EMOLTV

El fuero menos respetado

03 de Enero de 2007 | 10:39 |
imagen
Patricia Silva está más que satisfecha con los avances que ha conseguido la Dirección del Trabajo en cuanto a mejoramiento de las relaciones laborales. Destaca con orgullo como se han incrementado las solicitudes por parte de empleadores y trabajadores para que ellos medien en un conflicto.

“Se han dado cuenta que nosotros podemos ayudarnos a llegar a un acuerdo, nos creen que podemos ser un actor relevante para generar instancias de diálogo”, dice.

De este mundo sabía mucho antes de asumir el cargo en marzo de 2006. Como abogada, antes de ingresar al servicio público, había ejercido precisamente en el campo laboral y luego, cuando se estatizó, siguió vinculada al tema y a otro que también es de su interés, la mujer.

Estudió derecho en la Universidad Central y tuvo la oportunidad de ejercer como procuradora en el Poder Judicial cuando se le dio la posibilidad de hacer un reemplazo.

-¿Cuándo diste tu paso definitivo al mundo público?
“En 1992 ingrese al Servicio Nacional de la Mujer como abogada al departamento denominado ‘centros de información de los derechos de las mujeres’ pasando por el nivel metropolitano y siendo después encargada nacional. Hice una carrera en el Sernam, en 1997 asumí como jefa de gabinete de la subdirectora y después quedé al frente del departamento jurídico que tenía que ver con las reformas legales que se estaban impulsando, vinculada con el Poder Legislativo.
“Estuve muy involucrada en la ley de divorcio, la ley de violencia intrafamiliar, la de acoso sexual y la normativa relacionada con conciliar la vida familiar con la laboral, así como la participación de los padres en el cuidado y crianza de los hijos”.

-¿Hizo mucho sentido asumir, entonces, la dirección del Trabajo por todo lo que tiene que ver con la situación de la mujer en el mundo laboral?
“Sin duda, insisto, el tema de ir buscando mayor conciliación entre la vida familiar y laboral es un tema que no debiera preocuparnos no sólo desde el sector de trabajo sino que desde todos porque esto va definiendo la sociedad que queremos”.

-Hoy el tema de la discriminación de la mujer está puesto sobre la mesa. ¿Cuál es tu evaluación?
“Obviamente, desde el año 1990, con la creación del Sernam, han habido avances sustanciales en esto, primero en reconocer que Chile discriminaba a las mujeres, cuestión que ya es un gran tema. Ese hecho ayudó a poder entregar miradas que estaban invisibilizadas, esto es hacer políticas gubernamentales sin reconocer dentro de esa población objetiva que habían hombres y mujeres, que es la primera distinción que hay que hacer; después vienen las otras como la etaria, la étnicas y otras.
“Creo que hemos avanzado, pero hay un tema que todavía está pendiente –es una espina que tenemos como sociedad- que es la brecha salarial en materia laboral. El tema de la cuota (de participación política) también está presente”.

-¿Es eso solamente o no será que la discriminación pasa por el factor maternidad?
“Sí, todavía existe. Hay que reconocer que hemos avanzado en el hecho de reconocer que ese hijo tiene un padre y una madre, que no sólo tiene una madre y que por lo tanto, cuando se habla de cuidado y crianza no sólo se debe pensar en la madre, sino también en el padre. Esto es muy importante porque de esa manera el empleador reconoce a la mujer como trabajador ciento por ciento y no un cincuenta por ciento. Antes si se enfermaba la guagua y había que llevarla al médico era la mujer, hoy no, esos roles se comienzan a compartir y el hecho de reconocer licencias parentales donde las licencias pueden ser tomadas por el padre o la madre es un avance sustantivo. Es reconocer, desde el Código del Trabajo que el hombre también era padre”.

-Sí, pero es un avance legal. ¿Cómo se da en la realidad?
“Todavía es bajo, todavía es noticia que un ministro se tome el post natal. Es verdad que todavía son muy pocos los padres que se toman las licencias por enfermedad grave de los hijos y lo sigue haciendo mayoritariamente la madre”.

-¿El fuero maternal debe ser uno de los derechos que más deben fiscalizar?
“Sí, si me preguntan cuál es el fuero que se vulnera más, los datos indican que proporcionalmente lo es el fuero maternal por sobre el sindical; lejos, aún sabiendo que basta con que la trabajadora recurra a la Inspección del Trabajo para que sea reintegrada”.

-¿Y cómo se ha visto en la realidad la entrada en vigencia de la ley de acoso sexual?
“La ley de acoso sexual fue un hito importante luego de que tras una larga tramitación –más de 11 años en el Congreso- se reconoció que la coquetería debía tener un límite, que esta galantería, esta idiosincrasia tan cariñosa del chileno, tenía que tener un límite que en este caso es el ‘no’ de la otra.
“El acoso sexual se reconoce, se sanciona laboralmente y hemos tenido casos emblemáticos donde ha habido incluso la cancelación del contrato de trabajo del acosador. Creo que hoy día es un tema que preocupa en el sentido de que antes era un tema privado; hoy el empleador tiene que preocuparse del tema porque es parte de su responsabilidad el entregar un ambiente laboral digno y de respeto a todos sus trabajadores”.

-¿Y las cifras dicen que esta situación real era mayor o menor de cuando se trataba de un hecho virtual, de lo que decía la imaginería?
“Cuando se hizo la ley de acoso se contaba con el dato de que alrededor del 20% de la fuerza laboral femenina había reconocido algún tipo de acoso sexual. Hoy, las denuncias han ido en aumento y superan esa cifra, pero todavía es un tema que cuesta reconocer; hay un fuerte factor inhibidor presente que son las consecuencias que sufre una mujer que denuncia un acoso sexual, recibe una sanción dentro de sus pares, se produce una estigmatización importante porque la denuncia rompe la supuesta ‘buena onda’ del grupo. Ese costo lo sigue pagando la mujer acosada”.

EL COMENTARISTA OPINA
¿Cómo puedo ser parte del Comentarista Opina?