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El autoanálisis es clave para que la reconciliación matrimonial funcione

Marcelo Ríos quiere una segunda oportunidad con Giuliana Sotela. Expertos dicen que un mea culpa es clave para lograrlo.

29 de Mayo de 2006 | 15:57 |
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Ni el matrimonio con Kenita Larraín logró que Marcelo Ríos se olvidara de Giuliana Sotela, su primera mujer. Hace poco declaró que aunque han pasado dos años desde que ella interpusiera una demanda de nulidad, nunca ha dejado de quererla, no ha cerrado las puertas para volver a estar juntos y que es la única con quien tendría más hijos.

Pero que el "Chino" quiera volver no es suficiente. "Las segundas vueltas no son tan fáciles, la mayoría vuelve a fracasar por los mismos motivos que la primera vez. El borrón y cuenta nueva no sirve, porque siempre se terminará sacando en cara o hiriendo al otro", explica la sicóloga del Instituto Chileno de Terapia Familiar Claudia Cáceres.

Por lo mismo, darse un espacio de reflexión es esencial.

De hecho, una situación que puede predecir un segundo fracaso es buscar la reconciliación al poco tiempo de producida la ruptura. "Volver con el otro porque no me acostumbro a estar solo o porque echo de menos no es razón suficiente. Lo ideal es que uno aproveche de meditar solo", sentencia la sicóloga Carla Padilla.

Soledad que, agrega, no debe taparse con fiestas, repleto de actividades o acompañado de amigos. "Debe ser un período de calidad, destinado a pensar qué espero para el futuro y qué necesidades tengo de una relación. Sólo cuando uno tiene claro eso puede pensar en tener un acercamiento con el otro", dice.

La animadora Claudia Conserva trató de aprovechar ese período. Después de estar casada cuatro años con Juan Carlos Valdivia se separó. Pero poco menos de un año después quiso reanudar la relación. "Necesité cero contaminación externa, no dejarme llevar por amigos o la familia, porque todo el mundo opina y te aconseja. Yo escuché, pero no me dejé influir. De hecho, me alejé de la situación y me fui fuera de Chile. Y me sirvió bastante, porque tomé distancia. Se me aclaró todo el panorama".

Una vez que se ha hecho la reflexión individual, viene el trabajo en pareja.

De hecho, Carla Padilla recomienda hacer cosas tan concretas como que cada uno elabore una lista con las cosas que le molestaron del otro. "Si son capaces de dialogar sobre eso con confianza, de aceptar las críticas y de esforzarse por enmendar los errores, ya han dado un paso importante".

Hacer este análisis resulta, a su juicio, vital, "porque si no se tiene claridad sobre qué falló tampoco se va a saber qué aspectos arreglar, así que se corre el riesgo de caer de nuevo en lo mismo".


Diálogo fértil

Así lo hicieron Lorena Sánchez (35) y Jorge Solo de Zaldívar (34). Luego de tres años de matrimonio y uno de separación (con anulación incluida), decidieron intentar una reconciliación. "Por un año lo único que hicimos fue conversar, hablamos mucho. Fue la única forma de darnos cuenta de los problemas que nos llevaron a separarnos y cómo lo íbamos a hacer para no caer en lo mismo", dice ella. Diálogos que se extendieron durante todo el "pololeo", luego del cual se casaron por segunda vez. Ya llevan tres años de "segunda vuelta" y, con su hijo recién nacido en brazos, Lorena afirma que "es lo mejor que nos podría haber pasado".

La sicóloga y terapeuta Claudia Cáceres precisa, eso sí, que el diálogo tiene que ir acompañado de actos de reparación. "Hay que decirle explícitamente al otro en qué se lo dañó y cómo se piensa cambiar. Atrás de estos actos hay un reconocimiento real de los errores que afectaron la relación". Así, por ejemplo, si uno era muy trabajólico y no tenía tiempo para compartir en pareja, decirle que se está consciente del error y que llegará más temprano a la casa.
Ahora, hay que tener en claro que uno de los mayores retos de la pareja que se reconcilia es enfrentar la rutina con una nueva actitud, pero sin evadir el tema. "Muchos caen en el juego de llenarse de regalos o salidas a comer. Otros, en cambio, se van de viaje y tratan de hacerle el quite a la realidad. Pero hay que tener en claro que tarde o temprano se van a enfrentar a la vida cotidiana y que van a volver a fracasar si no han hecho un trabajo profundo", dice Padilla.


No siempre se puede

Las posibilidades de que una reconciliación funciones depende en gran parte de las razones que produjeron el quiebre.

De hecho, darse una segunda oportunidad no siempre es posible y, a veces, ni siquiera aconsejable. Así lo afirma la sicóloga de parejas Carla Padilla, quien explica que separaciones provocadas por violencia física y sicológica "son muy difíciles de revertir e, incluso, muchas veces es mejor que así sea".

Sin embargo, agrega que "con un trabajo personal, de pareja y la ayuda de especialistas se puede salvar la relación en algunos casos".
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