Tener una amistad desinteresada y generosa y, además, la preocupación por mantener el contacto con los viejos amigos son algunas características propias de las relaciones femeninas.
Así al menos lo concluyó una investigación realizada por sociólogos de la Universidad de Manchester, Inglaterra, quienes entrevistaron a cerca de 10 mil voluntarios de distintas realidades sociales.
"Las amistades de mujeres son fundamentalmente diferentes a las de los hombres. Para ellas, esta relación tiene un valor más profundo y moral", declaró Gindo Tampubolon, quien dirigió el estudio.
Y agregó: "Ellas tienden a mantener amigos en las buenas y en las malas. Los hombres, por el contrario, suelen ser más débiles con sus relaciones y se suelen preguntar: '¿qué puedo sacar yo de esta amistad?".
Desde niños
Para la psicóloga Adriana Palacios, estas diferencias de género tendrían su base en la cultura.
Desde la crianza, explica, a las mujeres se las alienta a desarrollar la amistad demostrando el vínculo afectivo. Por eso nadie se cuestiona si dos amigas andan de la mano o se abrazan, algo que no ocurre de la misma manera con los niños.
"Para las mujeres alcanzar un alto grado de intimidad está permitido, es común y esperable que se cuenten cosas privadas", señala Palacios.
Y aunque sentencia que cada vez se están rompiendo más los rígidos esquemas de género, estos aún no han desaparecido y siguen marcando a la sociedad.
Claro que esta explicación no es la única, ya que como agrega Juan Pablo Westphal, psicólogo de la Clínica Santa María, las psiquis de ambos sexos son diferentes y por lo tanto esto también predispondría a distintas formas de relacionarse.
"La mujer tiene un sentir y pensar más global que el hombre. Haciendo una analogía, si ella se pelea en la casa va a estar de malas o triste en el trabajo, en el supermercado y donde sea que vaya. Él no, es más fragmentado y contextualizado y, según el contexto, puede olvidarse de sus otros problemas", aclara Juan Pablo Westphal.
En ese mismo sentido, explica, los hombres pueden tener buenos amigos de distintos ámbitos sin que eso implique compartir mayor intimidad con ellos, algo que no ocurre con las mujeres.
Por esto mismo, al experto no le sorprende que pueda pensarse que la amistad de los hombres -como apunta el estudio inglés- sea más utilitaria: "Podría creerse que tener un amigo con el que solamente se juega fútbol, por ejemplo, es una forma de sacar ventaja de la amistad, pero ese razonamiento no es válido para los hombres, ya que la amistad en ese caso se basa en el deporte".
Y agrega: "Una buena amistad no se relaciona con el grado de intimidad que se comparta, sino con las experiencias de vida en común y la confianza que se logre generar".
Opinión que comparte Adriana Palacios. "No porque los hombres no se cuenten cómo están en el plano afectivo de manera tan abierta como las mujeres, significa que no se sean leales".