Anécdotas tiene por montones, pero quizás la más conocida es que cada vez que se tira al agua y comienza a bracear, su mente se conecta inmediatamente con una melodía, ya sea pop o clásica. La estrategia le permite concentrarse y no perder el ritmo durante las 30 vueltas que tiene que dar a una piscina cuando hace una prueba larga.
Así es Kristel Köbrich, alemana por donde se le mire. A sus 21 años es la mejor nadadora que jamás haya tenido Chile. Con dos records sudamericanos, tiene a su haber el lugar 15, en 800 libres en los Juegos Olímpicos de Atenas 2004 y la séptima posición en el reciente Mundial de Australia en la prueba de 1.500 metros.
Sus logros le han granjeado la atención de la prensa estos últimos días, pero ella no se distrae más que lo suficiente. Sus metas están hoy puestas en el próximo Panamericano, pero, por sobre todo, en las Olimpiadas de Beijing 2008. A esa instancia debe llegar con un crono de 8.31 (su record es de 8.40) para poder instalarse dentro de las 8 finalistas en 800.
De paso por Santiago, camino a Córdoba, Argentina, donde vive desde el 2004, asegura que hace mucho tiempo que no tiene vacaciones. “Siempre digo que sólo tengo días libres”, comenta mientras una amplia sonrisa se explaya en su cara.
“Pregunte no más, pregunte”, agrega pícara.
-¿Tienes recuerdos de la primera vez que te lanzaste al agua?
“La primera vez que me metí a la piscina fue en el club Manquehue, donde aún soy socia. Tenía como 4 o 5 años y mis dos hermanas más grandes ya nadaban, estaban en la rama, y como no me podían dejar sola en la casa me llevaron. Mis papás son profesores de educación física, pero mi mamá se hizo entrenadora en el club”.
-Hasta los 12 años practicaste simultáneamente atletismo, específicamente salto largo, y natación. ¿Por qué optaste por lo último?
“Creo que por el hecho de que mis hermanas también estaban en eso; ellas viajaban, compitieron hasta los 18 y lo dejaron por opciones de cada una y en cambio, yo seguí más dedicada”.
-¿Influyó el hecho de que tu mamá fuera nadadora?
“Seguramente, ella lo debe haber hecho con mi hermana más grande y de ahí pa´bajo; obviamente influyeron mis hermanas, seguro, porque uno las veía comprometidas, con ganas, que lo pasaban bien y viajaban. Conocían culturas distintas, países y volvían contentas; veía que podía ser parte de una selección. En verdad, es rico poder representar a tu país y tener una experiencia que otras personas no tienen la suerte de vivir”.
-¿Por qué optaste por las pruebas de fondo?
“No, eso es un tema de físico. Soy mejor en esas pruebas que en las cortas; el entrenador va viendo tu desarrollo cuando se es chica y te vas especializando. En mi caso, cualquiera se hubiera dado cuenta que yo era fondista. Tengo mucha más resistencia”.
-¿Tu prueba favorita es la de 1.500?
“No, en verdad es 800, pero yo sé que soy mejor en los 1.500”.
-¿Y no es fome nadar tanto rato? (son como 17 minutos)
“A ver, si uno entrena dos horas y media, una prueba de 16 minutos se te hace corta, obvio. Es una prueba larga, sí, tienes que estar mucho tiempo concentrada, es un cansancio distinto a la de 50 metros, hay que asumir que uno es buena en eso y que debe explotar eso”.
-¿Cómo nació esto de conectarte con una melodía?
“El inconsciente siempre está pinchando ideas, cosas en que te quedas pegado. Uno puede mirar la luz de afuera o como está sentado tu entrenador, las baldosas que están en el agua y en vez de fijarte en esas cosas...”
-¿Te distraen?
“No sé si te distraen, las ves, no te enfocas en ellas, vas y vienes... entonces estar concentrada en una canción se te hace más corto, más ameno; es un tema de comodidad personal”.
-¿Hay otras tretas para mantenerse concentrada?
“Seguro, cada uno tiene su maña, su idea de que con eso se puede andar mejor”.
-¿Y se puede llevar la cuenta de las vueltas, porque al final son 30?
“Obvio, uno la lleva en el subconsciente. No es sólo ir cantando, no... lo que pasa es que una vez lo conté y mucha gente se quedó en eso. Es una forma de pasarlo un poco mejor”.
-¿Qué hace que una joven opte por una carrera tan exigente?
“Creo que es en base a los resultados que he obtenido, de poder dar el salto y ver qué pasaba si me dedicaba un poco más a eso. Fue como cuando resolví si me quedaba con el atletismo o la natación o cuando resolví si seguía en el Colegio Alemán o me iba al colegio de deportistas, donde me daban más posibilidades de entrenar. Y después fue qué pasaba si me iba de Chile o cambiaba de entrenador.
“Todas esas decisiones han sido claves en mi carrera deportiva y me han llevado a tener el éxito que tengo hoy. Son decisiones súper personales, pero obviamente van de la mano de jugársela y de tener una familia que me apoya bastante”.
En 2004, cuando a la delegación chilena le correspondió desfilar en la inauguración de los JJ.OO. de Atenas, Kristel fue designada para llevar la bandera chilena, cuestión que recuerda con mucho orgullo. “Increíble, impagable”, dice.
-¿Cuál es tu meta más próxima?
“El Panamericano que es súper importante para mí porque quiero tratar de revalidar mi tercer lugar ahí, que obtuve el 2003, y poder mejorar la marca sudamericana que tengo; eso es clave”.
-¿Y las Olimpiadas?
“Los Juegos Olímpicos son una gran meta cada cuatro años, no hay forma de que no te llame la atención, pero en ese sentido estoy súper tranquila, voy paso tortuga, paso a paso y me preocupo de estar súper enfocada en lo que viene ahora que son los Panamericanos. Después quedará todo un año para Beijing que para mí es bastante; o sea, puede que sea poco, pero es bastante”.
-¿Cuál es tu proyección como nadadora? ¿Hasta cuando podrás nadar?
“Hasta cuando depende de las ganas, pero físicamente se está viendo que se puede llegar perfectamente hasta los 30, 28 años sin ningún problema. Depende de uno si quiere llegar hasta ahí, porque es mucho tiempo”.
-¿Y después de eso, qué?
“Estoy hablando de una carrera profesional, dedicada cien por ciento, ganando plata y sabiendo que se puede tener una estabilidad económica a futuro. Siendo joven uno se puede dedicar más a esto, pero después me encantaría estudiar. De hecho estoy estudiando (traducción) porque me encantaría ser profe de inglés, porque tengo habilidad, porque sé desde chica el alemán y me encantan los idiomas. Lo estoy haciendo porque me sirve para la cabeza, para no estar cien por ciento en la natación, veo otras personas, estoy en otro ambiente, veo otros temas que es súper importante para que me saque de la rutina.
“Ahora, qué es lo que uno hace cuando se termine la carrera... me tenís que preguntar cuando decida dejar la natación”.
-¿En la natación se gana plata?
“No, no, no, ni como el tenis, ni como el fútbol, ni como el golf (y se ríe), pero, obviamente, sé que estoy abriéndome puertas. Estoy gozando un poco más que antes, pero es mínimo comparado con otros o con lo que podría llamarse estar tranquila a futuro”.
-¿Te sientes responsable por el hecho de ser la mejor nadadora de la historia de Chile?
“Me siento parte de la historia, es un tema que no busco pero va de la mano. Me siento a gusto de ser parte de una cosa que va a quedar”.
-¿Y te pesa?
“No, porque trabajo en eso. Me puede influir en algo positivo, no negativo, es como decir
qué rico, me toca representar ahora a Chile, ser parte de la delegación”.
-¿Te cambia en algo ser más conocida?
“Sí, estoy mucho más expuesta, pero mis amigos, mi familia siguen siendo los mismos. Por ahí, tendré que ser más reservada de algunos temas, pero como no vivo acá, no me doy cuenta si la gente ve tanto las noticias sobre mí o si salgo o no salgo en la tele. Por ahí, puede ser que mi mamá sea la fanática que guarda todos los recortes del diario. Es una mamá chocha (entre risas)”.
Continúa leyendo:
"Es una carrera súper solitaria"
"Tengo olor a cloro, jajajaja"
