Así como se lanzan nuevas añadas o vinos íconos, aparecen en el mercado spa dedicados al vino, casi siempre asociados a una viña y al turismo enológico.
Baños, masajes, hidratación del cutis con productos en base a vitis vinífera, sumado a paseos, vendimias y deliciosas comidas, son una oferta cada vez más común en valles vitivinícolas chilenos.
Este fenómeno no se queda sólo en las viñas. Las grandes compañías cosméticas también se están sumando al carro. La francesa Lancome, por ejemplo, lanzó al mercado una línea de cremas en base a uva llamada Vinefit. Esto no es gratuito ni responde a una moda.
Las pieles y pepas de las uvas, especialmente tintas, tienen un alto contenido de polifenoles, que aplicados en forma cosmética ayudan a prevenir el envejecimiento de la piel. El que más llama la atención es el antioxidante
resveratrol, por su gran eficacia para combatir los radicales libres, responsables en un 80% de las arrugas en la piel.
"El resveratrol actúa en la piel de modo cosmético, aumentando la división celular además de actuar como exfoliante.
Limpia la superficie de la piel y ayuda a que se multipliquen las células, por eso facilita el rejuvenecimiento", cuenta Daniela Gillmore, dueña de Tabonko, un spa dedicado a la vinoterapia en el valle del Maule. Gillmore asegura que
tras los baños de vino o de jugo de uva en tinas de hidromasaje, la piel queda tonificada y con más elasticidad porque actúa sobre el colágeno y la elastina.
Tabonko es pionero en este rubro. Ahí se ofrecen, entremedio de los viñedos de viña Gillmore, baños y masajes con aceites y cremas en base a pepas de uva y aceites esenciales.
En Colchagua, Viña La Playa Winery & Hotel (tel: 3354000) tiene un spa para sus huéspedes donde se ofrecen diversos tratamientos de belleza y relajación, entre ellos, baños de uvas y hierbas y esencias.