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El varón, el gran ausente en las políticas sexuales

Políticas públicas de planificación familiar se enfocan en la mujer.

24 de Julio de 2006 | 12:32 |
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Nada menos acogedor para ser varón. Ingresar a un consultorio con el propósito de pedir un preservativo y ver que la sala está llena de mujeres, incluidas las profesionales de la salud.

Según la doctora Ximena Luengo, especialista en sexualidad adolescente, las políticas de salud estatal han transformado al hombre, como sexo, en su gran ausente. De hecho, las políticas de planificación familiar están contenidas en los programas de salud femeninos.

Y lo anterior no puede ser más perjudicial en cualquier intento por disminuir la tasa de embarazos adolescentes y de transmisión de enfermedades sexuales.

Ximena Luengo, invitada por el Laboratorio Gynopharm, abordó el problema del embarazo adolescente, que según las cifras oficiales ha aumentado en las mujeres menores de 17 años, incluido la repetición del embarazo.

A su juicio, la sociedad toda debe hacerse cargo de que los cambios culturales que se han experimentado en los últimos años y que hablan de un inicio cada vez más a temprana edad de las relaciones sexuales y la presencia de más de una pareja. A esto se suma el factor de que los jóvenes ya no se inician sexualmente con una trabajadora sexual, sino que con la polola.

Si se añade el hecho de que se han producido cambios biológicos importantes en los chilenos que hacen que las mujeres tengan su primera menstruación ahora a los 12 años y no a los 17 como hace dos décadas y que la edad para casarse se ha retrasado, Ximena Luengo, enfatizó que los adolescentes “deben” recibir educación sexual.

Y en este propósito, dijo, los planes de educación sexual deben apuntar no sólo a retrasar el inicio de las relaciones sexuales entre los jóvenes, sino que ha promover en ellos una conducta responsable que incluye el acceso a información sobre anticonceptivos y su uso.

La experta manifestó que es difícil que un adolescente que ya se inició sexualmente vaya a suspender la práctica y por eso, se le deben entregar herramientas que permitan evitar el embarazo, pero a su vez, reconoció que los anticonceptivos presentan una falla, por lo que se debe tender a propiciar en los jóvenes la práctica de la abstinencia como una decisión consciente de que es lo más conveniente para su desarrollo integral.

Según encuestas nacionales realizadas por el Ministerio de Salud, niños de 12 a 14 años ya reconocen haber tenido una relación sexual, mientras que la cifra entre quienes tienen 15 a 18 ha ido en alza los últimos años. Datos de una encuesta del Instituto Nacional de la Juventud señalan que la tasa entre los hombres creció casi dos puntos entre el 2000 y 2003 y que entre las mujeres la variación al alza superó los tres puntos porcentuales en igual período.

Las cifras también indican que mientras la tasa de fecundidad disminuye entre las mujeres de 20 a 18 años, ésta ha subido entre las que tienen entre 15 y 17 años, igual que la presencia de un segundo embarazo en ese grupo etario.

El INE también informa que la edad de los padres también ha disminuido porque su en 1992 había un 17,9 de varones padres entre los 15 y 19 años, hoy esa cifra es de un 24,6%.
De ahí, según Ximena Luengo, que las políticas de salud pública se hagan cargo de los hombres.

La profesional reconoció una falla en el sistema público por cuanto aún persiste la idea de que si se entregan anticonceptivos se estaría incitando al joven a iniciarse sexualmente o se le estaría avalando. Al respecto señaló que una adolescente que ya ha tenido un hijo tiene menos problemas para acceder a anticonceptivos que una joven que se quiere iniciar sexualmente de manera responsable. Sostuvo que ésta, además de deber de salvar una serie de barreras, cuando logra llegar al consultorio no tiene gran acogida.

“Los adolescentes hombres son los grandes ausentes de las políticas de salud. Las mujeres se pueden embarazar una vez al mes, los varones muchas veces”, remarcó, haciendo ver lo efectivo que sería llegar con programas de prevención de embarazo adolescente entre los hombres.

Ximena Luengo sostuvo que ante el porcentaje de fallas que presentan los anticonceptivos en los adolescentes (irregularidad o mal uso) es conveniente el uso de dos simultáneos como las pastillas y el condón. Esto no sólo como método de planificación familiar, sino también de prevención de la transmisión de enfermedades sexuales.

Además, hizo ver que el hombre debe asumir el uso del preservativo porque no debe dejar puesto en otro –la mujer- la responsabilidad de no convertirse él en padre.
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