Para la masa: 250 gramos de harina, 125 gramos de mantequilla, sal, 1 huevo, 3 cucharadas de agua helada.
Relleno: 1 taza de queso gruyère, 3 cucharadas de mantequilla, 4 cebollas cortadas pluma, 3/4 taza de ricotta, pimienta de cayena, 2 cucharadas de azúcar rubia, 1 taza de leche.
En un bol mezclar la harina, la sal, la mantequilla, el huevo y el agua y guardar la masa en el refrigerador 1 hora envuelta en un paño o alusafilm.
En una superficie estirar la masa hasta que tenga 5 milímetros de ancho y disponer la masa sobre un molde de tarta enmantequillado y enharinado, dejando que la masa suba en los bordes. Con un tenedor pinchar la masa. Cocinar en el horno a 200 grados por 10 minutos. Dejar enfriar.
En una sartén con 3 cucharadas de mantequilla sudar la cebolla por 20 minutos a fuego lento sin que se vuelva café. Espolvorear 2 cucharas de azúcar rubia y seguir cocinando 5 minutos. Reservar en un bol y mezclar con 2 huevos batidos, 3/4 taza de ricotta, 1/2 taza de queso gruyère y 1 taza de leche. Agregar 1 pizca de sal y 1/2 cucharadita de pimienta de cayenna. Verter la mezcla sobre la masa precocinada y espolvorear con el resto del queso gruyère. Cocinar 20 minutos a 200 grados y servir caliente.
