Oscar Santelices nació en "plena época de la Revolución Cubana", como acota riéndose. Vino al mundo en Santiago, el 27 de mayo de 1959, como el segundo de ocho hermanos, cuatro hombres y cuatro mujeres.
Todos los años de colegio los hizo en el Notre Dame. "Un colegio católico cuyo lema era educar para la libertad, como nos decía el cura Roberto Polain. Me entregó una educación muy cargada a lo social, a la solidaridad", cuenta.
-¿Muchos recuerdos?
"Puff... ahí no importaban sólo las notas, también los valores; nos entregaban papeletas cada 15 días, donde nos evaluaban en nuestro comportamiento.
"También el scoutismo era muy importante, salíamos mucho a acampar, a estar en contacto con la naturaleza y era todo el colegio, todos participábamos de esa filosofía de vida".
Recién salido del colegio, su opción fue estudiar Medicina, pero "aunque me fue estupendo", se dio cuenta que esa carrera no era su verdadera vocación y entró a estudiar Historia a la Pontificia Universidad Católica de Santiago, lo que, por supuesto causó mucha sorpresa en sus padres.
Fue dirigente estudiantil varios años y participó de la segunda FEUC democrática al interior de la casa de estudios que encabezaba, por segunda vez, el estudiante de derecho Tomás Jocelyn-Holt.
No obstante, la labor partidaria quedó de lado hace tiempo, porque ha convertido al turismo en el centro de su quehacer, pero, evidentemente, le preocupa lo que está pasando en su partido, el PPD.
"Es un momento complicado y estamos socavando un sistema, porque mi propia hija no entiende que yo esté metido en política. Para los jóvenes estamos demodé y todos, todos los partidos. Es peligroso, porque la mayoría de la gente que tiene ganas de hacer cosas se va a terminar yendo para su casa y eso significará un retroceso para el país", dice.
Casado una vez y emparajado dos, tiene dos hijos. La mayor, de 21 años, de su matrimonio, que estudia ingeniería comercial en la UC y el segundo, de su última relación, que tiene 9 años y estudia en el Saint George.
-¿Tienes algún hobby, aparte de dedicarte a mil por hora al turismo?
"A mí hay una cosa que me fascina, que es salir a hacer paseos a la cordillera, a los ríos, a distintos paisajes. No es que yo sea un escalador ni nada por el estilo, no, paseo, salgo con mi hijo a disfrutar de la naturaleza. Creo que también tiene que ver con mi época de scout, porque me encanta bañarme en los ríos, hacer circuitos en bicicleta, eso.
"También me gusta ver películas y leer".
-¿Qué lees?
"Novela, una enorme variedad, pero también muchas columnas de diarios y revistas... no sé, de todo. Ahora estoy leyendo una novela basada en la historia del siglo 19. Acabo de terminar una sobre Atila, ¡extraordinaria!"
-¿Autores preferidos?
"Siguen siendo –me vas a decir que estoy postmoderno- Vargas Llosa y García Márquez; me he leído todas sus obras. También Cortázar y algo de Borges. Ampuero, Fuguet. La verdad, es que leo lo que me parezca interesante y también pregunto, para que me recomienden".
-¿Y en cine?
"Soy fanático del cine italiano de la época de Ettore Scola, Vittorio de Sica; yo me veía todas las películas. Me encantaba ese cine de la cosa humana, no tan maqueteada. Hoy tengo que decir que me cautivó el hollywoodense, porque lo invadió todo. Ahora sigo actores que me parecen geniales, como Jack Nickolson, Robert de Niro, Anthony Hopkins, por ejemplo... los encuentro extraordinarios".
-Supongo que viajas mucho.
"Mucho más dentro de Chile que fuera. Me encanta recorrer todos los rincones".
-¿En serio o para la entrevista?
"No, no, está claro que si tú vendes a tu país tienes que conocerlo y muy bien; no sólo las bellezas, sino su idiosincracia y realidades".
-¿Preferencias culinarias?
"Me encanta la comida casera, de verdad. Eso nos hace falta promocionar, nuestro platos típicos, convertirla en una cocina más atractiva a la vista".
-¿Deportes?
"Me encanta la bicicleta. Troto de repente, hago ejercicio, pero lo que más me gusta es mi bicicleta. También practiqué karate muchos años, casi llegué a cinta negra".
-¿Vicio privado?
"Tenía el cigarro, pero lo dominé, porque mi hijo me puso entre la espada y la pared, me pidió de regalo de Navidad que dejara de fumar y eso es recontra significativo, poh.
"Ah, y el vino tinto chileno, es que hay tan buenos, tan fantástica variedad –y no es por hacer propaganda- que ya no tomo pisco ni otras cosas. Me he vuelto un fanático del carménere".
