La bioquímica argentina, Adriana Barreta, explicó que un método natural que combina una dieta concreta con el conocimiento del ciclo menstrual de la mujer permite seleccionar el sexo del bebé a concebir con casi un 100 por ciento de éxito.
Tras quince años de intensa investigación en el marco de la fundación ABIF (Asesoría Bioquímica Fecúnditas), la experta presentó en Madrid su libro “¿Niño o niña? Ya puedes elegir’’, de la editorial MAD.
La bioquímica cordobesa explicó que en todos estos años de investigación su equipo tuvo que vencer una serie de escepticismos por ir en contra de la “teoría del azar’’ y creer que “es imposible que el azar determine el sexo’’, cuestión que ahora descartan con “fundamentos’’.
“Nosotros decimos que hay una predeterminación materna y hemos investigado cómo influye la alimentación, la comida, la bebida, los medicamentos que pueda tomar la mujer’’, pues esto incide en una “mayor acidez o alcalinidad de las secreciones femeninas que a su vez favorecen un tipo u otro’’ de cromosomas (X o Y) en los espermatozoides, de los que depende la determinación del sexo, afirmó
Según este método de selección natural, un mayor consumo de productos con calcio y magnesio favorece la procreación de niñas, mientras la ingesta de alimentos con sodio y potasio ayuda a la gestación de niños, siempre y cuando se tenga en cuenta las cantidades y la frecuencia con que se consumen.
“Pero no es sólo una cuestión de alimentación, porque la dieta específica tiene que ir de la mano del control de los ciclos menstruales, puesto que comprobamos que cuanto más próxima es la ovulación se favorece la gestación de niños, mientras que unas 48 horas antes de la ovulación induce niñas’’, explicó la bioquímica.
En 153 casos tratados a través de este método, 150 fueron positivos ya que las mujeres lograron tener bebés del sexo que querían.
“Obtuvimos un 98 por ciento de efectividad’’, agregó la investigadora, de 53 años, ilusionada por la aparición en España de su libro, que la editorial busca publicar en Argentina.
Sin embargo, “no sólo es importante lo que consume la mujer en los meses previos a la gestación sino también lo que no come, por eso evitamos dar ejemplos concretos que desorienten’’, dijo Baretta.
Así, por ejemplo, “la leche tiene calcio y magnesio que favorece a las niñas, pero hay gente que toma mucha leche y tiene niños. El tema es cuánto toma y si consume también alimentos con sodio y potasio, como frutas, legumbres, fiambres, café, que favorecen la procreación de niños’’, expuso la investigadora.
Otro ejemplo que desorienta es el “mate’’, ya que la tradicional infusión argentina “tiene bastante magnesio pero también mucho potasio’’.
“Hay que ver en el balance, si se toma con bombilla o hervido’’ y “tener en cuenta los alimentos regionales, ya que lo importante aquí son los minerales’’, precisó Baretta.
Según la investigadora cordobesa, su libro es una especie de manual que “tiene instrucciones y herramientas como para seguirlo de manera autónoma, pero también se aclaran las dificultades que pueden surgir en la marcha y que ameritan o no un tratamiento personalizado para que pueda tener éxito’’.
En ese caso, “lo que hacemos es un diagnóstico con un programa para saber en qué rango se encuentra la mujer respecto a su dieta, y a partir de allí iniciamos un programa de tres meses de duración en el que la mujer se adecua a una dieta específica y comienza a conocer su ciclo a fin de poder aplicar los dos factores de forma personalizada’’, explicó la especialista.
En cuanto al avance que supone este método natural, Baretta señala que es más efectivo que las técnicas genéticas de selección de sexo, como la separación en la fecundación in vitro, que a su vez conlleva el riesgo del embarazo múltiple.
“Este método natural no ataca el organismo de la mujer, no tiene ninguna contraindicación, salvo que la mujer no sea sana, tenga algún problema hormonal o metabólico’’, añadió la especialista.
Esta alternativa puede ser una respuesta al problema ético de la selección del sexo de los bebés a través de técnicas genéticas, y que están prohibidas tanto en Argentina como en España.