No sólo la espontaneidad y la sencillez se pueden percibir en Tiago Correa, también se refleja su rebeldía, impulsividad y soledad. El apuesto actor afirma que es un hombre solo y que su trabajo le dificulta tener pololeos. Hijo de padre chileno y madre brasileña, el joven actor nació en Chile, pero vivió hasta los ocho años en Brasil. Debido a la separación de sus padres regresó a Chile junto con su papá y hermana, pero nunca dejó de visitar a su madre en Brasil.
Vivió al lado de su padre y de su única hermana en Chile hasta los 18, cuando decidió dar su golpe de independencia y vivir sólo. Desde entonces, manifiesta plácidamente, no tener que dar explicaciones. Es un hombre que le gusta que lo regaloneen, cocinar dentro de una atmósfera romántica con una mujer y no se resiste a la música brasileña. En su tiempo libre juega fútbol y voleibol de playa, que aprendió en Brasil.
-¿Tus padres se opusieron alguna vez a tu carrera?
“Mi familia no tiene como pedirme nada y no apoyarme porque ellos trabajan en el arte. Mi mamá es artista plástica reconocida en su país y mi padre es arquitecto. Es un hombre volado, no le gusta trabajar en ninguna empresa, nunca ha trabajado para nadie. Mi familia es bien extraña y especial, tema del que no voy a referirme por ser privado, pero me dieron muchos valores y me han apoyado ciegamente en todo lo que yo he querido, no me exigen.
“Mi padre emitió una frase que a mí me quedo dando vueltas desde hace mucho tiempo: te voy apoyar en todo lo que quieras, mientras sea lo que tú quieras hacer, porque si haces algo que no quieras, lo más probable es que seas un fracasado tanto para afuera como para adentro. Mi padre está orgulloso, está feliz con lo que hago”.
-¿Tu hermana también escogió la línea del arte o la actuación?
“Mi hermana le tiene terror a la actuación, es arqueóloga y está trabajando en los cerros buscando huesitos, la admiro mucho”, sonríe.
-¿Cómo te proyectas?
“No tengo idea de lo que voy hacer después. Cometí el error de proyectarme mucho alguna vez y ahora trato de ir viendo a pasos lo que me van proponiendo. Me encantaría seguir haciendo televisión con proyectos entretenidos que me llenen.
“La televisión es un medio en el que la gente se hace conocida. A mí no me interesa hacerme conocido sino que me interesa ser reconocido por mi trabajo y por lo que hago; más que ser el chico de la tele, que digan, éste hace bien su trabajo. ¡Ser reconocido por mis padres y mi familia! Trabajo para seguir creciendo como actor y para ir haciendo historias entretenidas”.
-¿Hay algún personaje que admires en la televisión o en el teatro en Chile?
“Néstor Cantillana, la experiencia de Sergio Hernández o el mismo Jaime Vadell que trabajó en ‘Padre Nuestro’. ¡Ser alguien como Vadell sería lo mejor!”
-¿Alguna anécdota?
“Recuerdo un piropo de los más lindo que me han hecho en mi trabajo. Fue para el estreno de ‘Machuca’. Estaba en la sala cuando empecé a sentir unos carterazos fuertes y al mismo tiempo me gritaban: ‘te odio, te odio’. ¿Qué pasa? pregunté y era Luz Croxato, actriz chilena, que trabajaba conmigo en “Bienvenida Realidad” y salía de cine emocionada; llorando me decía que la película la había dejado pésima. Le pregunté lo que le pasaba y ella me dijo que le había hecho recordar a mucha gente y que lo había hecho era muy bueno. Luego me dijo que era un ‘conchae su madre’, -termina el relato carcajeándose.
“Me sentí muy bien, porque si logré que esas emociones salieran a flote, quería decir que había logrado desarrollar e interpretar el personaje. ¡El cariño de la gente es lo más importante!”, reitera.
-¿Cómo defines tu personalidad?
“Soy alguien bastante bipolar, es decir, muy complejo para unas cosas y muy sencillo para otras. Soy cariñoso, sensible y pretendo ser muy humilde. Me afectan mucho las noticias con titulares como el del tsunami, ¡me provocó adoptar al mismo tiempo 30 niños afectados! ¡Ese tipo de cosas me matan! Laboralmente, me gusta ver mi trabajo como un oficio, soy trabajólico, estoy en tres o cuatro cosas a la vez y me angustia no hacer cosas”.
-¿Hay tiempo para carretear? ¿Te gusta?
“Claro que me gusta, soy fiestero y me encanta salir. Me muero si trabajo únicamente. Pero debo cuidarme porque no puedo llegar con tremendas ojeras de ocho metros, porque se nota; pero me gusta pasarlo bien”.
-Y de la sensibilidad que mencionabas antes ¿Proviene de tus padres?
“No -responde con firmeza, luego se toma algunos segundos para continuar-. Fui muy solo. ¡Soy solo! -reitera-. Me fui de la casa a los 18 años; soy un regalón con todo el mundo, pero solo. Busco a las personas para que me regaloneen. El motivo de irme de la casa tiene que ver con la búsqueda de independencia. Me gusta no tener que darle explicaciones a nadie y sentía que tenía que estar solo. Es algo que los chilenos deberían aprender porque son muy mamones”.
- ¿Qué opinaron tus padres por esa sed de independencia?
“Ellos me conocen. Desde que yo tenía 15 años dormía en la casa de mis compañeros”.
-¿Vanidoso? ¿Eres de los que se pone cremas y cuidan la piel?
“No me gustan las cremas y me da vergüenza ajena usarlas. Creo que debería cuidarme, pero no puedo. Si lo hiciera lo diría sin ningún problema, Soy vanidoso, pero lo manifiesto porque me gusta vestirme bien, no poniéndome una mascarilla”.
-¿Cómo es un día fuera del trabajo?
“Lo dedico a hacer vueltas personales como trámites, papeles del auto, pagar las cuentas. Los aprovecho para verme con mis amigos. Es muy desgastante el tiempo en la televisión, pero en la noche ensayo teatro; voy todos los días al teatro desde las ocho hasta las doce de la noche en Peñalolén”.
-¿Hay tiempo para el pololeo?
“No hay mucho tiempo, el trabajo también dificulta las relaciones. Me ha sido difícil tener un pololeo por el tiempo o por los celos, ¡no aguantan que te miren! Siempre he dicho que el peor partido para una mujer es un actor. Tuve una polola periodista, pero lamentablemente no pudo aguantar. Hay que tener una relación muy sólida para este tipo de trabajo”.
-¿Como te va con la mujeres?
“No te puedo decir que me va mal, pero he tenido muy pocas pololas. Soy de relaciones largas y pocos pololeos. Tengo más amigas que amigos, quizás porque estuve en un colegio mixto y pude relacionarme muy bien con mis compañeras. No tengo rollos de machista y por eso soy ‘toquetón’ con la mujeres, no de fresco, sino que me gusta abrazarlas, regalonearlas y dormir encima de ellas”.
-¿Te gustan los niños? ¿Te agradaría tener hijos?
“Me gustan los niños y me gustaría ¡vivir con 10!”, –emite una carcajada y luego comenta que fuera de broma quisiera tener muchos hijos, pero que “no es el momento de pensar en ello”.
-¿Algún defecto o debilidad que quisieras cambiar?
“El defecto de no aprender a decir que no; me cuesta mucho. Hago las cosas por ética, pero no porque me gusten. En el caso de los periodistas porque es su pega y porque tengo compromiso de hacerlo, pero me cuesta. Como no sé decir que no, entonces coloco mis filtros. A ellos si les puedo decir que no”.
-¿Cuál es tu vicio privado?
“Tomar vino y comer chocolate y uno que me encantaría sería comprar autos antiguos”.
