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Con un sentido de propósitos mucho más agradable

Desde su nuevo cargo en el Hogar de Cristo afirma que en Chile falta aún tomar conciencia de la situación de pobreza en que viven miles de chilenos y que se debe hacer un esfuerzo mayor por sacarlos de ahí. Aquí repasa su trayectoria y nuevos desafíos.

08 de Agosto de 2007 | 13:43 |
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Es uno de los íconos de las ejecutivas chilenas. Definitivamente un referente para las mujeres que se la juegan por hacer una carrera exitosa y compatibilizarla con su vida privada.

Hoy, desde el cargo de directora ejecutiva del Hogar de Cristo, Susana Tonda, mantiene el ritmo que se impuso en sus pasos por Bancard y Lan Chile y trabaja con entusiasmo implementando nuevas ideas para conseguir que esta institución logre ayudar cada día a más personas y mejor.

Se la ve radiante; está feliz y se le nota. Declara que después del fracaso que significó su pasada por Casa&Ideas, puede ahora hacer algo que tuvo en la mira por muchos años, servicio social concreto y diario.

-¿Un cambio bastante radical esto de venirse al Hogar de Cristo; pasar de las grandes empresas a la beneficencia?
“Súper grande y son varios cambios. Uno, es un cambio de rubro; así como antes me pasé del sector bancario al de líneas aéreas donde no entendía ni las siglas y tuve que aprender todo de nuevo como el vocabulario, las variables del negocio y otros ahora me pasé a una industria social que es algo totalmente distinto. Otro cambio es que la empresa privada se mueve con parámetros distintos a los con que se maneja una fundación y nunca había trabajado con sacerdotes.
“Fíjate que a pesar de los cambios, creo que es súper positivo, estoy súper contenta”.

-¿Sí? Aquí la eficiencia no se mide en utilidades, sino que en cantidad de desayunos.
“No, acá se puede medir la eficiencia. Diría que el Hogar ha ido avanzando en eso; es verdad que la mayor parte de la gente que trabaja aquí es del ámbito social y no ingenieros como sería una empresa, pero hace rato que están en medir la eficiencia y la efectividad. O sea, los programas que nosotros entregamos se miden en si logramos darle a la gente más oportunidades, si logran avanzar”.

-¿Tus ganancias son, entonces, la cantidad de gente que puedes atender?
“No sólo eso; uno es la cantidad y otro es el impacto que realmente se logra en esas personas. Mira, tenemos un programa de jardines infantiles y salas cuna y la medición real es, efectivamente, la cobertura, pero también si somos capaces de mejorar o no su capacidad de aprendizaje”.

-¿Pero eso es súper intangible?
“Sí, pero lo podemos medir. Es más difícil, pero no imposible.
“Tenemos el caso de las mujeres jefas de hogar y el Banco de los Pobres con el que les damos créditos y buscamos que mejoren su estándar de vida consiguiendo que ellas aumenten su nivel de ingreso. También tenemos el programa de reinserción escolar y vemos si los chiquillos logran o no terminar la educación básica o media y si logran leer.
“Además, tenemos que medir cuánto te cuesta todo. No es lo mismo atender un anciano que me cuesta 10, a hacer lo mismo y que me cueste 5 porque ahí le puedo dar a dos. Nos falta muchos por avanzar en las mediciones, pero la decisión de hacerlo está”.

-¿Esto te resulta más agradable?
“Claro que sí porque tiene un sentido de propósitos mucho más agradable que lo otro. Piensa tú que, en las empresas, un jefe tiene como objetivo buscar ese sentido de propósito y además ganar plata. Aquí, ese sentido de propósito está en la esencia, no necesitas buscarlo”.

Susana no oculta que desde hace 10 años tenía las ganas de venirse a trabajar al Hogar de Cristo. “Siempre he tenido un sentimiento de que uno puede aportar a la parte social más de lo que lo hace en general; yo, por lo menos, tenía un pequeño cargo de conciencia en esa línea y gente cercana a mí siempre decía ojalá termines trabajando en el Hogar de Cristo, pero entregando lo que yo sabía hacer, o sea, mi experiencia de gestión”.

Hace unos 7 años, cuando había aterrizado en LanChile, se contactó con ella el padre Renato Poblete y en esa oportunidad no se pudo concretar su llegada. Ahora, después de dejar abruptamente Casa&Ideas, la llamó Agustín Moreira y se pudo porque ella hizo un esfuerzo económico y el Hogar también.

“Siempre me quedé con la idea de si iba a tener una segunda oportunidad y la tuve. Poca gente la tiene... ahora, cuando me llamaron dije esto era lo que yo quería”, cuenta.

-¿Qué desafíos estás enfrentando?
“Uuyyyy... el Hogar tiene grandes desafíos, pero diría que los que yo estoy enfrentando son tratar de implementar todas las buenas prácticas en gestión que aprendí en otras partes y esas prácticas son desde formalizar un proceso de planificación, planes de trabajo, indicadores de gestión a implementar un plan de tecnología, de personas, todo con las adecuaciones que merece una fundación sin fines de lucro.
“Es armar equipo con gente social, con gente tremendamente preparada en la parte social, pero que tiene menos experiencia en la parte gestión”.

-¿La meta será crecer y crecer?
“Claro y hacerlo bien, cada vez mejor. Nosotros tenemos un gran tamaño, pero la pobreza en Chile no se ha erradicado para nada. Quedan muchos pobres... la gracia que hay en Chile es que de verdad se puede, o sea, en un período de tiempo relativamente razonable podemos erradicar la extrema pobreza y disminuir notoriamente la pobreza”.

-¿Cuál es tu visión del estado actual de la pobreza?
“Creo que hay menos pobreza que antes; si se analiza la situación 15 años a la fecha hay una disminución significativa de extrema pobreza. Piensa que personas que viven con menos de 2 dólares diarios hace 15 años era el 48% de la población y hoy son un 18%, unas tres millones de personas. Y hay unas 800 mil personas que viven con menos de 1 dólar diario, es decir, menos de 15 lucas al mes y uno se pregunta qué alternativas reales tienen de tener una vida mejor. Re pocas si es que el Gobierno, los privados y las instituciones de beneficencia no nos unimos y... se ha hecho harto”.

Susana Tonda aclara que las personas que viven en extrema pobreza y en situación de calle, donde además se presenta una discapacidad mental, están extremadamente vulnerables y para poder sacarlos de ahí se requiere de planes permanentes y subsidiarios porque no tienen la capacidad mental para conseguir un empleo estable. Asegura que ya hay programas destinados específicamente a ellos y se está avanzando.
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-¿Hay políticas sociales que podrían ser más efectivas? El caso de los subsidios.
“A ver, vamos a decir, a la larga, que tuvimos éxito cuando los subsidios ya no sean necesarios. Claramente una persona está mucho mejor si tiene la libertad de generar sus propios ingresos y no depende del Estado, pero hay que ir paso a paso.
“El Hogar partió hace tiempo con programas a nivel preescolar y hoy el Gobierno lo tiene como una prioridad, donde la decisión es dar cobertura total porque ello debiera mejorar de manera notoria la capacidad de aprendizaje de los niños; si se logra eso, la situación de todos es mejor”.

-¿En qué política se está cojeando?
“En discapacidad mental y también en el tema de mujeres agredidas, porque aunque el Gobierno lo toma, hay que hacerlo con mucho más fuerza. Esos son temas que todavía no están en el tapete”.

-¿Cómo ves la solidaridad en Chile?
“Creo que la gente es solidaria, pero hay que crear los canales para que eso se exprese en forma permanente. Hay alguien que dice que en Chile hay pocos voluntarios, pero de verdad creo que no hay estadísticas correctas, que hay muchos que lo son, pero calladitos. Nosotros tenemos 500 mil socios que una vez al mes hacen un aporte... eso es solidaridad, por eso creo que hay que generar la instancia adecuada para que la gente se acerque a la pobreza, la vea y decida ayudar”.

-¿No los ves un poco oportunistas?
“Hay de todo, o sea, obviamente, hay algunos oportunistas, pero creo que en la esencia, es labor nuestra llegar a ellos y hacerlo en la forma correcta para que sean de verdad solidarios.
“Por supuesto que hay gente que está sólo para sacarse la foto... hace poco me preguntaban qué opinaba de la responsabilidad social empresarial, que está de moda y se le ve como marketing; bueno, puede ser que haya algo de marketing, pero en el fondo eso lleva a voluntariado corporativo no sólo en plata sino que en horas hombres. A lo mejor, entonces, partió como una moda, pero los que están participando se han dado cuenta que el tema de verdad es importante”.

-¿Qué falta para superar la pobreza en Chile?
“Falta hacer más conciencia y lograr que en vez de 500 mil socios sean un millón, o sea, que haya más gente que diga que los problemas son de todos y de verdad. Hay mucha gente que siente que el problema de los pobres es sólo del Estado; nosotros creemos que éste tiene un rol importante pero solo no lo puede hacer y por eso, debe haber instituciones privadas que permitan multiplicar los aportes por diez.
“Los extranjeros dicen que nuestro modelo es bastante único en el mundo, que no es común, es decir, que se dé una sociedad entre la empresa privada y el Gobierno con los necesitados haciendo nosotros de puente. Los empresarios y el Gobierno ponen los recursos y nosotros operamos; es decir, esto es trabajo en redes”.

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