Es muy divertido como cuenta por qué decidió dedicarse al teatro. Según él, en un "Día de San Juan", cuando era chico, sus padres, siguiendo la tradición, derramaron tinta en un papel e hicieron que él lo doblara en cuatro para averiguar su destino. Lo que apareció fue la figura de un bailarín, con un gran ruedo en su vestidura.
Parece que la predicción se cumplió, porque al poco tiempo de entrar al colegio, empezó a bailar y a involucrarse en actividades folclóricas hasta llegar al grupo Palomar, de la destacada folclorista Margot Loyola. "Fue una experiencia lindísima, que me marcó mucho", dice.
Al entrar a la enseñanza media dejó el grupo, pero "el bichito" artístico siguió picándole y trató de juntar todas las expresiones que le atraían, así decidió que el teatro era el camino más indicado, pero no estaba del todo seguro, así que entró paralelamente a la escuela de teatro de la Universidad de Chile y al Conservatorio a estudiar flauta traversa. "Pa' variar fue un estrés galopante, porque dos carreras eran demasiado", explica.
-Claro, dos carreras muy demandantes.
"Sí, poh, llegaba a las 8 de la mañana a la escuela y volvía a mi casa tipo 1 ó 2 de la madrugada, porque vivía lejos y era muy pobre. Como era tan pobre, tenía que trabajar y no sabía hacer otra cosa que cantar en las micros para pagarme los estudios y no molestar en la casa, porque me daba mucha lata siquiera tener que pedir plata, así que tocaba flauta y un amigo cantaba. Así todo el primer año y parte del segundo. Después ya pude tener otras pegas, por aquí y por allá y en teatro".
-¿Cómo recuerdas esa época?
"Es un período que yo agradezco harto; el valor de la diferencia entre tener y no tener y el valor de sacarte la mugre por algo, buscarlo y encontrar una forma honesta de ganarte los pesos. Yo soy un animal de trabajo; yo trabajo, trabajo".
Recuerda que muy chico fue a ver "El hombre de la Mancha" y sintió una enorme emoción (hasta ahora, al acordarse, parece alucinar) y pensó que le gustaría interpretarla. Se pone a cantar trozos de la obra y habla de Jorge Gallardo, que hacía el papel de Sancho, con mucho cariño. "Encontraba que todo era una locura; fascinante, fascinante", cuenta.
Las vueltas de la vida quisieron que, ya siendo actor, integrara el elenco de esa misma obra como el "Hombre de los Espejos", junto a Gallardo, José Miguel Langlois y Patricia Maldonado.
En televisión, se ha paseado por todos los canales. Partió en el 13, después estuvo en TVN por largo tiempo y fue uno de los primeros integrantes del área dramática de Mega; volvió al 13, de nuevo al Mega, a los teatros de Chilevisión y al canal católico nuevamente. Ahora acaba de terminar una serie infantil para TVN, de una productora independiente que saldrá en enero al aire.
-¿Por qué este último tiempo has estado fuera de la televisión?
"Es que planifico las cosas por año. Este fue el del reality y con eso suficiente de tele. Estoy feliz con eso, gané plata, pero no es una cosa que me vuelta loco estar en pantalla. O sea, claro, me da imagen, me da plata y todo, pero yo hago otras cosas también".
- Pero casi toda la gente de tu generación está poco en pantalla, hay mayores o menores, pero pocos cuarentones.
"Yo creo que es una cuestión circunstancial; esto va a pasar, vamos a volver a estar y va a haber como un reinvención como le pasó a Claudio Arredondo. Sé que esa cuestión va a venir y no me preocupa tampoco si no llega, porque las teleseries son bien agotadoras y ya los sueldos no son los de antes, cuando sí valía realmente la pena dejar otras cosas de lado.
"Yo no podría moverme como me muevo ni hacer giras ni preocuparme de la productora si estuviera grabando una teleserie. Uno empieza a crecer por fuera y, entonces, ya no te recompensa dejar todo de lado por la tele; así que uno empieza a analizar muy bien qué cosas aceptar".
-¿Y teatro?
“Mucho. Estamos haciendo ‘Winners’ de Marco Antonio de la Parra, con Rodrigo Muñoz y un gran elenco; de esta compañía soy actor y productor. Tengo otra compañía con la que hacemos un teatro bien especial, de corte social, llevamos cuatro años con una obra que se llama ‘El rojo de tus ojos’, que tiene que ver con la prevención de las drogas y el alcohol en la juventud. La damos y la damos para estudiantes, para instituciones y empresas”.
-Una veta desconocida para tu público de teatro.
“Sí, pero es un tema que me motiva muchísimo; estoy muy metido en eso. Ahora estamos haciendo otra que tiene que ver con el estrés laboral enfocado en la mujer; después vamos a montar ‘El rojo de tus ojos II’. Esas cosas son muy potentes para mí”.
-¿Por qué el interés en temas de contenido más social?
“Siempre me interesó, pero nunca tuve la oportunidad de desarrollarlo hasta que me pasó una muy mala experiencia con un amigo con el tema de las drogas y quedé con una deuda pendiente... una amigo que no está con nosotros ya y que fue muy terrible. Después de un tiempo se me ocurrió esta idea como para sacar el dolor que llevaba dentro y tratar de prevenir que ese tipo de situaciones no sucedan”.
También recuerda con mucho cariño el musical que, junto a Gloria Simonetti y Ginette Acevedo entre otros, celebró la canonización de San Alberto Hurtado. Precisamente fue el papel del santo el que interpretó Renato Munster, mostrando otra de sus facetas, el canto.