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Buenas vacaciones aseguran un mejor retorno a clases

Hacer un alto a mitad de año es esencial para el cuerpo. Aquí claves para que lo que resta de días de descanso no se vuelvan en contra.

07 de Agosto de 2006 | 17:15 |
Desde escolares hasta universitarios, todos están disfrutando de las vacaciones de invierno. Y aunque carretear y salir con los amigos es panorama obligado para la mayoría de los jóvenes, también hay que saber aprovechar estas semanas para descansar como Dios manda. Es que una buena recarga de energía puede hacer la diferencia entre un buen y mal rendimiento en el segundo semestre.

Saber desconectarse

Para nadie es novedad que la última parte del semestre es la más estresante: exámenes, y trabajos colapsan la vida de varios alumnos y por eso, explica María Inés Susperreguy, sicóloga del Centro de Apoyo al Rendimiento Académico de la Universidad Católica, estas semanas de vacaciones son necesarias para empezar un nuevo semestre con las pilas recargadas.

Claro que desenchufarse de la universidad tiene su ciencia y no se trata de pasarse el día entero tirado en la cama. "Es importante que en este tiempo los alumnos retomen contacto con la familia y los amigos, sobre todo si en el último período se alejaron de ellos por falta de tiempo. Ellos serán sus protectores de factores estresantes en el futuro", sentencia.

Y si en esta fecha se piensa salir fuera de Santiago para despejar la mente de los estudios, lo ideal es volver alrededor de cuatro días antes del primer día de clases. "Así se puede reflexionar sobre cómo viene el nuevo semestre y se puede volver a enganchar con el ambiente universitario para hacer más fácil el retorno".

Hacer ejercicio

Las vacaciones son una buena época para motivarse con actividades nuevas o para retomar algunas que se dejaron pendientes por el estudio. Y el deporte es una buenísima alternativa.

"Hacer ejercicio es un protector de la salud física y mental. No sólo ayuda a relajarse y a mejorar el nivel de concentración, también permite conocer gente nueva, lo que siempre es positivo", explica la sicóloga María Inés Susperreguy. "Lo ideal, claro, es que después sigan con esta actividad durante el próximo semestre", agrega.

Además de estos beneficios, el nutriólogo de la Clínica Dávila, Gonzalo García, añade que la actividad aeróbica, como el trote, ayuda a mejorar el metabolismo.

Buen dormir

Si aprovechando las vacaciones, las últimas noches no te has acostado antes de las 4 de la mañana, no dejes de leer este punto.

Porque no importa cuántas horas de siesta duermas al día siguiente, recuperar el sueño perdido es una falsa creencia. "El joven que se acuesta muy tarde no consigue una buena calidad de sueño, porque nos regimos por el ciclo circadiano de luz-noche, y es muy distinto dormir en el día que cuando está oscuro", explica la neuróloga Andrea Contreras, especialista en sueño de la Clínica Las Condes.

El problema es que acostarse tarde y levantarse al mediodía no sólo empeora la calidad del descanso, también provoca el síndrome de la fase retrasada del sueño, que hace que cada día sea más difícil dormirse temprano.

¿Las consecuencias de tanto carrete en el cuerpo? "La privación crónica de sueño hace que aparte de andar más cansado al día siguiente, las personas pierdan la capacidad de reacción, concentración y atención. Por eso, cuando vuelven a clases, muchos jóvenes que durmieron mal en las vacaciones pueden tener dificultades para seguir alguna materia", agrega Contreras.

A esto se suman algunos trastornos físicos, como intolerancia a la glucosa -que aumenta el riesgo de obesidad-, problemas de la tiroides y diabetes, causados por un mal descanso.

Por eso, lo mejor es aprovechar estas vacaciones para lograr un sueño reparador. Y para eso, lo ideal es seguir -al menos de lunes a viernes- un horario para acostarse, y media hora antes de meterse a la cama, apagar el computador, el televisor y dejar sólo una música tranquila.

Comer saludable

En invierno el organismo necesita hacer más esfuerzo para mantener su temperatura corporal, por eso es muy fácil subir hasta tres kilos extras en dos semanas. Sobre todo si en vacaciones las "juntaciones" con los amigos son siempre alrededor de un asado. Es que el alcohol y la carne se asimilan mucho más en esta época, aclara la nutricionista de la Clínica Santa María, Marcela Consentino.

"El alcohol aparte de no aportar ningún nutriente, viene a complicar el balance energético. Por eso, los jóvenes quedan más rápido con índice de sobrepeso", señala el nutriólogo Gonzalo García. Es cosa de sumar: Una sola piscola tiene cerca de 350 calorías.

De allí que aprovechar el tiempo libre de estas vacaciones para preparar comidas bajas en calorías puede ser una buena idea. Consentino recomienda tomarse el tiempo de ordenar la alimentación, tratando sobre todo de comer liviano en la noche. "Si las ensaladas no llaman la atención en invierno, las sopas pueden ser la mejor opción. La cazuela de la abuelita, por ejemplo, tiene sólo 270 calorías, la mitad que una hamburguesa con queso.

Aunque en vacaciones los jóvenes no se levanten tan temprano como en época de clases, el doctor García advierte que no hay que saltarse el desayuno. "Éste es menos engordador, porque el organismo está más dispuesto al uso de energía. Además, protege de los cálculos a la vesícula".





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