Abogada de la Universidad Católica reconoce que “le puso el gorro” a ésta cuando decidió sacar un magíster en gestión y políticas públicas en la Chile.
Su currículum señala que en vez de inclinarse por alguna de las ofertas que le hicieron estudios de abogados “muy rimbombantes”, ella optó por la investigación y dio un paso hacia la Fundación Paz Ciudadana, donde al cabo de 8 años ostentaba el cargo de gerente de proyectos. Ahí estaba cuando a comienzos de septiembre la Presidenta le solicitó que se hiciera cargo de la subsecretaría.
-¿Cambia la visión desde el mundo privado al público?
“No me cambió, sino que se complementó. Creo que lo bonito de estar en el mundo público es que uno tiene que hacer las cosas, tiene las manos en la masa. En el mundo privado hay un plus, sin duda, y que es que uno tiene más tiempo para analizar, investigar y evaluar, que tiene un atractivo en sí mismo, pero, obviamente, uno está más ajeno al hacer y muchas veces uno se queda con el gusto a poco, porque se llega a la parte del diseño de propuesta y la ejecución es de otro. Lo bonito de este lado es que a uno le toca ejecutar, donde está el gran desafío”.
Javiera Blanco afirma que en su caso particular esto ha sido singular, porque estando en la Fundación le tocó trabajar en la elaboración del Plan Cuadrante, “que está ya muy validado” y ahora está metida a fondo en él con temas como la capacitación de personal, la evaluación de las unidades por metas y otros.
-¿Qué significó trabajar en la Fundación?
“Fue una escuela; es imposible pensar en temas de seguridad en Chile sin pensar en los grandes referentes que ha tenido el país en materia de seguridad y ahí está la Fundación”.
-¿Está validada? Más allá de que su visión es contraria al Gobierno.
“Sí, yo creo que la ha validado su visión absolutamente técnica. No es una visión ni partidista ni antojadiza, ni cercana a algún grupo a pesar de lo que muchas veces se ha pensado. Basta ver su integración, muchas veces se olvida que tiene un directorio donde están Sergio Bitar, Bernardo Matte, Soledad Alvear o Edmundo Pérez Yoma”.
-¿Que vinieras de ese mundo no generó algunos anticuerpos en el Gobierno?
“Fíjate que salvo algunas editoriales en diarios electrónicos, no. Yo diría que al revés, la sensación ha sido que la gente ha querido contar con la colaboración que creo es la mirada que se debe tener. En esto, mientras más manos trabajen, mejor, y eso a permitido que con Interior tengamos una comunicación súper expedita; cuando hay que colaborar somos los primeros. Uno viene a hacer servicio público, no servicio de su rancho”.
Conteste que la política de seguridad ciudadana está en manos del Ministerio del Interior y no de Defensa, Javiera señala que algunos temas como el Plan Cuadrante tiene que ver con la dinámica y orgánica de la institución donde ella tiene ingerencia.
“Soy una convencida de que no es el cargo lo que define una función, sino más bien la función lo que tiene que ir definiendo el cargo. En este caso, asumiendo que tengo un perfil de más información (en temas de seguridad), siempre es bueno ponerlos a disposición. Pensar en restringir esto a temas absolutamente administrativos, cuando es posible que pueda colaborar, eso es siempre bienvenido”, dice.
Concentrada en su quehacer, reseña que en este momento, dentro de las materias urgentes a abordar en Carabineros, está la logística de adquisiciones, específicamente un avión de control de drogas para el norte del país que estaría operativo en el segundo semestre.
-¿Cómo está el nivel de preparación de los carabineros? Surge la duda si por la necesidad de llenar vacantes se escoge a los más idóneos.
“Hay una selección inicial bastante estricta y se da por el interés natural de la gente por postular. Te impresionaría la cantidad de gente que postula”.
-¿Y no lo hacen sólo por un empleo estable?
“La verdad es que no porque el riesgo asociado a la actividad es bastante alto y pesa mucho que la variable seguridad en el trabajo. Hay un alto nivel de vocación de gente que hace esto y lo he podido constatar en la práctica. No por estar segura tiene 14 horas de trabajo, con turnos tediosos, arriesgando la vida en procedimientos. El alto nivel de postulaciones permite hacer una selección muy fina; hoy son 20 veces más los postulantes que las vacantes y eso también se da en el caso de las mujeres. Las personas que se seleccionan son la ‘creme de la creme’, altamente calificada y el proceso se ha ido cada año perfeccionando, por lo que el desafío no está sólo en formarlos, sino que tenerlos capacitados”.
-¿Cómo se mantienen los índices de probidad dentro de la institución? Porque se han conocido casos de policías involucrados en delitos.
“Si pensamos que son casi 40 mil hombres, o sea, la institución de las Fuerzas Armadas y Orden y Seguridad, lejos la más grande, los casos que se ven son específicos (de corrupción), excepciones. Llaman la atención por lo poco habitual; cuando te vas a otros países esto no sale en los medios de comunicación y básicamente porque es pan de cada día. Nadie va a hacer noticia de un hecho que es vox populi, sino que además, es diaria como es la corrupción de las policías en otros países en niveles bastante altos.
“En Chile son noticia, porque son tan excepcionales que pasan a ser llamativos. No sólo porque lo diga yo –porque como subsecretaria se vería poco objetivo- lo cierto es que en las encuestas Carabineros es permanentemente una de las instituciones mejor evaluadas en el país”.
-¿Qué pasa en materia de derechos humanos? ¿Crees que Carabineros logró validarse y dejar atrás ese pasado?
“Yo diría que sí. Creo que esa mirada un poco temerosa que hubo con al advenimiento de la democracia, de ver al carabinero como el que reprimía, creo que está muy distante a lo que uno ve en las poblaciones donde el delegado del Plan Cuadrante se transforma en uno más de los pobladores y en muchas veces, en el paño de lágrimas de la población completa; a él se le cuentan todos los problemas. Se logró posicionar al agente policial como un agente cercano a la ciudadanía, siendo una institución de represión y de orden, cuestión que es meritorio”.