Ni crudo ni cocido. No importa cómo se prepare, el ajo, conocido popularmente por su capacidad para bajar el nivel de colesterol ha sido desmitificado.
Un estudio publicado en el último número de la revista "Archives of Internal Medicine" demostró que su consumo no ayuda a reducir la lipoproteína de baja densidad (LDL por sus siglas en inglés), o comúnmente llamada "colesterol malo".
Una noticia nada de alentadora para el 50% de la población chilena que sufre de colesterol alto y que tiene, por lo tanto, un mayor riesgo de sufrir infartos y problemas cardíacos.
Mentiras populares
En la investigación, dirigida por el doctor Christopher D. Gardner de la Universidad de Stanford, se investigó a 192 personas que presentaban un LDL moderadamente alto.
Oculto en sándwiches y a través de comprimidos, a las personas se les administró durante seis meses una dosis de ajo crudo, suplementos alimenticios realizados a base de este condimento y placebo, siempre obteniendo el mismo resultado: ningún cambio real en el nivel de colesterol.
Sin embargo, este aliño no es el único que se ha asociado tradicionalmente a una disminución del nivel de colesterol en la sangre. "El aceite de pescado es de mejor calidad que el resto, pero no significa que baje el colesterol. Incluso puede subir un poco el nivel, pero del bueno, y también se ha demostrado que reduce la mortalidad en pacientes con infartos previos", explica el doctor Juan Carlos Prieto, cardiólogo y farmacólogo del Hospital Clínico de la Universidad de Chile.
La idea de que el jugo del limón ayudaría a limpiar la grasa de la sangre y por lo tanto, lograría un nivel óptimo de colesterol tampoco tendría ninguna base científica, aclara el experto.
Otra creencia es el consumo de harina de linaza: "Ésta podría disminuir la absorción a nivel intestinal, pero su efecto no es muy significativo", agrega Prieto.
Que el pollo esté libre de colesterol es otro mito, señala el especialista. Sin embargo, su carne sí sería menos dañina ya que tiene 20% menos de este componente que las carnes rojas.
Un mito que suele escuchar el cardiólogo Carlos Caorsi, de la Clínica Las Condes, es que sólo los hombres tienen que cuidarse. Por eso es claro al afirmar: "Ambos sexos deben tomar medidas contra el colestrol, aunque a las mujeres premenopáusicas, los estrógenos las protegen de los niveles de colesterol malo".
Claro que no está todo perdido y sí hay datos que ayudan a mantener a raya el nivel de colesterol en el cuerpo.
"Si se baja de peso y se hace ejercicio, se logra una baja leve del colesterol total, pero sobre todo un aumento del HDL, que es el colesterol protector", sentencia el cardiólogo Juan Carlos Prieto.
Beneficios probados
Claro que el ejercicio tiene que realizarse de manera constante tres veces por semana y durante 20 a 40 minutos, advierte el especialista.
"No se trata que haya alimentos buenos y malos en sí, es la cantidad de colesterol que contienen, y eso hay que relacionarlo con los de 300 mg de colesterol que uno debería comer al día", explica el doctor Caorsi.
Una tarea no siempre sencilla, si se toma en cuenta que una sola yema de huevo contiene 200 mg de este componente.
Por eso lo importante es seguir una dieta balanceada, que incluya fibra, verduras y al menos dos frutas al día, y que evite las frituras y las comidas con exceso de grasa. Las proteínas, por su parte, habría que consumirlas sólo dos veces a la semana. Asimismo las paltas, almendras y nueces, ricas en aceites vegetales, ayudan a elevar el nivel de colesterol bueno, por lo que serían recomendadas.
Y otro dato clave, subraya el doctor Caorsi, es que nunca es demasiado tarde para empezar a cuidarse. "La alimentación sana debe ser un hábito, sobre todo en las familias con alteraciones de perfil lipídico", explica.