Joven y promisoria figura de TVN, lleva cuatro años en el canal, desde que hizo el casting para "16", la teleserie juvenil que trajo toda una generación de recambio al área dramática del canal 7, que luego fue haciendo roles en las teleseries de horario prime y en las nocturnas.
Nació y vivió en Santiago durante unos años cuando chico, pero sus padres decidieron irse de la capital en 1987 y optar por una vida más tranquila con sus cuatro hijos, en Puerto Varas. Allá estudió gran parte de la educación básica y toda la media, en el colegio "Germania".
El mayor y único hombre, al salir del colegio decidió darse un tiempo para trabajar y juntar plata para irse a Estados Unidos. De vuelta, se vino a Santiago a estudiar teatro en la Universidad Uniacc.
-¿Fue difícil ambientarte en Santiago?
"No tanto, porque como había estado un año en Estados Unidos, venía un poco con el switch de lo que es la ciudad grande, el movimiento rápido, la hostilidad, las relaciones tan distintas respecto de Puerto Varas, que es una ciudad de 20 mil habitantes y todo se sabe y todos se conoce.
"El cambio a Santiago fue violento desde el punto de vista físico: el esmog, una ciudad hostil, agresiva, donde se maneja un ritmo muy impersonal. En Puerto Varas, no es así; si hay dos autos parados conversando, el de atrás espera, sabe que se conocen, no toca la bocina".
-Pero de Puerto Varas a Estados Unidos sí que debe haber sido un cambio drástico.
"Sí, ese sí que fue un cambio duro. Tenía 18 años recién cumplidos".
-¿Por qué te fuiste?
"Mis viejos vivieron varios años fuera y sabían lo que significaba abrir el espectro, el horizonte para una persona que vivía en una pequeña ciudad. Querían que aprendiera otro idioma, que me fogueara con otras cosas, que aprendiera de otras culturas; le asignaban mucho valor a eso, así que me apoyaron cien por ciento cuando tomé la decisión de irme".
-¿Y tú, por qué querías viajar en vez de entrar a la universidad, como todo el mundo?
"Desde cabro me gustaba la aventura, quería explorar otros horizontes, conocer otra gente. No quería seguir la tradición de salir del colegio, entrar a estudiar y después trabajar; me di la licencia de viajar y trabajar durante un año".
-¿A dónde te fuiste?
"A San Francisco, Napa Valley… la parte alta de California. Allí hice clases, mucho deporte, trabajé en ciertas cosas. Fue una experiencia maravillosa y cuando volví sentí que ya tenía más experiencia, no llegué tan pollito a Santiago".
-¿Siempre pensaste estudiar actuación?
"No, primero quería estudiar ingeniería comercial, por el tema de administrar el campo que tenemos en Puerto Varas y porque soy el mayor y el único hombre de los cuatro; también por ese miedo como social a tener una carrera segura; la misma cosa de vivir en Puerto Varas, que hay muy pocas cosas de la gama artística.
"Siempre me gustó la actuación, yo participaba de los talleres del colegio y aparte, como trabajé en tantas cosas (en las salmoneras, como mozo, en el campo), siento que la actuación me permitía representar a todas esas personas que he observado en mi vida. Entré a estudiar teatro después de una semana de estar en ingeniería comercial en Valdivia".
-¡Una semana!
"Sí, dejé todo botado; el 10 de marzo me vine p'acá y me inscribí en teatro. Fue raro, porque mis viejos me apoyaron cien por ciento en la decisión, pero por el hecho de haber abandonado la carrera de un minuto a otro, tuvimos una gran pelea.
"Al contrario de muchos actores, nunca tuve la prohibición de estudiar actuación; al contrario, mis padres me apoyaban, porque ellos son medio artistas también".
-Siendo el único hombre, igual debe haberles importado un poco ¿o no?
"No, no creo. Ellos también hicieron un tremendo cambio al irse de Santiago a Puerto Varas a criar cuatro cabros sin nada ¿Cachai?, el tema del futuro siempre les ha importado bien poco. En cuanto a sus hijos, nos entregaron cartas abiertas para tomar decisiones propias, sin poner ningún tipo de murallas. Siempre nos enrielaron, pero nos dieron libertad absoluta y nos apoyan en todo".
Se vino a vivir a la casa de su abuela; a los dos años empezaron a llegar sus hermanas y se cambiaron a un departamento. "Estuve tres años con las tres y no aguanté más, me tuve que ir a vivir con unos amigos… no quería más… ¡tres mujeres y mis hermanas, más encima", cuenta riéndose.
-¿Tú te aburriste de ellas o al revés?
"Fue mutuo. Un hombre no puede dialogar con tres mujeres, no hay argumento que sea válido contra las tres juntas.
"Además, traté de ser jefe de hogar, el hermano mayor y jamás me pescaron".
-Volviendo a la pega, ¿te sientes parte de la generación de recambio de TVN?
"Hace un tiempo, sí, porque entré con una serie de compañeros para la teleserie ‘16’, que hoy siguen, y un poco la opinión de los directores y los productores y la gente que trabaja aquí es que hay un grupo de gente nueva, fresca, que entró con otras energías. Ni buenas ni malas, pero distintas".
-¿Qué aporta esa generación al área dramática de TVN?
"Rostros nuevos, una nueva gama de personajes y jugar con el rango de edad, porque todos estamos entre los 25 y los 26 años".
-¿Fueron bien acogidos por el resto?
"Súper bien. Ese era el gran miedo que tenía: cómo iba a entrar yo a un área dramática establecida durante muchos años, donde existen ciertos códigos entre los actores; pero fue al revés, nos tendieron una mano todos, hasta el día de hoy, para acogernos y enseñarnos. Nunca nos miraron como competencia. Eso se agradece, siempre".
-¿Ustedes son unidos como generación?
"En un principio sí, pero lo que pasa es que no somos una generación idealista como años atrás, en que existía un ideal político o ideológico por el que luchar. Hoy es al revés, no hay ideales, hay una pega que hay que cuidar y proyectar. Entonces, lo que hemos sabido llevar muy bien es la amistad, pero hay que ir peleando siempre entre eso y la pega".
-¡No es fácil!
"No poh, no es fácil. Yo llevo poco, llevo cuatro años en TVN, pero he logrado hacerlo bien… siendo honesto".
-¿Te han llegado ofrecimientos de los otros canales?
"Sí, me llegó ofrecimiento de Chilevisión para la otra teleserie y un par de llamadas de canal 13 para saber en qué estaba mi contrato. El mío aquí dura hasta fin de año, pero en vista de los ofrecimientos, estamos armando uno nuevo para un par de años.
"Eso me habla de que hay un reconocimiento del canal, pero también de mi trabajo por parte de otros canales y eso fue algo que me enriqueció, porque mi trabajo está siendo valorado, ya que los primeros años son como de prueba y siento que ahora estoy un poco más consolidado".
-¿Concuerdas con algunos críticos que dicen que no llegarás a un protagónico de galán, porque eres más moreno y varonil?
"Sí concuerdo con eso, porque leí un estudio que decía que el galán o el protagónico tiene que ser un tipo que, cuando la mujer lo vea en la casa, a la niña le guste y la señora de mayor edad lo acoja como un hijo; eso permite a los canales tener un espectro más grande de público. Y yo, tendré el porte, tendré todo, pero no soy bello".
-¡¿No?!
"No, no soy bello, en lo absoluto. Además en pantalla soy más tosco, más duro. Feliz haría un protagónico, pero a través del personaje, de su cuento, no de una cosa física. Encuentro alucinante hacer papeles muy diversos como Mauricio Pesutic, Francisco Pérez Bannen o el Pancho Melo, que tengan una fuerte carga actoral.
"Los actores que tienen el reconocimiento de la gente es porque han desarrollado una trayectoria en el tiempo; así es como me gustaría proyectarme".
Continúe leyendo:
En búsqueda de personajes potentes
Un chico de extremos