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Con la opción de una carrera política latente

04 de Enero de 2007 | 09:35 |
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La directora del Trabajo es una mujer de armas tomar; es de aquéllas que no le teme a los desafíos. Y eso es lo que explica que haya estado dispuesta en dos ocasiones a ser candidata a un cargo de representación popular sufriendo, igualmente, dos derrotas en las urnas.

Militante del Partido Socialista desde 1982, cuando iniciaba su vida universitaria, se declara miembro de una generación cuya opción principal fue la recuperación de la democracia, es decir, donde no sólo les preocupaba lo que les pasaba a ellos en forma individual, sino que a la sociedad toda. “Es una generación que tenía de el sentimiento de preocuparse por los otros”, dice.

-Llama la atención que en dos oportunidades probaras suerte con una carrera política. En 2004 fuiste candidata a concejal por Peñalolén y obtuviste un 4,86% y luego, el 2005, fuiste candidata a diputada por Providencia-Ñuñoa y sacaste un 16,25% de los votos. ¿Qué te impulso a repetirte el plato?
“Hice una opción por la política en 2004, no creo que estas cosas se den de un día para otro. Someterse a un proceso de escrutinio popular no es fácil, ni tampoco a la campaña, más cuando está el tema de la valoración de la gente hacia el mundo político. No fue fácil, no es una decisión cualquiera.
“Cuando en 2005 el partido me pidió ser candidata a diputada yo no desconocía para nada el mundo legislativo, había trabajado con ellos y por lo tanto, no me eran ajenas los avatares y las cosas menos glamorosas de esa vida”.

-¿Algo de masoquista intentarlo dos veces seguidas?
“No, la verdad es que no, fue como dos peldaños; concejal y ver lo que estaba en campaña, siempre ser candidato nuevo es un desafío personal muy fuerte y también una gran responsabilidad cuando el PS te da la confianza. No fue para nada masoquista, siempre supe que en el caso de la diputación, era muy difícil porque hay un gran diputado (Jorge Burgos DC) que era imbatible. Fue una gran experiencia y claramente a mi me interesa la política.
“Esta no es una opción descartada”.

-¿Es una opción en la que asumes todos los costos para la mujer que tiene la política?
“Sí, cuando como mujer se hace una opción política, entiendo que los costos son altos y yo por lo demás, los he vivido. Es difícil, tengo dos niños chicos y siempre digo que a ellos les tocó vivir en una familia donde la madre siempre ha trabajado afuera y trato que los tiempos sean más en calidad que en cantidad”.

A los 42 años, Patricia Silva, casada y madre dos pequeños de 8 y 5 años, resolvió que para enfrentar sus desafíos electorales nada mejor que incorporarlos en su agenda, específicamente en la repartición de globos y la vocería: vote por mi mamá.

“Les tocó vivir una experiencia que sus compañeros de estudios no han pasado. Tienen una mamá que estuvo pegada en todos los carteles de toda Ñuñoa y Providencia, que además era reconocida en el colegio”, dice.

Y reflexiona: “O vives esto o no. Creo que a todas nos pasa que debemos tener cierta cuota de culpa, pero no puedes estar viviendo siempre desde ahí, desde la culpa. Más bien lo asumo como que a ellos les tocó tener una madre que tiene una opción social, por la política, fuerte y comprometida”.

-¿Y se logra vivir no desde la culpa?
“Sí, porque en todo caso ya no es novedad. Uno no está sola en estos temas, somos más las que vivimos en esta dualidad laboral-familiar y hay mayor comprensión”.

-¿Y cómo se porta el marido?
“Bueno, a él le ha tocado duro porque, comprenderás, que en las dos campañas quien estuvo mayoritariamente en la casa fue él; asumió los roles en mi ausencia. Además tuve el apoyo de una gran mujer como mi nana, ella es mi brazo derecho e izquierdo”.

-Ahora viven un nuevo capítulo. ¿Cómo es vivir con una mamá que es la mala de la película?
“Es que ellos no la ven como la mala de la película, sino como la persona que defiende a los trabajadores de Chile. Por el contrario, ellos lo ven como algo bueno, más cuando los profesores les dicen tú mamá es la que nos defiende a nosotros, los trabajadores”.

-¿A lo mejor, desde este cargo tus tiempos y espacios privados se restringieron mucho más?
“Sí, uno tiene mucho mayor exposición. Además, este es un organismo que fiscaliza a todos, te metes en todas partes, todos pueden ser sujetos de fiscalización, entonces yo, y todos los funcionarios, tenemos que tener mucho cuidado con lo que hacen

-¿Te pasa en la vida cotidiana de que la gente te plantee sus demandas?
“Sí, en estos días en que hemos estado tan expuestos, ha sido notorio. Fui a hacer mis compras de supermercado habituales y se me acercaron más de 4 trabajadores que me reconocieron que me plantearon su opinión sobre cómo se había cumplido el acuerdo de las jornadas para el comercio”.

-¿Logras separar tu vida personal del cargo? ¿Vas a los lugares públicos sin la mochila de la fiscalizadora?
“Trato de desdoblarme un poco, porque sino sería muy... (no encuentra la palabra). A ver trato de ser Patricia Silva ciudadana común, pero muchas veces no se puede, más cuando estas sentada en una mesa y se te acerca un trabajador para decirte algo. Uno no puede decirle sabe, estoy comiendo o no estoy en mi horario de trabajo.

Cuenta sin ningún complejo que sus únicos espacios libres se los está dejando para el fin de semana y se los entrega totalmente a sus hijos. “Ellos son los que definen mi agenda, lo que se hace el fin de semana”, dice entre risas.

Por lo mismo, no puede darse gustos personales. De hecho confiesa que hace algunas semanas resolvió que necesitaba un masaje y debió recurrir a internet para dar con spa cerca de su casa.

“Y dentro de los masajes que me ofrecían estaba uno para trabajólicas, que tomé y me hizo espectacular” y larga la carcajada.

-¿Cómo manejas el estrés, entonces?
“Mira, hice yoga por un largo tiempo y hoy lo tengo abandona, pero necesito retomarlo. Creo que cuando llego a la casa, los niños me centran, pero efectivamente en estos cargos uno necesita una actividad que te permita desconectarte por lo menos, por una hora. He tratado de hacer gimnasia o algo así, pero aquí nunca se sabe qué va a pasar, siempre hay incendios permanentes y hay que estar muy atenta”.

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