Se vinculó a “Ciudad Viva” en 1999 cuando la corporación recién se estaba formando. Los orígenes de la misma están en la “Coordinadora NO a la Costanera Norte”, un grupo de vecinos que en 1994 empiezan a reclamar por la construcción de la autopista.
Aunque, como Donatella Fuccaro dice, no lograron impedir que la Costanera se hiciera, por lo menos lograron salvar los barrios aledaños y es precisamente, en el centro de Bellavista donde está la casa comunitaria que alberga a “Ciudad Viva” y otros movimientos sociales del sector.
“Fue tanto lo que se aprendió en la lucha contra la Costanera en materias de ciudadanía, transporte, participación ciudadana y derechos civiles que se pensó que no se podía decir bueno, ahora cada uno para su casa y se aprovechó todo eso para generar una organización proactiva en la ciudad”, cuenta.
De nacionalidad uruguaya, Donatella estudió en su país licenciatura en biología con especialización en microbiología, y trabajaba en el departamento de Parasitología de la Facultad de Veterinaria, cuando resolvió venirse a Chile.
Ya en Santiago, se integró al grupo de investigación de biología molecular en la Universidad de Chile, pero al poco tiempo se dio cuenta que hacer “corridas de ADN” no era muy atractivo, razón por la cual se lanzó a un postítulo sobre gestión y ordenamiento ambiental en la Facultad de Ingeniería de la USACh.
En eso estaba cuando la invitaron a formar parte de “Ciudad Viva”. Le ofrecieron sumarse al grupo, pero le advirtieron que no había plata. Aún así no lo dudo y de una labor ‘part time’, pasó a jefa de proyectos y después a la dirección ejecutiva, en 2003.
-¿En qué está hoy “Ciudad Viva”?
“Nuestra forma de funcionar es básicamente de postulación a proyectos. Tenemos una centro de servicios donde vendemos camisetas e información referida a nuestros temas de interés y organizamos seminarios para autofinanciarnos, pero lo fuerte son los proyectos.
“Postulamos a proyectos ante diversas ONGs como Avina con el que estamos desarrollando uno sobre planificación estratégica de la corporación para no depender de los proyectos y tener una unidad que genere los ingresos”.
Dentro de las actividades que concentra a “Ciudad Viva” se encuentra la publicación de un boletín bimensual llamado “La voz de la Chimba” (5 mil ejemplares) y otro denominado “Temas urbanos” donde se discute y debate sobre los asuntos que impactan a Santiago.
Además, son los coordinadores de “Pro derechos urbanos”, una organización que reúne a varias juntas de vecinos y otros que han requerido ayuda para enfrentar los proyectos urbanos que los afectan.
-¿A qué apuntan?
“Somos una corporación chica, no podemos estar en toda la ciudad, podemos asesorar pero no participar en todos los grupos y por eso se decidió armar la coordinadora. Aquí es donde se juntan los que luchan contra el túnel del San Cristóbal y los edificios en la Plaza Las Lilas, entre otros, y donde reciben asesoría de abogados y arquitectos”.
-¿Qué más tienen en carpeta?
“Tenemos un proyecto sobre reciclaje en las organizaciones de bases de modo que puedan obtener financiamiento y crezcan y estamos también en el tema de patrimonio tangible e intangible, es decir, no sólo la defensa de la arquitectura, sino también del patrimonio cultural como lo que se vive en el mercado de La Vega o de Las Flores; ésos son patrimonio intangible y continuamente están amenazados de desaparecer porque no hay un real valor de la historia de esfuerzos de esa gente y lo que transmiten. Son parte de la identidad de Santiago.
“También tenemos “Puerta Mundo” que es un proyecto digital en colaboración con la CTC y Microsoft que comprendió la creación de un centro digital en la Pérgola de Las Flores. En esta primera etapa, buscamos acercar la gente al uso del computador de modo que le pierdan el miedo y nuestro objetivo final es que después sea una herramienta para sus ventas. Mucha gente ha dejado de ir a comprar allá por problemas de estacionamiento y la idea es que se modernicen, incluido en el tema de los arreglos florales, otros diseños”.
Otra de las tareas que asumieron en el último tiempo es la remodelación de la calle Pío Nono. Junto a la Corporación Cultural de Bellavista (entidad que ya no existe) se pusieron a trabajar con los municipios de Recoleta y Providencia para convertir esta calle en un paseo semipeatonal. La idea es ensanchar las veredas, crear una ciclovía, impedir el estacionamiento en la calle y estudiar las patentes de alcohol y discoteques que se han dado porque “el barrio se vino al piso”.
-¿Qué logros apuntas para “Ciudad Viva”?
“UHF, muchísimos. Hemos crecido incluso a nivel internacional, “Ciudad Viva” tiene alto prestigio, continuamente nos llaman para el tema de participación ciudadana, en Santiago somos una referencia en el tema del empoderamiento y muchos temas.
“Tenemos dos premios de “Innovación en ciudadanía” que lo da la Fundación para la Superación de la Pobreza y la Fundación Ford y la Universidad de Chile y que recibimos por los proyectos de reciclaje y el ‘Muévete por tu ciudad’. Somos una organización chica, de base, no somos ONG y ganar con dos proyectos de esas dimensiones es súper bueno”.