La palabra lo dice todo cuando se trata de trabajo y familia, porque grafica de muy buena manera el deseo intrínseco de todo trabajador, sea, madre o padre.
Los tiempos que corren hacen cada vez más necesario conquistar una conciliación entre esos dos mundos que, según los expertos, por ningún motivo deben estar separados. Un trabajador que logra mantener en equilibrio su vida familiar será, y lo confirman los datos empíricos, mucho más productivo, creativo y eficiente.
La Fundación Chile Unido, promotora de una política de conciliación familia-trabajo, a través del ranking “Las mejores empresas para madres y padres que trabajan”, que entrega en conjunto con Revista Ya, decidió dar un paso más en este sentido y publicó el libro “Guía de Buenas Prácticas” en el cual recoge la experiencia alcanzada con esta iniciativa.
La obra es un muy buen compendio de experiencias y recetas a aplicar en las empresas chilenas, donde cada vez más número de personas están dispuestas a ceder algunos beneficios laborales e incluso económicos, por una flexibilización que les permita conciliar su trabajo con la familia.
En el texto, el gerente general de Icare, Manuel Vargas, hace presente que la familia es, según todos los estudios, la fuente principal de la felicidad y por lo tanto, es obvio esperar que si una empresa desea trabajadores eficientes, debe tomar lo anterior en cuenta.
Reconoce, además, que el proceso de adaptación al cual deben someterse las empresas requerirá, probablemente, un esfuerzo importante de parte de ellas para desarrollar políticas y prácticas que faciliten una apropiada atención de los trabajadores a sus familias. “Nos adentrará en la economía de la felicidad”, augura.
A partir de las medidas que las empresas ganadoras del premio “Las mejores...”, Fundación Chile Unido concluye que cuatro parecieran ser los caminos más utilizados para conseguir la tan ansiada conciliación: horario flexible, tele-trabajo, postnatal flexible y jornadas parciales.
A esto se suman políticas dirigidas a directamente a la familia del trabajador, entre las que consideran los club de vacaciones para hijos de empleados, la sala cuna en la empresa, el postnatal masculino y las charlas para padres.
Ahora bien, todo esto consigue poniendo en práctica algunas herramientas que facilitan un cambio cultural al interior de la empresa. En el libro se plantean como necesarias un compromiso de la plana directiva con las políticas pro familia, la capacitación de líderes, la evaluación de desempeño con valoración de la variable calidad de vida y las herramientas de comunicación interna.
La filósofa Carolina Dell’Oro, quien presentó el libro, señala que la empresa debe entenderse hoy como una organización humana, es decir, un conjunto de personas que coordinan sus acciones en pos de un objetivo y desde esa perspectiva es imposible separar el trabajo de la familia.
”Cuando una persona no es considerada en su totalidad, ésta no entrega todo lo que puede dar”, manifiesta y agrega que por eso el desarrollo integral de la persona debe ser un objetivo fundamental de la empresa.