En días en que el termómetro parece no querer bajar de los 30 grados, el aire acondicionado se convierte en el héroe de miles de personas, ya sea en la oficina, el auto e incluso en la casa. Pero puede que ese héroe se convierta rápidamente en villano si no se sabe usarlo y exponerse a su fría brisa de manera adecuada.
"Hay personas que pueden desarrollar cuadros de sinusitis, rinitis o crisis asmáticas. Lo malo es que muy pocos se dan cuenta de que están enfermos y se lo toman como si fuera sólo una cosa menor", explica el doctor José Antonio del Solar, de la unidad de enfermedades respiratorias de la Clínica Las Condes.
Este tema fue estudiado en Francia, donde se observó en mil mujeres que las que trabajaban en ambientes climatizados mostraban una mayor tendencia al ausentismo laboral por problemas respiratorios que sus pares de empresas sin aire acondicionado. La investigación fue realizada en 2004 por el International Journal of Epidemiology .
"El problema es que estos equipos transportan lo que hay en el ambiente, o sea, si alguien está enfermo, el sistema va a distribuir el virus por todo el lugar", dice Hernando Álvarez, gerente general de la empresa de climatización Starfac.
Es por esto que muchos expertos consideran al aire acondicionado como el principal factor del llamado "síndrome del edificio enfermo": el sistema absorbe y distribuye las partículas en suspensión -como bacterias o los químicos que se usan para limpiar las alfombras de las oficinas- las que terminan siendo inhaladas por las personas.
"Eso se traduce en estornudos, ojos llorosos y mucosa de nariz muy húmeda", señala el jefe del departamento respiratorio de la clínica Indisa, Felipe Rivera. Esta situación se ve agravada por el hecho de que los recintos climatizados son generalmente cerrados y el aire se renueva muy poco, con el fin de que el sistema no consuma demasiada energía.
La mayor recomendación que dan las empresas que proveen estos servicios es realizar mantenciones periódicas. "Es necesario limpiar los filtros al menos cada 30 días para que no empiecen a acumularse partículas que puedan afectar la salud de las personas", aconseja Hernando Álvarez.
Bacteria acondicionada
La mayor amenaza para la salud de los sistemas de climatización tiene nombre y apellido: legionella pneumophila. Se trata de una bacteria que no se contagia entre humanos sino que lo hace a través del aire acondicionado. "Para activarse necesita de agua y una baja temperatura, que es lo que encuentra al interior de estos equipos", apunta José Antonio del Solar. El punto es clave, pues esta bacteria causa la neumonía. Por lo mismo, es clave la limpieza periódica de los equipos.
No todos los problemas llegan a ese extremo. A veces el aire puede ser simplemente un motivo de incomodidad. "Es importante evaluar la ubicación que se le dará, tanto en oficinas como en la casa. No hay que ponerlo justo donde uno se va a sentar, porque no es un ventilador, sino una herramienta para crear un ambiente más fresco", es el consejo de Hernando Álvarez.
Además, los expertos recomiendan que el sistema funcione a unos 21 o 22 grados Celsius y con una humedad del 50%, considerados los estándares que brindan un mayor confort.
Otro consejo es no pasar bruscamente de un ambiente caluroso a otro climatizado. Si el trabajo obliga a hacerlo puede ser útil usar un chaleco de algodón, que evita el paso del aire frío y no causa calor.
Compañero de ruta
Al usar el aire acondicionado en el auto, también hay que tener en cuenta algunos consejos. "Al sistema pueden caerle hojas y, al humedecerse, pueden salir hongos que luego son respirados por los pasajeros", explica Luis Briones, gerente de Cool Service de Movicenter. Este problema se detecta por el mal olor que se produce y la recomendación es llevar el vehículo a un especialista antes de volver a usar el aire.
También hay que evitar dirigirlo directamente a la cara, lo que puede generar contracturas de los músculos del cuello. Y, contrariamente a lo que se piensa, es recomendable usarlo con las ventanas entreabiertas. "Eso de andar con los vidrios cerrados funciona para el trópico, pero cuando la temperatura es como la de Santiago, el aire acondicionado resulta mucho más refrescante si se mezcla con el de afuera", dice el doctor Del Solar.
El médico enfatiza en que la idea no es alarmar, sino comprender que la climatización es una herramienta útil, a la que hay que adaptarse y usar bien.