Una sonrisa a flor de piel es lo primero que se avisora cuando ingresa al camerino para ser entrevistado, su calidez se siente de inmediato. Espontáneo, alegre, sencillo y sincero; así es Héctor Morales, un joven apasionado y obsesivo por su trabajo. La televisión le ha entregado la fama y el reconocimiento a su labor, pero también le ha robado el tiempo para realizar lo que más le gusta, las tablas y el cine.
Nadie que lo haya visto sobre el escenario, podría olvidarse de su polémico trabajo en la obra ‘Prat, el homosexual’ y su papel de la señora ‘Simpson’, donde rápidamente con pulso y esfuerzo logró posicionarse como uno de los jóvenes artistas más cotizados del teatro chileno.
La televisión le cambió la vida, lo hizo madurar y volverse más grande. Hoy debuta con su personaje en la nueva teleserie del canal 13 ‘Papi Ricky’, sin temor al rating.
-¿Qué nos puedes contar de tu nuevo personaje en “Papi Ricki” ¿no te parece un poco inmaduro?
“Sí, es un personaje inmaduro. Estaba en el colegio y sólo le preocupaban sus estudios, tenía una vida distinta, pololeaba y no poseía preocupaciones económicas. Un día, todo cambió, sus padres viajaron al extranjero, tuvo un hijo y su vida dio un giro, ahora tiene relajo económico, vive con su nana y debe hacerse cargo de su hijo”.
-¿Qué desafíos te implica?
“En realidad ha sido un desafío importante, sobretodo, porque no soy padre; el personaje tiene 17 años, repentinamente le toca ser papá y vivir sólo con su nana. Por otro lado, llegaron nuevos actores del canal del 7 y nos estamos conociendo. Hasta el momento todo va muy bien y la teleserie ha gustado mucho”.
-¿Después del rating poco esperado de Descarados y la catástrofe de Charly Tango, sientes alguna presión?
“Para mí, en particular, la competencia no es un tema. Tengo amigos que trabajan en la otra teleserie -‘Corazón de María’- y no es, en realidad, algo que me preocupe. Además no tengo ninguna presión, me preocupo por trabajar y hacerlo bien”.
-¿Crees que la temática enganche con los televidentes?
“¡Creo que sí! lo que me llama la atención es que tiene distintas visiones sobre la familia. Todos están dentro de un condominio; en cada casa hay una familia compuesta por integrantes no tan clásicos, ¿cachai?, donde lo típico es que se encuentre el papá, la mamá y los niños. Pero en este condominio hay un padre que vive sólo con su hija, una mamá separada con sus dos hijas, un papá viudo, y una familia donde vive mucha gente como abuela, primos, y nana; entonces, se ve atractivo porque hay distintas formas de familias en que la gente se puede reconocer”.
-Tu personaje tiene alguna semejanza con Byron
“Sin duda que puede tener algo, porque a mí siempre me ha tocado interpretar personajes entre 17 y 18 años, edades que están acordes con la mía; un joven no se diferencia mucho de otro, porque no existe una distinción tan clara en las clases sociales, hablan de una manera parecida y utilizan los mismos modismos, ¿cachai? En ‘Brujas’ tenía 21; en ‘Descarado’, 20 y ahora, en ‘Papi Ricky’, 17.
Explica: “Sin embargo, no creo que sea lo mismo hablar de personajes que no tengan divergencias, porque sí las tiene. Se ven parecidos por una razón de edad. En ‘Brujas’ y ‘Descarado’ pertenecía a familias muy compuestas, donde había un padre y una madre, ahora pertenezco a una familia donde está mi nana ¡no más!; los demás están en el extranjero y esto le da una dimensión distinta, una clase social diferente”.
-¿No temes ser encasillado?
“¡No creo que sea así! Todos los personajes son diferentes a pesar de que no interprete uno más grande. Si una actriz es joven siempre va hacer la chica joven. Los personajes se van acercar de acuerdo a la edad y por ello se hacen los casting. Pero siempre los rasgos de cada personaje van a cambiar”.
-¿Pero no se te han dado otro personajes como el villano o el intrigante?
“No se ha dado, pero también lo que sucede es que en las teleseries los jóvenes son los jóvenes ¿cachai? Siempre los miran de una misma manera; los ven con soltura, livianos y taquilleros. ¡No estoy de acuerdo!, porque creo que los jóvenes tienen una gama mucho más amplia; me encantaría con otro estereotipo”, comenta con timidez.
Se explaya: “Los jóvenes en la realidad no son como los de la televisión, son mucho más crudos, poco livianos; no es el cabro que está echado sobre su cama escuchado música, ¡no son sólo eso!, hay jóvenes que trabajan, que se esfuerzan, drogadictos, los que están presos, los que se prostituyen. El espectro es mucho más grande, ¿te das cuenta?”.
-¿Que hay antes y después de Byron?
“Justo cuando empezamos a hacer ‘Brujas’, yo estaba en la universidad con un período de trabajo en teatro y era conocido sólo por la gente que iba a verme. Desde que entré a la televisión, mi trabajo se hizo más expuesto y mucho más conocido. ¡En ese aspecto cambió!, ahora, cuando hago un personaje, hay un público que lo ve desde su casa y eso es mucho más fuerte”.
Agrega: “Dejas de estar en el anonimato y eso es un poco fuerte a la hora de salir a la calle, al mercado o cuando sales a caminar. La gente te mira, te dan regalos, te saludan y te expresan mucho cariño; es algo a lo que tú no estabas acostumbrado. ¡Ya me acostumbré!, quizás es fuerte para la gente con la que yo pueda andar, con una amiga, un amigo o la familia, porque no están acostumbrados y quizás esto es más difícil y un poco más violento”.
-¿Te molesta?
“Para mí es normal ir a un restaurante y que la gente me mire, no me intranquiliza, porque la gente es extremadamente cariñosa. Entré en una dinámica muy rápida. Antes de Byron tenía mucho más tiempo, ahora simplemente no lo hay; por ejemplo, no tengo vacaciones hace dos años. Tengo amigos que se van a Valparaíso y regresan relajados y luego se van a carretiar. Antes trabajaba sólo en teatro y uno se ajustaba a los horarios, ahora trabajo en una empresa que requiere de mis servicios con una disposición de tiempo mayor, entonces tengo que cuidarme, debo dedicarme a estudiar todas las escenas del día siguiente y no salgo mucho”.
-¿Piensas que fue asertivo que los ‘Sa Sa’ regresaran como una serie? ¿Fue un error?
“Nunca un error, lo que me parece es que habían podido regresar antes, se tardaron mucho y quizás todo se enfrió. Uno en televisión agradece tener trabajo, que se acuerden de ti y te llamen a trabajar para interpretar algún personaje. Pero las decisiones no pasan por uno sino por los ejecutivos y por los directores, ellos te invitan y si te interesa el proyecto ¡pues uno feliz participa!, pero el que me motivó principalmente fue Rodrigo Sepúlveda y todo el elenco, porque nos llevamos muy bien y fue muy agradable trabajar juntos”.
Aclara: “Personalmente no tenía muchas ganas de hacer los ‘Sa Sa’, porque siento que los personajes hay que cambiarlos; pero se generó un fenómeno con esta familia que hizo que fuera atractivo hacer el proyecto nuevamente. En mi caso es bueno trabajar en cosas que no hayas hecho antes. Otra razón es que soy muy ansioso y me gusta renovarme. Nunca fue un error, para nada. Fue una experiencia con un condimento divertido y entretenido”.
-¿Proyecciones en papeles televisivos?
“Siendo muy honesto, desearía no trabajar en televisión. ¡Pero hay un cuento económico, se tiene un trabajo estable! Sé que hay muchos compañeros de mi edad y de mi generación que no tienen trabajo y se agradece la posibilidad de estar trabajando en empresas tan serias como canal 13 y con un área dramática sólida, uno crea muchos lazos con el equipo, quiero mucho a la Verónica Saquel, me siento muy cercano a ella, es una persona muy inteligente y muy fuerte”.
Se toma su tiempo para explicar: “Pero a mí me pasa algo con la televisión y es que la considero muy absorbente. ¡Necesito trabajar en teatro!, he tenido que dejar muchas cosas por dedicarme a ella. Me gustaría dictar clases, hacer obras y culminar los proyectos con mi compañía ‘Teatro de Chile’. En una oportunidad viajó y no pude acompañarlos por hacer ‘Descarado’; luego se fueron a otra y no pude ir por los ‘Sa Sa’, ahora estamos por hacer otro proyecto que comenzaría después de terminar la teleserie ‘Papi Ricky’ y ¡me moriría sino no lo hiciera!”.
-¿Tiene que ver con algún prejuicio?
“No tiene que ver con prejuicios, siento que en teatro uno tiene un rol más activo, creativamente hablando, en conjunto con mis compañeros vemos qué textos podemos hacer, trabajamos en la escenografía, si hay que ponerle más color lo conversamos. En el fondo uno es un artesano de su trabajo”.
-¿Eso no se da en televisión?
“En televisión uno tiene que estar a disposición. Puedes proponer en las escenas, pero muy poco; es decir, que en realidad no tengo mucho que hacer creativamente y por eso me siento un poco atrapado en la creatividad. Me gustaría decirle al guionista, ¿por qué no hacemos esta escena para que esto suceda?, pero me quedo ahí, porque ¡no puedo hacer eso! Cada uno en televisión tiene un rol y el mío es interpretar el personaje. Veo de repente una escena y digo, ¿por qué me pasa esto?, ¿por qué no le ponen esta música?, ¿por qué este personaje no se viste así’? o, ¿por qué a mi me ponen esta ropa?; entonces empiezo angustiarme y digo en realidad aquí no está mi aporte, está en el teatro, porque allí si puedo hacerlo, ¡pero no tengo el tiempo!”
Se extiende: “Me han invitado a muchas obras de teatro que se ensayan en la noche, pero deseo que si voy a hacer una, pueda disponer de tiempo y no que mis compañeros se tenga que amoldar a mi espacio. Muchas veces me dicen que ensayemos cuando yo pueda, pero eso tampoco es justo. Por otro lado, el cine me interesa mucho y el rodaje de películas demora dos o tres meses y estando en televisión no puedo hacerlo”.
-¿Qué te da la televisión que no te da el teatro?
“El bienestar económico y la posibilidad de poder ayudar a mi familia; si yo estuviera haciendo teatro no podría darme el gusto de ir a ver un espectáculo, un musical o un concierto o ir al cine, ¡todo se reduce! En teatro uno gana mucho menos que haciendo televisión”.
Continúa leyendo:
“Mi ego me traiciona”
“¡Soy enamoradizo!”