo en la vida y tiene razón. Porque un día de febrero, mientras estaba en la playa, decidió que era tiempo de irse a vivir sola. De vuelta de sus vacaciones fue a ver un edificio ubicado en Santa María que le gustaba. Le preguntó al mayordomo si había algo disponible, éste le dijo que sí, se contactó con la dueña, entró al departamento, se sintió cómoda y a los pocos minutos ya era de ella.
"Quería un espacio luminoso, alegre, con buenas vibras", comenta esta diseñadora gráfica, hoy dedicada a la decoración, a causa de que después de que un amigo le pidió que le ayudara a decorar su casa, y encontró que por esa vía iba su camino.
"Vivir en este departamento me ha traído muchas cosas buenas. Me fascina invitar, cocinar y recibir amigos. Como decoradora me gusta lo ecléctico, es decir, mezclar lo clásico con toques modernos. Pero más que nada he tratado de transmitirle mi energía a este espacio para disfrutarlo al máximo".