Un grito agudo, enérgico y electrizante invade la casa. Es de madrugada y al nerviosismo que causa ese chillido incesante y apremiante del miembro más nuevo de la familia, se une la presión de que quedan pocas horas para partir a trabajar y la angustia de no tener respuesta para dos preguntas: ¿Por qué llora? ¿Y si tiene algo malo?
Tanta es la ansiedad que provoca el llanto de un recién nacido que, cuentan los pediatras, no son pocos los padres que llegan de madrugada a los servicios de urgencia para pedir ayuda médica.
Una desesperación común a muchos que llevó a un avispado ingeniero español a crear una máquina -llamada WhyCry-, que identifica la razón por la que el niño llora a partir del tono del llanto.
Instinto computarizado |
Pedro Monagas es el ingeniero español que creó WhyCry. Durante tres años visitó diversas salas cuna, donde grabó y analizó sonidos y llantos de más de 100 lactantes. Así estableció lo que él llama un patrón universal de sonidos y llantos que clasificó en cinco categorías: llanto, aburrimiento, malestar, sueño y estrés nervioso.
Según su creador, la máquina en 20 segundos es capaz de determinar por qué llora el niño, con una certeza del 98% y "siempre y cuando se sigan bien las instrucciones".
La máquina se vende en España, pero no se importó a Chile.
Miedo El terror nocturno es una causa de llanto en niños mayores de un año. Despiertan llorando, por una inmadurez del sistema nervioso central. |
Lo cierto es que
pediatras y neonatólogos recomiendan a las madres confiar en su sentido común y tener claro que en el 99% de los casos, los niños lloran por razones reconocibles y rápidamente solucionables. En el 1% restante quedan las más raras y que son trabajo para el pediatra.
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Podemos identificar ocho causas principales de llanto. Pero de ellas, hay seis que son las principales y que los papás pueden identificar, probar y descartar", detalla la doctora Ximena Alegría, neonatóloga de la Clínica Santa María.
La primera causa de llanto, lejos, es
el hambre. "A veces las mamás que dan pecho no se dan cuenta de que la guagua quedó con hambre. Y sólo captan el problema cuando el pediatra pesa al niño y ve que no ha subido de peso", explica la doctora Astrid Valenzuela, pediatra de la Clínica Alemana.
Muy relacionada con la anterior está la segunda causa: lloran porque
están "hechos" y se sienten incómodos. "Siempre se les recomienda a las mamás revisarlos antes de amamantarlos, porque si están sucios, se pondrán inquietos y se alimentarán mal", advierte la doctora Alegría.
Los gases son otra causa habitual de reclamos infantiles, por eso los pediatras suelen recomendar que los papás se los boten antes de pasar de un pecho a otro. Si no lo hacen, éstos se irán al intestino y eso produce distensión, dolor y llanto.
Además, los gases son sindicados como una de las causas de los
cólicos, que es otra de las razones por las cuales los niños lloran. La doctora Valenzuela explica que generalmente este dolor tiene una definición relacionada con el tiempo que el niño llora: más de tres horas diarias, más de tres días a la semana durante tres semanas.
"Se hablan de muchas causas para los cólicos, pero ninguna está comprobada. Sí está claro que no hay un motivo orgánico aparente, y que el llanto por cólicos suele ser vespertino".
A la hora de aliviar esta molestia, la pediatra es tajante: "Por ningún motivo darles antiespasmódicos, porque se distienden y constipan. Y segundo, debe quedar claro que el niño no está enfermo y que esto se pasará después de los tres a cuatro meses".
Si está
sobreabrigado y tiene sueño el lactante va a llorar. Lo mismo por la
picazón que produce la salida de los primeros dientes. Mientras los dos primeros son de simple solución, en el tercero la doctora Alegría lanza una advertencia: "Las mamás no deben usar por su cuenta los anestésicos locales. Porque si les ponen en exceso, ellos lo tragan y se anulan los reflejos que ellos tienen para evitar ahogarse".
Cuando ya se descartó lo anterior, aparece la
"maña". "A los cuatro meses, la Matilda comenzó a llorar sin una razón clara. Se había despertado recién, tomando papa, estaba mudada, sin 'chanchitos' y lloraba igual. Y se calmaba sólo cuando la tomaba en brazos. Igual opté por no correr de inmediato a verla y dejarla llorar un ratito, porque tiene que ir desarrollando tolerancia a la frustración de chica y resultó", comenta Carola Pino, la mamá.
En otras ocasiones, basta con un chupete o el juguete favorito cerca y el reclamo se acaba instantáneamente.
Tareas del doctor
Donde la solución cae en manos del pediatra es cuando la causa del llanto es por una enfermedad.
Las más comunes son los cuadros respiratorios virales, que suelen producir inflamación en la garganta, faringitis y, obviamente, dolor.
Ahí también entra el
reflujo gastroesofágico patológico, que no es la usual devolución de leche que hacen muchos niños, sino esa enfermedad que provoca que los niños no crezcan, bajen de peso y vomiten a cada rato.
También se deben considerar otros males desde constipación y pequeñas fisuras anales, hasta problemas oftalmológicos.
"Que los niños lloren porque están enfermos no es lo más común. Pero los papás deben aceptar que los niños lloran, que lo normal es que lo hagan una hora y media al día y que se deben descartar las causas más simples antes de llamar al pediatra", concluye la pediatra Astrid Valenzuela.