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Nueva fórmula apuesta a que la mediación familiar se legitime

La ley se cambiará para que las parejas en juicio asistan obligatoriamente a una sesión en la que se les explique la salida que ofrece esta forma de resolución de conflictos.

03 de Julio de 2006 | 11:35 |
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Cuando partieron los nuevos tribunales de familia, el año pasado, se esperó que entre el 30 y el 40% de estas causas se resolvieran a través de la mediación. Para eso, cientos de profesionales se capacitaron como mediadores. Un poco más de medio año después, la cifra es demoledora: sólo el 0,11% de los casos ha sido derivado a los centros de mediación.

No es la única causa de los atochamientos en tribunales, pero ha influido. ¿Por qué la gente no está llegando a la mediación? Los involucrados acusan falta de información: campañas comunicacionales insuficientes y ausencia de funcionarios que expliquen a los usuarios en qué consiste esta alternativa.

"Esto no es una terapia: tú no vas a ir a mediación para resolver un tema de pareja", dice Ana María, una mujer de 38 años que encontró en este proceso una solución. "La decisión de separarse estaba tomada, pero no sabíamos cómo hacerlo para acordar el tema de las visitas y de la mensualidad".

Por una casualidad, Ana María se enteró de que existía la mediación y se lo propuso a su ex pareja. "A él le gustó la idea porque se trataba de un organismo imparcial y no de abogados míos. Los mediadores nos ayudaron a dejar lo emocional de lado y a concentrarnos en llegar a un acuerdo que nos dejara contentos a los dos. Nos tomó cuatro sesiones".

Llevaron el acuerdo ante el juez de familia, y en dos semanas tenían el tema resuelto. "Fue óptimo", agrega Ana María, a quien le impresiona que tan poca gente conozca esta alternativa.

Una comisión de expertos y un equipo técnico convocados por el Ministerio de Justicia están buscando soluciones al actual atochamiento en los tribunales de familia. Sus proposiciones se darán a conocer en los próximos 20 días, pero la subsecretaria de Justicia, Verónica Baraona, adelanta cómo se pretende cambiar la ley para promover la mediación: si el juez de familia recibe causas de tuición, de régimen de visitas o de pensión de alimentos "estará obligado a derivar estos casos a mediación; y allí habrá una persona que les explique en qué consiste este proceso. Con esa información, los usuarios podrán decidir si quieren hacerlo o no".

Es decir, no será obligatorio ir a mediación, pero sí a una sesión en la que se les explique de qué se trata. Y para las personas que no tengan recursos, el proceso será gratis. Al resto, se le cobrará en la medida en que puedan pagar.

Algunos mediadores son críticos de que se esté ligando el financiamiento público de la mediación a aquellos casos que derivan de tribunales. "Las personas que llegan a un juzgado a poner una demanda no suelen ser las que quieren sentarse a conversar para llegar a acuerdos. El potencial resolutivo de la mediación debería usarse de manera preventiva, y hacerse más presente en las redes sociales", dice Felipe Viveros, abogado y mediador del Instituto Chileno de Terapia Familiar.

La subsecretaria de Justicia afirma, en cambio, que la única manera de que las personas lleguen a enterarse sobre este proceso es si un juez se los ordena. "La gente no están yendo a mediación por propia motivación".


Un cambio cultural

Detrás de esto, afirman los especialistas, hay todo un cambio de paradigma en una sociedad que tiende a judicializarlo todo. La mediación apunta a una transformación cultural: que las personas dejen de creer que un tercero (el juez) les va a dar la mejor solución, sino que "adquieran protagonismo en la resolución de sus conflictos, que sean capaces de buscar salidas que sean buenas para ellos y para sus hijos", apunta Alfredo Estrada, psiquiatra, psicoterapeuta y mediador familiar.

La abogada experta en familias Karina Abumohor cree que en nuestra cultura es muy difícil lograr ese cambio: "Los temas de familia son netamente emotivos, y es muy difícil llegar a acuerdos cuando los ánimos están muy caldeados y no está la capacidad de separar las cosas. Y esto, sobre todo, cuando las personas están dispuestas a pelear por lo que creen es justo para ellas".

Con ella discrepa el abogado Felipe Viveros: "La mayoría de las personas quiere resolver sus cosas y no llegar a la confrontación. Por eso, hay que ayudarlas a reconocer su propia fuerza y su mejor alternativa, que en algunos casos sí será litigar y tirarse con todo, pero ésos no son la mayoría", opina.
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