Caminar por la arena, zambullirse en el mar o mirar una puesta de sol relaja a cualquiera. Quizás por ello la costa es uno de los lugares preferidos por las personas para veranear.
Sin embargo, fuera del contexto de unas merecidas vacaciones, sumergirse en agua de mar es una experiencia muy saludable, más aún en Chile donde contamos con un mar privilegiado.
"Tenemos uno de los mares más productivos del mundo, con una costa comparativamente limpia, sometida a eventos oceanográficos importantes, como el "fenómeno de surgencia" o ascenso de las aguas subsuperficiales hacia la capa superficial. Estas elevaciones de aguas de profundidad a menor temperatura, con muchos nutrientes, fertilizan la costa. En el Pacífico Sur están las grandes pesquerías del mundo y somos potencia mundial en algas", explica Julio Vásquez, biólogo y profesor de la Facultad de Ciencias del Mar, sede Coquimbo, de la Universidad Católica del Norte.
Precisamente por su gran riqueza es que al agua de mar se le confieren propiedades antibióticas, estimulantes y cicatrizantes. Se dice que mejora la capacidad respiratoria, la circulación sanguínea, que tonifica la musculatura y favorece la eliminación de toxinas, entre otros beneficios.
"El mar tiene gran cantidad de yodo, zinc, iones, que por ósmosis penetran en la piel. Posee propiedades antitumorales y cicatrizantes. Además, las algas, por el yodo que contienen, son efectivas contra la celulitis", reconoce Patricia Apt, dermatóloga de la Clínica Las Condes.
"En lo que a piel se refiere, las ventajas de un agua con algas, más densa que la potable, la de ríos o lagos, es que lubrica muy bien. Es útil en enfermedades de piel seca, gente con eccemas atópicos, con psoriasis, entre otras. Además, tonifica, porque cuando estás en el mar siempre te estás moviendo", agrega Juan Honeyman, director del Departamento de Dermatología del Hospital Clínico de la U. de Chile.
Honeyman recuerda que muchos europeos llevaban a sus psoriáticos al mar Muerto para curarlos y sus lesiones desaparecían por tiempo prolongado.
Consejos |
No hay restricciones para bañarse en el mar, sólo recomendaciones: protegerse del sol, controlar el tiempo para evitar hipotermia o los calambres.
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"Cuando el ambiente externo es más denso entra líquido a la epidermis", explica Honeyman
"Es cicatrizante porque el mar es un vehículo de transporte de sales y de minerales", dice Vásquez. Y el Placton explica sus propiedades antibióticas. "La existencia de infecciones es menor", corrobora Honeyman.
Para quienes no disfrutan bañándose en el mar, la talasoterapia es una alternativa. Se trata de un método terapéutico que se basa en la utilización del medio marino (agua, algas, barro, etc.) para curar enfermedades, tratar temas estéticos o relajarse.
En Chile los centros de talasoterapia han ido creciendo. Hoy se pueden encontrar en Puyuhuapi, Chiloé, Puyehue, Concón, en las Termas de Chillán, Pingueral o El Tebo, por nombrar algunos.
"En la talasoterapia se purifica el agua del mar y se aumenta la temperatura, como en una terma. El calor actúa como vasoconstrictor, mejora la circulación sanguínea, relaja y es antiinflamatorio", opina Patricia Apt.
Claro que esta terapia no es exclusiva de sectores costeros. En Santiago existen centros donde se aplica talasoterapia en camilla ¿Cómo? "Con algas microestrelladas secas, traídas del sur del país, mezcladas con cremas naturales y tónicos de hierba. Esa pasta se prepara en olla de greda, se cubre el cuerpo, se envuelve con vendas y fajas de calor y se deja exudando las toxinas. Después se saca todo con una ducha", explica Paulina Vargas, directora y terapeuta de Bow Spa, ubicado en Vitacura.
Algas poderosas
Las algas son muy apetecidas por su alto contenido de carbohidratos, proteínas, vitaminas y minerales. Si se comparan con los productos lácteos, las algas proveen hasta un 10% más de hierro y calcio. Y Chile es uno de los grandes productores de ellas.
Sin embargo la doctora Apt es enfática en advertir que no es llegar, recolectar algas y colocárselas sobre la piel: "Se pueden producir fenómenos alérgicos graves. No hay que hacer experimentos", dice.
"En lugares autorizados no hay mayor problema, pero las algas pueden perder vitalidad y se pueden contaminar. Si no se tiene el conocimiento, mejor no arriesgarse", concuerda Honeyman y se explaya: "Es cierto que el calor otorga un plus a las terapias, pero también uno encuentra en el comercio sales del mar Muerto que se echan a la tina y eso lubrica, mejora la circulación y relaja la musculatura. El mar es distinto, pero una cosa no excluye a la otra".
Pero es claro que unos días en el mar marcan diferencias. "Los beneficios están en todo: el ambiente sereno, el aire libre, comes más pescado y baja el colesterol, caminas más...", enfatiza Vásquez. Y todo eso hace bien.