Parece un pajarito, todo mojado con la lluvia que cae sobre la capital. Lleva puesto un gorro con orejeras de cuero negro, chaqueta negra, chaleco negro, jeans y zapatillas. Es muy flaco y largo y tiene cara de niño despistado. Pero es sólo la cara, porque mientras avanza la conversación, plantea sus ideas con gran convicción.
No le gustan las portadas, ni que la prensa se entrometa en su vida privada y no lo dice de la boca para afuera, lo cumple. Es poco lo que se sabe de él que no sea de su trabajo o de su relación con el grupo de los "Rat pack" (como los medios llaman ahora al grupo de actores jóvenes, todos muy amigos, que forman Felipe Braun, Gonzalo Valenzuela, Benjamín Vicuña, Mariana Loyola y Diego Muñoz, entre otros, por una broma que este último hizo al respecto).
No obstante, su carrera como actor ha sido bastante fructífera en estos años; ha participado en varias películas nacionales, en teleseries de TVN y ahora de Canal 13 y ha montado varias obras teatrales.
El 15 de junio estrenó "Criminal", del argentino Javier Daulte, dirigida por Alejandro Goic y en la que participan, además, Mariana Loyola, Diego Muñoz y Francisco Reyes, en el Teatro Mori.
-¿De qué se trata?
"Es una obra muy entretenida, una comedia negra con mucho de policial y melodrama, de tragedia… géneros que tal vez no tienen mucho que ver entre sí, pero que confluyen todos en esta obra, en forma muy dinámica y muy ágil.
"La trama principal es muy simple: se trata de una pareja en crisis y sus dos psicoanalistas; alguien va a cometer un asesinato y alguien puede evitarlo. A través de mentiras, engaños y muchos enredos, se va develando una historia paso a paso, como un puzzle".
Nicolás representa al marido, a Carlos, casado con Diana – "esta obra se escribió hace como diez años, así que quizás tiene mucha referencia al príncipe Carlos y lady Diana"-, Diego Muñoz es Bueras, el psicólogo de Diana y Francisco Reyes es "doctor A". "Entonces, son A, B (Bueras), C (Carlos) y D (Diana). Es todo un juego finalmente", cuenta.
-Pareces muy animado con la historia.
"Es una obra muy, muy entretenida. Hace tiempo que estaba buscando una obra para trabajar con mis amigos".
-¿Por qué con tus amigos, en especial?
"Es que cuando volví de España, montamos "Splendid's" con un lote grande de amigos y fue una muy buena experiencia; entonces, tomé la decisión de, en la medida que yo pueda, generar los proyectos y hacer obras que me interesen a mí y a mis amigos y trabajar con ellos".
-Bueno, con Diego (Muñoz) se conocen hace mucho.
"Sí, poh, partimos juntos en la calle; nos conocimos por amigos comunes como a los 15 años. Yo me fui de un colegio y Diego entró, así que nunca fuimos compañeros, pero podríamos decir que estuvimos sentados en la misma silla (se ríe)".
Está a punto de entrar a la primera reunión de la teleserie del segundo semestre de canal 13, en la que se reunirá con el director de arte, con el vestuarista, el peluquero, todo el equipo para empezar a crear al personaje que interpretará.
No puede adelantar nada, porque el canal aún no lo autoriza, pero se sabe que la nueva teleserie, dirigida por Herval Abreu, se desarrolla en una empresa de aviación, en la que se realizan diferentes tipos de transportes y servicios aéreos; también funciona como una escuela de aviación. Ese es el centro de la trama en la que se van armando las historias entre los pilotos y un buen número de mujeres. Los otros pilotos que protagonizarán la novela son Luciano Cruz-Coke, Felipe Braun y Diego Muñoz. Todos liderados por Cristián Campos, cuyo personaje es ciego, producto de un accidente en un vuelo anterior.
-¿Cómo logras hacer teatro y teleserie al mismo tiempo?
"Es que ahora estamos sólo con las funciones (de la obra). Antes del 15 tuvimos un período súper intenso, haciendo pasadas, afinando muchos detalles técnicos, de vestuario, de producción, de escenario. También concentrados en darles los últimos toques a los personajes. Además estamos bajo el alero de un director que es genial y que tiene muy claro lo que hace; él va pintando y van apareciendo cosas; unas quedan, otras se van. Ha sido un proceso súper rico.
"Las funciones son jueves, viernes, sábado y domingo y, cuándo empiecen las grabaciones aquí –que no tengo idea cuándo será- uno se las arregla".
-¿Cómo coordinas los horarios entre ambas cosas?
"Es que por eso también es bueno trabajar con la gente cercana, con los amigos, porque en el teatro se trabaja a las siete de la tarde… entonces, termina de trabajar todo el mundo y uno sigue hasta las once de la noche, ensayando. Hay mucha gente que lo hace".
-Es más fácil siendo joven, porque actores mayores prefieren dedicarse a una cosa o a la otra, por períodos.
"Bueno, yo lo hago año por medio, jajaja… para no estresarme".
Pero Saavedra no se queda ahí, también ha tenido destacados roles en el cine chileno, ya ha hecho seis largos y varios cortometrajes.
-¿Qué significó "Mi mejor enemigo" en tu carrera?
"Fue un paso súper importante, fue una gran oportunidad; hacer mi primer protagónico en cine con una historia que nos pertenece a todos, que es parte de nuestra historia. Volví de España a filmarla; fueron muchas cosas: un reencuentro con Chile, irse a la Patagonia a filmar… Estoy súper orgulloso de ese trabajo, me tiene muy contento… me encanta la película, fue una gran experiencia".
-¿Qué te atrae del cine?
"Hay dos caminos que me atraen y me llaman mucho la atención, que son las películas que tienen que ver con nuestra historia, que hacen como de espejo al público y las que tienen un mayor grado de experimentación, de riesgo, de búsqueda de un nuevo lenguaje… como la que hice recién".
Se refiere a "Malta con huevo", la ópera prima del joven director Cristóbal Valderrama, que cuenta, además, con la producción ejecutiva de Alberto Fuguet. La cinta narra la historia de dos amigos (Diego Muñoz y Nicolás Saavedra) que deciden irse a vivir juntos, experiencia que se transformará en una pesadilla cuando la polola de uno de ellos (Javiera Díaz de Valdés) le sea infiel a su pareja. El estreno está programado para octubre.
-¿En cuál de los tres medios te sientes más cómodo?
"Creo que todos son súper importantes, pero me siento más cómodo haciendo cine, es donde más feliz soy. En los períodos de rodaje siento que la vida se suspende un poco y eso me fascina; cuando uno hace proyectos que lo comprometen de verdad".
- O sea que no aceptas cualquier guión.
"No. Bueno, ahora tengo la posibilidad. Al principio, a los 20 años, soñaba con hacer cine y, poco a poco, fui haciendo cortos, fui descubriendo el mundo del cine. Tampoco era que yo soñara desde chico con hacer cine, mi sueño era el teatro… esa era mi gran vocación, el escenario, las tablas, porque era lo que conocía".
Agrega que estando en la escuela, filmó un corto en una semana de corrido y se maravilló con la forma en que se trabajaba, con la familia del cine. "Con como, no sé, falta un clavo y el encargado de ese clavo va corriendo a buscarlo… la rigurosidad, la coordinación, el amor en cada departamento… clavar ese clavo es tan importante como el director que dice acción ¿me entendís?", dice y se nota la pasión que le provoca este medio.
-¡Te encanta!
"La experiencia se fue convirtiendo como un sueño, una añoranza y, poco a poco, he tenido la oportunidad de ir haciendo cine, de ir aprendiendo y siento que cada película es un nuevo desafío y un nuevo aprendizaje. Hubo un tiempo en que era hacer por hacer, y hacer, pero ahora quiero aceptar cosas que para mí tengan mayor sentido, aunque en cualquier género: drama, comedia, terror… lo que me guste".
- A toda tu generación le gusta mucho el cine.
"Es que algo nuevo, que nos tocó a nosotros. Cuando yo era chico se hacían, no sé, seis o siete películas en cinco años y ahora se hacen diez en un año, y cada vez proyectos más interesantes. Hay mayores posibilidades, más creadores, mejores historias. Igual sigo encontrando que son súper héroes los directores de cine, los que sacan adelante estos proyectos que cuestan mucho dinero".
Se alarga en el tema y centra la atención en que, a pesar de que las cintas puedan recibir premios, es muy poca gente la que va a verlas. "Ir a los festivales es sólo taquillar; las películas tienen el sentido de que lleguen a la sala y que las vea la gente. Tampoco hay leyes que regulen y es muy difícil que se pueda crear como una base, porque viene 'El Código Da Vinci' y llega con 78 copias a las salas, eso significa que vuelan todas las películas chicas que están a la cola. Yo no la he ido a ver ni la voy a ir a ver, simplemente por una cosa de principios, porque encuentro que eso es matonaje. 'Mi mejor enemigo' tuvo 120 mil espectadores, que no es malo, pero no es nada en comparación", dice.
-¿Por qué el público no va a ver películas chilenas?
"Creo que falta moverlo más, que faltan más estrategias de marketing, que la gente mueva el culo y se levante de su casa y, no sé, apoye. También tiene que ver con la publicidad; si la gente se entera de las cintas extranjeras es porque se las meten hasta por las orejas. Debiera haber políticas de Estado, pero claramente hoy es mejor que ayer".
-¿Y la crítica?
"Bueno, de repente, hay mala leche, hay malos juicios".
-¿Cómo para "Fuga?
"Yo no los leí mucho, porque eso es un asco. Es lo mismo que ayer, son prejuicios porque Pablo (Larraín) es hijo de Hernán (el senador UDI) y ¿qué tiene? La raja que Pablo, hijo de
Hernán, haga una película como 'Fuga'".
A Nicolás le encantaría dedicarse al cine, pero tiene claro que, mientras el mercado chileno sea tan pequeño, no podrá hacerlo. "Tiene que unirse con Bolivia, con Argentina, con Colombia; que Sudamérica se una, haya más coproducción y sea como un solo mercado", insiste.
-Volviendo al tema original ¿qué es para ti la televisión?
"Lo paso súper bien, me entretengo haciendo teleseries y vivo de eso, básicamente".
-¿Y el teatro?
"Es como la esencia, hay que ir volviendo cada tanto. A mí el teatro me da un poco de nervio. Hay algo… si ves mi currículo es lo que menos he hecho, finalmente. Una obra anual antes de irme y una cada dos años al volver. Igual me parece bien, porque si uno se llena de pega, no le queda tiempo para nada y la vida no es trabajar; hay que buscar los equilibrios".
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