Si bien la caída del pelo es más frecuente entre hombres, no deja de ser una preocupación también para las mujeres, quienes por lo general ven disminuir su volumen de cabello en períodos como el posparto o la menopausia. Las causas de tal pérdida son variadas. Entre ellas destaca la que tiene que ver con el sistema endocrino, -íntimamente ligado al desarrollo del folículo piloso-, donde se producen los trastornos que terminan con la vida del pelo.
La doctora Anne Bouloc, directora médica internacional de Vichy Laboratoires, quien estuvo en Chile para participar en la XXV Reunión Anual de Dermatólogos de Latino América, explica que dentro de las causas médicas, la más común es la alopecia androgenética o hereditaria, aunque se da más en hombres. "En las mujeres, la caída tiene más que ver con estrés, cambios hormonales, tratamientos químicos en el pelo o cómo se peinan. En ellas la caída es menos severa, ya que van perdiendo volumen de a poco, y parte más tarde, a diferencia de los hombres, que pueden empezar a perder cabello a los 18 años".
En las mujeres también son causa habitual las dietas para bajar de peso, que por lo general son desequilibradas y las privan de las vitaminas, minerales y oligoelementos que requiere. "La falta de hierro, por ejemplo, desencadena importantes problemas a nivel capilar y hace que el pelo se vuelva débil y quebradizo. De ahí la importancia de incluir en la dieta altos contenidos de vitaminas y aminoácidos, necesarios para la salud y fortaleza del folículo piloso", añade la doctora.
Otro factor relevante es qué tanto y qué tan duro se manipula el cabello. En ese sentido resulta perjudicial el uso del secador demasiado caliente y los cepillados muy fuertes, ya que debilitan la fibra y ésta termina por desprenderse. Contrario a lo que podría creerse, advierte la especialista de Vichy, el lavado frecuente no es un problema, pues el uso del champú no incrementa la caída. "Además, es común que la gente con poco pelo o que sufre de caída lo tenga más graso, y por lo tanto necesite lavárselo más seguido". Explica también que la caída del pelo siempre aumenta en primavera y otoño. "No se sabe bien por qué, pero la tendencia es real y evidente".
Antes de la caída
Lo normal es perder hasta cien cabellos diarios, los que son renovados por otros nuevos. Pero si vemos que se están desprendiendo más que eso es señal de que comienza algún tipo de trastorno y hay que combatirlo. La primera recomendación es ir al dermatólogo para que éste haga un diagnóstico corrector para ver si la caída se debe al estrés, a deficiencias en la alimentación o si hay algún motivo médico. Sólo así se podrá iniciar el tratamiento adecuado a cada caso. El control médico también es esencial para determinar si la caída del pelo no es señal de la aparición de alguna otra enfermedad.
Desde el punto de vista de la cosmética, la ayuda anticaída viene con champúes y acondicionadores que revitalizan al folículo piloso para que no decaiga y deje de fomentar el crecimiento de nuevos cabellos. Éstos contienen vitaminas, aminoácidos y extractos vegetales que activan la circulación, regulan el sebo y eliminan la caspa, enemigos formales del pelo sano. También existen tratamientos en ampollas, que son más concentrados y requieren ser aplicados al menos tres veces a la semana. La doctora Bouloc aclara que los tratamientos cosméticos pueden ayudar a frenar la caída, en tanto fortalece el folículo piloso, pero no hacen que crezca más pelo. Uno de los componentes más activos en contra de la caída es el aminexil, una molécula de síntesis que impide que el colágeno encargado de aportar los nutrientes precisos a la raíz del cabello, envejezca y altere el nacimiento del pelo. La doctora Bouloc aclara que el aminexil, impide que se rigidice el colágeno. De esta manera los tejidos que envuelven la raíz conservan su flexibilidad y elasticidad, permitiendo fijarse en forma más sólida en el cuero cabelludo.
La especialista también advierte que no hay contraindicación en combinar el uso de ampollas de tratamiento con champúes anticaída o revitalizantes, y que los resultados son mejores cuando estos productos se utilizan por un tiempo prolongado. "En el caso de que se trate de causas más temporales, como el embarazo o el estrés, basta con usar el producto durante ese período".
