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"Estoy condenado a ser periodista"

Es cierto que es muy joven, pero en persona se ve todavía menor. Flaco, de estatura promedio y ojos oscuros con largas pestañas, Ignacio Franzani tiene una pinta muy divertida, parece estar conversando con un Beatle de la primera época más que con un chico del siglo XXI. Pero eso es sólo pinta, porque sus conocimientos sobre la música y los medios de esta centuria están muy por encima de los de cualquier persona.

20 de Marzo de 2007 | 11:15 |
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Su afición por la música partió desde muy niño, un poco como herencia de sus hermanos mayores, pero fue motivándose cada vez más, tanto solo como con sus amigos cercanos. "Empecé a escudriñar, a buscar lados B, conseguir discografías, ir a Providencia y encargar discos raros, ir al Persa a comprar vinilos; todo desde pendejo", dice.

Riéndose, acota que: "Mi vida se ha ido desarrollando a medida que mi discoteca ha ido aumentando. Veo todos los discos que tengo hoy, a los 27 años, y no son los mismos de cuando tenía 15. He ido evolucionando junto a mi música".

-¿Por qué la música?
"Empezó cuando estaba como en sétimo u octavo básico, porque yo veía en la música una especie de refugio; me sentía seguro a nivel de conocer cosas que uno puede compartir con alguien –en un ideario muy de pendejo- y, al mismo tiempo, tocaba mi lado sensible, me producía cosas".

Cuenta que su hermano mayor trajo CDs después de un viaje a Estados Unidos y él alucinó con estos pequeños discos que ni siquiera podía oír, porque todavía no existía el equipo adecuado en Chile. Igual, era feliz con sus cassettes, haciendo mezclas, compilados para las fiestas donde ponía música o para los recreos en su colegio.

-¿En el colegio?
"Sí, había un circuito cerrado para poner música en los recreos; nadie locuteaba, sólo se escuchaban los temas y se jugaba fútbol. O sea, yo era el 'pan pa' l circo’".

-Supongo que no eras de los que jugaba fútbol.
"Nooo, súper malo pa' la pelota, así que por eso me juntaba con pura gente que le gustaba la música como a mí. Algo que, al principio era muy personal, se convirtió con el tiempo en un link social, sin siquiera darme cuenta.
"Ya más grande empecé a desarrollar este gusto más que nada por un tema de sensibilidad hacia ese género".

-¿Por qué estudiaste periodismo? ¿Cómo una forma de encausar esta pasión?
"Fue como casual. La verdad es que mis intereses fueron siempre absolutamente humanistas. Cuando salí del colegio estaba con la desorientación típica y cuando llegó
la hora de tomar decisiones, tuve hartas confusiones, pero pensé qué es lo que me interesa en la vida y decidí periodismo netamente por un rollo de acumulación de intereses.
"Esta carrera es positiva para alguien que tiene un cúmulo de intereses y los sabe desarrollar bien, pero también es negativa porque tiene un amplio margen y, muchas veces, se transforma en carrera de pizarrón, sobre todo los primeros años".

Sin darse cuenta fue ocupando con la música todos los espacios posibles dentro del periodismo; así, por ejemplo, entrevistaba músicos; hacía análisis de contenido sobre canciones; metodología de la investigación, estudiando épocas de la música en el mundo y de esa forma fue adecuando sus dos mundos.

Como le quedaba bastante tiempo libre, porque la carrera se le hizo fácil, pasaba las tardes en disquerías, buscando títulos y leyendo revistas de música. "Por lo menos tres días me los pasaba en 'Extravaganza' y la casualidad hizo que ahora, en la radio, trabaje con Fernando Mujica que era uno de los dueños de esa disquería", relata.

-¿En qué formato periodístico te sientes más cómodo?
"He tenido siempre afinidad con los tres; me gusta mucho escribir, la radio y hacer tele. Casualmente he hecho más radio y tele que dedicarme a escribir, pero igual es imprescindible saber escribir para hacer cualquier otra cosa".

En algún momento se preocupó por la sobreoferta de periodistas que hay en Chile –todavía estaba estudiando-, también sus padres, pero con el tiempo se dio cuenta que había que vivir el momento y dedicarse a los estudios: "Al final pensé esto es lo único, dentro de mi parámetro de opciones, que realmente me gusta... estoy condenado a ser periodista, sea bueno o malo lo que pase después".

-Pero también te ayuda que tus conocimientos son muy específicos.
"Claro, es como una sub rama del periodismo de espectáculos. Eso genera, además que uno se rodee con la gente adecuada; todos mis grandes amigos periodistas son especialistas en música, como la Marisol García, David Ponce, Cristián Araya, Fernando Mujica".

Terminando cuarto año tenía que hacer su práctica profesional y decidió pedir que lo aceptaran en la Radio de la Universidad de Chile. Primero trabajó en prensa como productor de un matinal de noticias –"Crecí a punta de costalazos"- y, paralelamente, en un programa de música en la noche.

-¿Cuándo y cómo parte "Chile, música en vivo"?
"Inmediatamente después de terminada la práctica. Era un programa en vivo, pero como de radio a la antigua, con público y todo. Yo conducía para la gente en el estudio, pero también para los auditores, porque la señal era simultánea. Entrevistaba, daba los pases a comerciales e interactuaba con el público.
"Me demoré como una semana en tomar la decisión, porque era como una prueba de fuego. Al final pensé que no tenía nada que perder y mucho que ganar si a este nuevo programa le iba bien. Igual era rudo el formato en ciertos momentos".

Paralelamente a ese espacio, nace "Radiópolis" como idea de rejuvenecer una radio que, paradójicamente, era universitaria, pero que escuchaban puros caballeros. "La premisa era poner los discos que escuchábamos en nuestras casas y que no salían al aire en las radios", explica.

-¿A Vía X llegaste en 2004?
“Claro, lo estaba trabajando en la radio de la Chile y el programa que seguía después de mío era ‘Rockasis’, con Alfredo Lewin y el Cote Hurtado y ellos trabajaban en Vía X. Al Cote le gustó mi espacio y se dio cuenta que yo sabía mucho de música y, sobre todo, de lo que pasaba en Chile; eso generó la instancia para que me llamaran para allá. Fue bacán que me lo ofrecieran, porque era como mi canal de cabecera; así que dije altiro que bueno, muy estimulado”.

Llegó a hacer unas cápsulas de noticias y después empezó con “Vía directa”; comenzó a perfilarse un programa de entrevistas y nació “Cadena Nacional” en horario prime. “Primero tuve un poco de susto, pero después se me hizo muy cómodo, porque la idea del espacio es conversar como cuando uno se junta con los amigos en un bar y arreglar el mundo a partir de tres temas de los que estamos súper bien informados; debatir, pero también cagarse de la risa”, explica.

Desde principios de 2006 está también en Radio Zero , en “Gran Capital”, un programa en el que se habla de música seriamente y en el que reivindica la cultura pop. “Hacemos una agenda diaria y entrevistamos a alguien relacionado con esa agenda. Por ejemplo, hablamos de una película e invitamos a su director”, señala.

Además, fue durante todo el año pasado, comentarista de "En boca de todos", en Canal 13, pero su apretada agenda hizo que no renovara contrato para este año.


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