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La difícil decisión de ir contra la corriente y atreverse a decir que no

Hablar con la pareja sobre lo que significa apurar una relación sexual, actitud muy extendida hoy, es una buena forma de enfrentar las presiones. Porque aunque el cuerpo está preparado, la mente necesita más tiempo.

24 de Abril de 2006 | 15:26 |
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Andrea (15) dice que no se siente preparada para tener relaciones, pero su pololo insiste. "Me dice que nos va a servir para querernos más, pero no me gustaría que pasara algo, como quedar embarazada". Aunque enojado, Jaime (15), su pololo, acepta hablar. "Es que cuando estamos solos me cuesta detenerme. Igual siento que estoy enamorado. Pero si Andrea no quiere, puedo esperarla", confiesa.

El ex pololo de Macarena (16) no fue tan comprensivo. "Una vez me dijo que si no quería, era porque no lo amaba de verdad. Igual me dolía que me dijera eso, porque yo lo quería caleta".

Por ser una etapa en que el despertar biológico y sexual es clave, lo que se suma al bombardeo de estímulos eróticos del medio, las presiones para ceder sexualmente se sienten fuerte en la adolescencia. "No es raro que algunos jóvenes se sientan obligados o empujados a tener relaciones por la presión del medio o de sus parejas", dice la matrona y consejera sexual del centro Ser Joven, María Isabel González.

"Varios compañeros de curso han tenido relaciones. Y si tú no tienes, te dicen que eres gay. O eres como el tontito del curso, el que no cacha nada", dice Jaime. Macarena, por su parte, cuenta que "lo más heavy pasa en las fiestas. Se toma harto, y eso ayuda para entrar más en confianza. A veces se tiene sexo en el jardín de las casas. Como que todos andan en esa onda de atinar por la noche y de que pase algo más".


Manejar la presión

Testimonios que coinciden con los de "Kchai?", un polémico documental que muestra las confesiones sexuales de adolescentes del "barrio alto". En él, colegialas de 14 a 16 años relatan sin tapujos, pero a rostro cubierto, que hacen el amor con sus pololos en sus casas o que para "no perder la virginidad" practican, a veces, sexo oral o se masturban entre ellos.

Aunque no hay una edad ideal para iniciar una vida activa sexualmente, la sicóloga Carolina Narea -que dio su opinión como experta en el mencionado documental- dice que mientras más tarde, mejor.

"En la adolescencia, aunque el cuerpo está listo, mentalmente aún no se está maduro para procesarlo bien. En general, el acto sexual tiene un peso social, emocional y cultural muy fuerte. Y es bastante agresivo. A veces, implica dolor físico tanto para hombres y mujeres. Y si no fue una experiencia grata, se van a sentir agredidos", precisa.

Por eso es necesario aprender a manejar las presiones y tratar de pensar en los costos que implica ceder sin reflexionar mayormente en ello.

"Si desde el primer pololeo la relación se va a basar sólo en tocarse y en tener sexo por tenerlo, sin un vínculo afectivo de por medio, no va a haber un acercamiento sano a la sexualidad. Si se tiene sexo y se termina al mes, va a quedar una sensación de fracaso, de utilización. Y con el tiempo, la autoestima puede bajar si se siente que sólo es el cuerpo el objeto de la relación y no uno como persona", dice Narea.

Hecha la reflexión, y si la elección es esperar hasta estar más maduros, es muy importante ser capaz de informarlo a la pareja, para saber también lo que piensa el otro, de manera de determinar hasta dónde se decidirá llegar.

Pedir ayuda

"Con mi pololo (Jaime) hemos conversado el tema -dice Andrea-. Yo le digo que me gusta estar con él y hacernos cariño. ¿Pero qué pasa si digo 'ya, hagámoslo' y después terminamos? A mí me va a costar superarlo. Y sé lo que digo, porque mis compañeras que han tenido relaciones, porque creen estar enamoradas, sufren harto cuando terminan. Y los hombres también. Muchos tienen sexo porque están enamorados y después les duele ver a sus ex de la mano con otro".

Lo importante, puntualiza González, es que si la pareja quiere de verdad a la contraparte, va a comprender y no le exigirá hacer algo que no se desee. "Es muy distinto sentir que no se ha tenido relaciones porque es la conclusión de una decisión pensada, a sentir que no las ha tenido porque es perno", explica la especialista.

El sexo, además, no es la única forma de pasar tiempo juntos, agrega Narea. "Se pueden hacer deportes, salir a caminar, ir a un concierto, al cine. La vida de pareja cuando se es adolescente puede ser muy entretenida sin que sea necesario que haya relaciones de riesgo de por medio".

Tampoco hay que dudar en pedir ayuda a alguien de confianza si se está confundido. Si no hay confianza para hablarlo con los padres, se puede recurrir a alguien que la dé. "Lo importante es hablarlo y aclarar las dudas en caso de que se vaya o no a tener sexo", dice María Isabel González.

Macarena habló con su hermana mayor. "Le conté que mi pololo quería tener relaciones. (Ella) Me recomendó que le dijera que prefería esperar y que si no quería respetar mi decisión, que termináramos. Bueno, y eso pasó. Yo aún lo quiero, y me duele que no haya comprendido, pero por otro lado estoy tranquila. Hubiera sido difícil tener sexo y después terminar".


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