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La revolución de mousse

Una de las más recientes novedades en el mundo del maquillaje son las bases en textura mousse, que se distinguen por ser más livianas y porque cuando se aplican se funden con la piel. Resultan ideales para cutis normales, mixtos o con tendencia a la grasitud, ya que al entrar en contacto con la piel se transforman en polvo, disimulando mejor los brillos.

14 de Julio de 2006 | 10:25 |
La base de maquillaje es uno de los cosméticos más valorados cuando el objetivo es conseguir un buen aspecto. No sólo porque es el fondo sobre el que pintar, sino también porque es capaz de uniformar el tono de la piel, cubrir imperfecciones y asegurar un acabado aterciopelado al rostro. Hasta ahora, lo habitual era encontrarse con bases en crema, loción y barra o stick, sin embargo en el último tiempo han irrumpido en el mercado las nuevas bases en mousse.

Productos mucho más livianos y la promesa de un acabado mate perfecto son las principales virtudes que distinguen a estas nuevas bases. Ana María Muñoz, formadora de la firma cosmética Biotherm, explica que la textura mousse hace de las bases un producto más volátil, que se funde con la piel, y hace que se sienta como si no se llevara nada puesto. "Antes existían las bases pancake, que eran muy gruesas y obstruían los poros, hoy en cambio la tendencia es a crear maquillajes más livianos que no dificulten la respiración de la piel, y al mismo tiempo uniformen e iluminen el tono natural del rostro. Nada que ver con el efecto máscara de las bases antiguas".

Acerca del acabado de estas bases, la formadora de Biotherm agrega que tienen un efecto polvo, por lo que no es necesario aplicar polvos traslúcidos al final del maquillaje para evitar que la piel brille. "De ahí que se hable del efecto matizante de las bases en mousse. En nuestro caso ello se consigue a través de unas matiesferas, que reflectan la luz y absorben el exceso de grasitud".
Saber aplicar
A la hora de aplicar cualquier tipo de base, el principio fundamental es que ésta debe extenderse desde el centro de la cara hacia los extremos. Es decir, primero desde el centro de la frente hacia las sienes. Luego desde la nariz y pómulos hacia fuera, y por último desde el mentón hacia el cuello.

Ana María Muñoz advierte que una buena práctica resulta trabajar la base antes de aplicarla. "Hay que colocar una pequeña cantidad del producto en el dorso de la mano y masajearla con la yema de los dedos, eso hace que la base se caliente y diluya, y mejore el resultado posterior".

¿Qué es mejor, usar los dedos o una esponja? La base se puede aplicar de las dos formas, incluso se puede usar un pincel. La elección depende de cada persona. Lo que no se debe olvidar, eso sí, es que basta con una pequeña cantidad de producto, el que debe ir difuminándose hacia la raíz del pelo, las orejas y el cuello.

Otro aspecto a favor de la textura mousse es que facilita la aplicación de la base. Esto, sostiene Ana María Muñoz, porque los pigmentos de color se funden mejor con la piel, asegurando como resultado una tez más radiante y natural. Asimismo, la mayoría de estos productos están enriquecidos con agentes emolientes, que ayudan a mantener la flexibilidad de la piel, aportan suavidad y confort.

Si bien no hay restricciones para ser utilizadas por distintos tipos de cutis, la formadora de Biotherm sostiene que las bases en mousse por lo general le van mejor a las personas de piel normal mixta o con tendencia a la grasitud, ya que son capaces de absorber el exceso de secreción de las glándulas sebáceas. "Un cutis seco debiera preferir bases más humectantes, como las de textura crema".

En cuanto al poder de fijación, añade que el mousse permite desarrollar productos de larga duración, que soportan una jornada completa sin necesidad de retoques.

Elección correcta

Lo primero que se debe tener en cuenta al escoger el color indicado de base es el tono natural de la piel, ya que el objetivo al aplicarla es uniformar el color de la tez, no cambiarlo. Partiendo de esa base hay parámetros generales que pueden ser útiles. Por ejemplo: A las pieles morenas: le van mejor los productos tostados con fondo rosado. A las blancas que tienden al rosa las bases claras con fondo amarillo. Y a las blancas que tienden al amarillo, las con fondo rosado.

La maquilladora Claudia Bruzzone advierte que antes de comprar una base hay que probarla en la piel, no es suficiente con guiarse por el tono que muestra el envase. "Lo mejor es hacerlo en el mentón y no en la mano, ya que el color de la piel del rostro es distinto al de otras partes del cuerpo". La experta también aconseja comprobar el efecto de la base con luz natural, el resultado puede ser distinto bajo los focos. "No hay que olvidar que el maquillaje perfecto es aquel que no se ve, porque se ha fundido perfectamente con tu tono natural", advierte Claudia Bruzzone.

También explica que antes de aplicar la base hay que asegurarse de tener el rostro limpio e hidratadao "Eso ayuda a que el maquillaje se mantenga fresco por más tiempo, y que no afecte la salud de la piel".






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