Verse bien no sólo obliga a preocuparse por tener una piel tersa y atenuar los signos del envejecimiento, sino que además por mostrar una sonrisa reluciente. Y una de las claves para conseguirlo es la realización de un blanqueamiento dental.
Una de las principales causas del cambio de color de los dientes es la edad. Las manchas pueden clasificarse en coloraciones profundas o superficiales. Las primeras se relacionan con el paso del tiempo y el envejecimiento del diente, y con el consumo de fármacos como las tetraciclinas. Las superficiales se deben al tabaco, al café, té, bebidas cola y algunos alimentos colorantes.
El tratamiento clínico de blanqueado escogido dependerá del tipo de manchas y de su profundidad. Es importante advertir que blanqueamiento y limpieza dental son procesos distintos. La limpieza se refiere a eliminar el sarro y la placa bacteriana, no a cambiar el tono de los dientes. Sin embargo, muchas veces antes de someterse a un proceso de blanqueamiento, hay que realizarse una limpieza para eliminar las toxinas
A la hora de blanquear los dientes, existen varias alternativas. Algunos ejemplos son:
-Tratamiento supervisado en la casa: en este caso - explica el dentista de la clínica Dent Art, Dani Gleiser- , el paciente debe utilizar unos moldes dentales durante la noche con una determinada concentración de gel de peróxido de carbamida. El proceso se debe hacer por dos o tres semanas consecutivas. Los resultados son buenos si se es constante, pero existen algunas deficiencias. Por ejemplo, no es muy efectivo para remover manchas como las causadas por el consumo de algunos antibióticos. El único inconveniente es que se produce una mayor sensibilización de los dientes, porque los moldes deben ser utilizados por mucho tiempo. Los dientes se vuelven más sensibles a temperaturas extremas y se sienten destemplados.
-Microabrasión: se utiliza ácido clorhídrico, que se combina con calor u otros productos químicos abrasivos que producen desgaste. Basta una sola sesión y los resultados son satisfactorios para la eliminación de manchas superficiales, pero no para las más profundas. Según el dentista Jaime Herrera, de Clínica Dental Santiago, lo malo de esta técnica es que se actúa sobre la superficie del diente y lo desgasta. Además, resulta muy irritante para las encías y produce gran sensibilización una vez efectuado.
-Láser y gel de peróxido fotoactivado: se aplica el gel directamente en los dientes, que luego se activa con el láser. Es útil para remover manchas profundas, incluso las causadas por el exceso de antibióticos. El problema es que el calor producido por el láser puede ocasionar daños al esmalte o una sensibilización extrema en algunos pacientes. Por esa razón, normalmente se blanquea un solo arco dental a la vez, lo que implica, al menos, dos visitas al dentista.
-Gel de peróxido de hidrógeno activado con luz halógena: similar a la anterior, pero con otro tipo de luz. El doctor Herrera aclara que la ventaja de este gel es que al no ser abrasivo no desgasta los dientes, sólo aclara su color. Se indica en coloraciones ligeras, donde logra buenos resultados. "La única contraindicación es no hacerlo en mujeres embarazadas o en período de lactancia", añade.
-Sistema combinado: se realiza una sesión en la clínica en la que se aplica gel de peróxido de carbamida de alta concentración. Esto se complementa con trabajo en la casa, donde el paciente debe utilizar por dos o tres semanas, durante unas horas al día, unos moldes con concentraciones más bajas del mismo gel. El doctor Dan Goldsmith, de Clínica Dental Gold, sostiene que es importante que el paciente se evalúe con un especialista antes de utilizar este tipo de compuestos, ya que la cantidad de gel necesario variará según el color de su dentadura. "Aplicar poco puede ser insuficiente para los resultados deseados, y utilizar demasiado podría hipersensibilizar los dientes".
-Luz de arco de plasma: El doctor Gleiser cuenta que se trata de una luz fría, que al ser aplicada sobre el gel de peróxido de hidrógeno produce una oxidación de las estructuras cristalinas del esmalte, lo que permite el cambio de coloración del diente. "Su mayor ventaja es que no produce calentamiento y, por lo tanto, no tiene los inconvenientes del láser". Otra ventaja de este proceso es que se pueden cubrir ambos arcos dentales de una sola vez, lo que implica que se puede conseguir un óptimo resultado en una sesión.
En términos generales, los efectos de técnicas como las de láser de luz fría y halógena, duran de un año y medio a dos, y depende de los hábitos del paciente: si es fumador, si consume mucho café, etcétera. Asimismo, hay que tener en claro que estos procesos sólo blanquean estructuras naturales, no tapaduras ni coronas.
En esta fiebre por lucir una sonrisa más blanca las pastas dentales no se quedan atrás, ya que junto con combatir las caries incorporan ingredientes que ayudan a blanquear los dientes. Pepsodent Whitening, por ejemplo, contiene perlite, un compuesto similar al utilizado por dentistas en tratamientos de blancura y que ayuda a remover manchas superficiales. Se trata de un silicato de origen volcánico, químicamente inerte y de pH neutro, que actúa removiendo las manchas como agente de pulido, y que no daña el esmalte, ya que resulta poco abrasivo. Otras pastas dentales incorporan en sus fórmulas peróxido, claro que en concentraciones más bajas que las que se utilizan en los tratamientos clínicos. Éste actúa removiendo manchas superficiales y evitando la formación de nuevo sarro.
La efectividad de estas pastas "efecto whitening" está directamente relacionada con la continuidad de su uso. En la mayoría de los casos se advierte que el cambio comienza a observarse a partir de la cuarta semana de uso.