Sin duda la adolescencia es una de las edades más difíciles para los padres, pues el que hasta ahora "tu niñito (a)", ya empieza a exigir su espacio y marcar sus individualidades. Para él o ella tampoco es fácil, porque están constantemente probando.
Por estas razones, la Corporación SerJoven, formada por profesionales que se dedican hace más de 17 años a los temas de la adolescencia, dicta unos talleres para adiestrar las habilidades de los padres en el trato de sus hijos adolescentes y así prevenir futuras conductas de riesgo.
Ser padres de los adolescentes de hoy en día es una tarea aun más compleja por la gran cantidad de información que los jóvenes manejan. Además, los padres poseen escasos recursos para manejar los conflictos, se dejan llevar por sus emociones y no es extraño que las discusiones con los hijos se transformen en un verdadero problema para toda la familia.
"Los padres enfrentan los conflictos en esta etapa de la mejor manera que pueden, muchas veces de la misma forma que lo hicieron sus progenitores, pero desgraciadamente el resultado no es siempre el esperado", explica María Isabel González, enfermera matrona y una de las guías de los talleres de la corporación.
Agrega que "muchas veces la intervención de los padres ante un conflicto es ineficaz y hasta contraproducente y no permite una salida al problema ni que el hijo se sienta comprendido, apoyado y, por sobre todo, amado".
Según la especialista los adolescentes de hoy presentan problemas más complejos que los de ayer, pues "su mundo también es más complicado. Vivir la adolescencia es distinto a lo que fue hace una o dos décadas y ser padres de un adolescente implica también nuevos desafíos".
La manera correcta
María Isabel González explica que existen una serie de pasos a seguir para resolver los problemas con el adolescente:
- Reconocer que el problema existe.
Las emociones o sentimientos negativos son un índice de que el problema existe. Los padres deben detectar sus propios sentimientos para detectar el enojo, la preocupación, la tristeza o cualquier otro.
- Definir el problema y fijar un objetivo.
Hay que contestar fundamentalmente la pregunta ¿qué es lo que se quiere lograr? Definir cuál es el resultado deseado de esta situación.
- Considerar las alternativas posibles.
Pensar en el mayor número de opciones posibles; mientras más se tengan, existirán mayores posibilidades de encontrar la más adecuada.
-Valorar las consecuencias.
Considerar los aspectos positivos y negativos que cada alternativa puede tener.
-Elegir la mayor alternativa.
Escoger una opción o combinación de ellas, basándose en la facilidad o dificultad para llevarla (s) a cabo y con los resultados deseados.
- Aplicar la alternativa escogida y evaluar los resultados.
Hacer un plan para poner en práctica la solución escogida. Posteriormente, evaluar los resultados y ver si se logró lo que se pretendía.
¿Cómo hacer todo esto en el mismo minuto en que se presentó el conflicto? Si lo logras, eres un as, pero como la realidad es muy distinta de eso, lo más importante de estos consejos es no reaccionar a la primera, esperar, calmar los sentimientos provocados en el momento, pensar concienzudamente y seguir los pasos anteriores.
Calma que se puede, aunque no es fácil; así, al menos, lo aseguran los especialistas en adolescentes de SerJoven.
