El sistema energético humano se compone de 12 centros energéticos o chakras primarios y otro grupo de chakras secundarios. Además, enlaza con un entramado de canales energéticos, llamados meridianos y compuestos por unas series de puntos o pequeños chakras. Todos ellos forman el gran sistema energético, a través del cual, se trabaja en gemoterapia, también llamada cristaloterapia.
Las gemas, a su vez, se dividen en 12 bloques dependiendo de sus propiedades, que están dadas por su color. Así, tenemos 12 grupos de color que van vinculados, cada uno, a cada chakra primario.
Luego, dentro de cada grupo de color, cada gema tiene sus propias cualidades.
En la terapia se detecta en qué estado está el sistema energético del paciente, mediante un chequeo de sus chakras, con ello también se sabe en qué estado emocional y psicológico se encuentra la persona. Después, se contrasta con el paciente para saber, a nivel físico, como está afectado y se termina colocando en cada chakra las gemas más adecuadas para su problema, así como en los órganos afectados o con predisposición a estarlo.
La duración de la terapia varía según el caso, pero dura máximo 50 minutos. No hay un tope en la cantidad de terapias a realizar, pero sí un mínimo. Esto es porque, para sanar un proceso energético, es preciso un tiempo y una trayectoria. El mínimo de terapias son 3 y con ellas, tras el necesario chequeo energético, se consigue:
En la primera se provoca el desbloqueo y equilibrio de los chakras, así como una activación ligera de los que estén cerrados.
En la segunda se trabaja a fondo con los centros afectados, así como los órganos afectados, si hubo alguno.
En la tercera se comprueba si se ha producido el cambio deseado en la movilidad de los centros afectados y, si es así, se reequilibra y estabiliza la energía.
De necesitar más sesiones, se añaden otras dos, haciendo un total de 5 sesiones. El fin de este proceso es que el paciente sea capaz de movilizar sus centros energéticos por sí solo, de forma que no haya ni bloqueos ni excesos de actividad. Con esto, irá poco a poco modificando las alteraciones en el ámbito emocional, así como en el psicológico y físico.
Otra forma de utilización de las gemas es con terapias locales con imposición de manos, de forma que se potencian mutuamente y los resultados son más rápidos.