El año 1996, la pediatra especialista en adolescentes Verónica Gaete se hizo cargo de un equipo de profesionales para la atención integral de los jóvenes, reunidos al alero de AMICAM (Amigos del Calvo Mackenna) y de la Universidad de Chile, en el proyecto "SerJoven".
"Me quedé solita a cargo del buque, recién habiendo terminado mi beca y con bien poca experiencia en administración. Pero me encontré con gente maravillosa que, además, hemos ido cuidado, porque ése es el verdadero tesoro que tenemos en la Corporación", dice.
Ella está a cargo, además, del Centro de Adolescencia de la Clínica Las Condes, cuyo objetivo es el mismo que el de SerJoven en los sectores de escasos recursos de Lo Barnechea: atender integralmente a este segmento de la población que está bastante abandonado en las políticas de salud gubernamentales.
"Lo que nos queda claro es que está todo por desarrollarse en el área y muchos profesionales, desde distintos ámbitos, están dándose cuenta del proceso y llevando a cabo distintas iniciativas. Nosotros somos una de esas instancias y, tal vez, la que partió primero", aclara. No quiere que se piense que ellos son los únicos, pero sí que se tome en cuenta la gran dedicación y cariño con que sacan adelante a este modelo.
-¿Cuáles son los principales problemas de la juventud actual?
"La soledad, la falta de contención, de límites, la falta, incluso, de amor".
-¿Eso lo ves en todos los niveles sociales?
"Sí, en los niveles más altos tienen familias, quizás, más presentes en algunos sentidos, pero tienen más o menos los mismos problemas que los de aquí de Lo Barnechea".
-¿Qué áreas requieren mayor atención?
"Mira, la nutrióloga debe llevar adelante todo lo que tiene que ver con trastornos alimentarios, en conjunto con la psicóloga. Otros están desarrollando programas innovadores en el área de obesidad, violencia, droga, sexualidad… uff, son muchos los temas".
-Cuando hablas de violencia te refieres a la que reciben de sus padres o a la que se da con sus pares?
"La violencia tiene que ver con lo que es violencia juvenil y con lo otro -que es más común en este sector, sobre todo- es el maltrato y el abuso, incluso sexual".
-¿De hombres y mujeres?
"Sí, de ambos, pero mucho más mujeres, eso sí. Es que nuestra sociedad es súper violenta, la cantidad de maltrato y violencia intrafamiliar es horrible. Parte tiene que ver con un sistema de crianza malentendido, pero otra parte no tiene nada que ver con eso".
Explica que los primeros pasos en salud adolescente se dieron en los ámbitos de las drogas y la salud sexual y reproductiva: existían centros que trataban sólo esos problemas. Al poco tiempo, se dieron cuenta que ésa no era la forma de abordar la problemática adolescente, pues, en general, estigmatizaban a los jóvenes (que no asistían por esa misma razón) y, además, "necesariamente te vas a encontrar que el chiquillo o la chiquilla que tiene el riesgo en sexualidad, también es probable que esté consumiendo exageradamente alcohol o drogas, que tenga problemas de violencia, cuadros de salud mental asociados… suma y sigue".
-O sea que la atención tiene que ser integral.
"Claro, uno no puede trabajar desde parcelas, hay que trabajar con el adolescente por completo, con toda su realidad y, además, incorporando a su familia, a su entorno. Tiene que hacerse en modelos integrales como éste, donde los chiquillos vienen porque tienen fiebre o espinillas –clásicos en los adolescentes-, problemas menstruales, de crecimiento, de desarrollo puberal o por problemas nutricionales, más que nada ligados a obesidad en este minuto".
-¿La anorexia es un problema menor que la obesidad en los sectores populares?
"Hay, pero mucho menos que obesidad. Está el concepto clásico de que la anorexia y la bulimia eran de las clases privilegiadas, de excelentes alumnas de colegios particulares o de clase alta, pero eso ha cambiado absolutamente y no sólo aquí en Chile, también a nivel mundial. Está permeando todas las clases de la sociedad".
-¿Por el modelo de figura impuesto mediáticamente?
"Yo creo que los medios tienen harto que ver, pero es responsabilidad de todos los adultos, en general".
-Que podrían filtrar…
"Pero claro que sí, y no estamos filtrando nada".
Otra de las grandes áreas de atención son los problemas psiquiátricos y psicológicos de diversa índole. "Hay chiquillos que vienen por los típicos trastornos adaptativos; por ejemplo, pelean con el pololo o la polola, lo están pasando muy mal y tienen síntomas asociados a eso, se deprimen, etc. Son cuadros reactivos a situaciones específicas", explica.
-¿Y cuadros más graves?
"Sí, cuadros depresivos de frentón, intentos suicidas o problemas de autoagresiones, que son cada vez más frecuentes".
-¿Cuál crees tú que es la razón del aumento de las autoagresiones?
"Son distintos factores; de partida, los problemas de salud mental están aumentando cada vez más en toda la sociedad y, si afectan a los adultos, el grupo de los adolescentes es mucho más vulnerable, por eso están aumentando exponencialmente los problemas psiquiátricos y psicológicos.
"El asunto de la autoagresión no es una patología específica, sino que se ve asociada a diversos problemas de salud mental y tiene que ver con la forma en que se enfrentan esas dificultades o la manera en que se manifiestan".
-¿Lo que vulgarmente conocemos como "llamar la atención"?
"Puede obedecer a muchas cosas muy distintas. Puede tener que ver con calmar la ansiedad, la angustia. Hay chiquillos que te dicen
yo me corto para no sentir dolor emocional, porque el sentir dolor físico me complica mucho menos o me alivia, de frentón. Hay otros casos que tienen que ver con llamar la atención o con otras problemáticas.
"Es una forma más que tienen los chiquillos de manifestar sus problemas emocionales. Además, en los adolescentes, todo lo que significa el copiar lo que otros hacen es muy potente".
-¿Cómo con las conductas suicidas?
"Exactamente. Cuando en un colegio hay un caso de suicidio es muy importante hacer una contención, porque tienden a evolucionar en brote, por toda la conducta imitativa del resto. Lo mismo con la autoagresión y en muchos otros ámbitos".
-Porque su referente es el grupo.
"Pero claro que sí; son chiquillos que están en la construcción de la identidad, no la tienen definida y, obviamente, van a tender a imitar lo que hace el otro".
Otra de las grandes áreas de atención son los cuadros somatomorfos; es decir, todos los dolores físicos que tienen su origen en problemas de salud mental. También el déficit atencional con hiperactividad, con todas las secuelas que se asocian en la adolescencia. "Estos son los chiquillos que en la infancia el problema se ve bastante menos complejo del punto de vista de los conflictos emocionales; en la adolescencia, en cambio, se suman una serie de dificultades emocionales, psicológicas o psiquiátricas que generan mucha disminución en la autoestima y, muchas veces, trastornos de conducta", revela.
-¿A qué se le llama trastorno de conducta?
"Es un desorden que se manifiesta principalmente a través de problemas conductuales en diversos ámbitos: agresividad, no respetar las normas, etc. Detrás de ellos puede haber distintos problemas; uno de ellos es el desarrollo de una personalidad antisocial".
-¿Es posible darse cuenta a tiempo?
"En general se manifiesta bastante temprano. Son los niños que son bien desalmados, crueles con los animales, mienten mucho, son muy agresivos y no se arrepienten de las 'maldades' que hacen.
"Asimismo hay otro tipo de trastornos como es oposicionista-desafiante, que son chiquillos difíciles desde la infancia; tienen problemas con la autoridad que se manifiesta en rebeldía con el mundo adulto (con los papás, en el colegio). Por otra parte, hay también muchos problemas familiares".
-¿Tanto aquí como en la Clínica Las Condes?
"Es distinto en el sentido de que aquí hay mucha desprotección de la familia, porque también en las clases bajas hay mayores patologías de salud mental, porque la adversidad que viven y los recursos emocionales que tienen para enfrentarla es mucho menor".
-¿Cómo son las familias en las que se desarrollan los adolescentes?
"Hay de todo, familias súper ayudadoras, muy adecuadas; pero hay papás que están con muchos problemas, de alcoholismo, de pareja muy significativos, absorbidos por la cosa laboral y con falta de recursos económicos y emocionales para enfrentar a sus adolescentes. También familias con alteraciones estructurales.
"En Lo Barnechea uno ve mucho problema familiar y cuenta, a veces, bastante poco con los papás como para poder solucionar el cuento. En el sector alto, uno cuenta mucho más con los papás, pero a veces es incluso más complicado, porque los conflictos son mayores. Aquí hay carencia, allá conflicto. Ahora es más fácil solucionar los conflictos, cuando hay abandono o carencia es más difícil".
-No te parece que también existe la variable que los que te llegan a la consulta en la clínica son aquellos de los que sus padres están preocupados, pero que también existe abandono que no ves.
"Sin duda, es cierto, hay un sesgo. Pero allá hay más preocupación de los papás en término de las conductas de riesgo de los chiquillos. El papá que llega es porque está muy preocupado de que su hijo esté preparado para enfrentar las situaciones que hoy se están volviendo cotidianas, como la droga, la sexualidad precoz, el alcoholismo".
-¿Cuál dirías que es el principal problema de la juventud actual?
"El alcoholismo, de todas maneras, y en todas las clases sociales. Después la marihuana, lejos".
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