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"Es divertido que le guste a las mujeres"

12 de Marzo de 2007 | 13:47 |
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Riendo y entornando los ojos como recordando, cuenta que su infancia fue muy feliz, de barrio. Su casa quedaba en Cuarto Centenario con Apoquindo, cuando el sector era muy tranquilo, así que jugaban en la calle sin temores. También rememora un ciruelo lleno de flores, al que luego se subían para sacar las frutas.

"Me acuerdo de las ciruelas reventadas en el suelo; de una morera que había cerca y de la que sacábamos las moras con un amigo japonés para vendérselas a mi mamá para que hiciera mermelada. Puros recuerdos de verano. Las uvas de cortábamos para hacer jugo y venderlo".

-¡Negociante, ahí te sale el inmigrante puro!
"Sí, me pasé la infancia pensando en hacer negocios; vendí chicles, hice muchas cosas. Mi abuela tenía un almacén, por ahí debe venir. Tenía un negocio de paredes altas, grandes mesones, cajones, la báscula... ¡Me encanta toda esa weá! Los recuerdos se confunden con las historias, pero todavía siento los olores".

Tiene 37 años, nació el 19 de marzo de 1969 en Santiago y tiene dos hermanos hombres; uno piloto y el otro médico. Es el menor, pero tienen muy poca diferencia entre ellos, nacieron cada año y medio.

Primero estudió en los Sagrados Corazones de Alameda, pero un día él y su hermano mayor, Álvaro, estaban viendo "El festival de la una" y le preguntaron a su padre por qué regalaban un califont como premio a la gente; su papá los miró extrañado y dijo ¡los voy a cambiar de colegio!, en el colegio en que están , al parecer, desconocen la realidad de los demás. Se fueron al Instituto Nacional.

-¿Te afectó?
"Para nada, fue una excelente decisión para conocer la vida. Ahí partió todo, ¿cachai?, ¡gran colegio! (lo repite varias veces)".

Se reconoce amistoso, con grupos móviles de amigos, tanto hombres como mujeres y, a pesar del atractivo que provoca en estas últimas, no se considera buen mozo, sino más bien raro. Lleva más de cinco años emparejado con la actriz Amparo Noguera a quien conoció en los sets de la teleserie "Los Pincheiras".

-¿Por qué raro?
Se ríe a carcajadas "Raro estéticamente, raro. Es divertido que le guste a las mujeres, que me saluden en la calle, buena onda".

-¿Qué te provoca la exhibición?
"No me pasa nada con eso. Al entrar en la máquina de la televisión te publicitan y te haces conocido; el día que salgas de ahí, te olvidan. Lo tengo claro".

-¿Siempre has sido así de maduro y profundo?
"¡No lo soy! He contestado todo lo que he debido contestar, jajaja".

-¿Cómo te defines a ti mismo?
"Mmm, eso está complicado... detrás de esta cara no hay nada".

-Ya, en serio.
"Súper bipolar: de espacios súper llenos y espacios súper vacíos. Soy un weón no muy equilibrado en sus contenidos y de personalidad cambiante, con cambios de estados de ánimo. Las emociones son muy importantes para mí, así es la vida".

-¿No muy centrado en ti?
"No, mucho, muy centrado en mí. Todos los actores somos ególatras, aunque algunos se digan humildes. Hay que tener ego pa' pararse frente a 600 weones y hacer cosas que parezcan de verdad. También soy soberbio a veces, vanidoso, bueno, como todo el mundo no más, todo junto, lo bueno y lo malo".

-Te molesta la tontera ¿o me equivoco?
"No, la tontera es una weá que me desequilibra, porque rompe el diálogo con el otro. No, la tontera, ¡no! Incluso me pasa actuando, cuando siento que el público es tonto, me dan ganas de matarlo; me iría, me carga cuando no están entendiendo".

-¿Proyecciones?
"Estoy en eso. Puede que resulte arrogante decirlo, pero yo estoy proyectado; mi trabajo está absolutamente ligado a mi deseo, yo trabajo porque quiero, no hay ningún espacio de obligación".

-¿Frustraciones?
"Muchas. No sé, de todo tipo. Por ejemplo pensar que nunca voy a poder hacer una película tan profunda como 'Babel'".

-¿Te gustaría tener hijos?
(Se corre un buen rato) "Los hijos... ¡llegan cuando tienen que llegar!, no los decide uno, yo creo. Me gustan mucho los niños, son divertidos, geniales, porque releen la realidad. Yo bajo y me adapto a ellos. La playa es con niños, si no es una lata".

-¡Te gusta la playa!, la mencionas varias veces.
"Sí, poh, pero me gusta la playa con sandía, arena, baño, siesta y así sucesivamente. Estar mucho rato".

-¿Dónde veraneas?
"En playas (carcajada). Maitencillo, Los Molles; agarrar el auto e irme a playas perdidas en el Norte Chico, armar carpa; Cachagua... ¡me gustan las playas!, todas... Cartagena. Sentarme en la playa, escuchar la conversación del lado... ¡me mata!, es notable, me encanta mirar a los otros e imaginarme de dónde vienen".

Dice no tener hobbies, porque está siempre actuando: "Creo que, finalmente, éste es mi hobby, aunque siempre pienso en comprarme algún instrumento musical y aprender a tocarlo; cantar; los autos a control remoto y los aviones, también. Pero se queda en me gusta, nunca llego a realizarlo".

No practica un deporte en especial, pero corre habitualmente para botar energías, porque se reconoce intenso y potente.

-¿Vicio privado?
(Un silencio más largo que los que lo han caracterizado toda la entrevista) "Francamente, no sé. A ver... ¡el yogurt de pajaritos!, aunque es una joda, porque hay que lavar el pajarito, se te muere el pajarito... ¡me encanta!" y estalla en una carcajada.
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