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Belleza en cuotas

Las facilidades de pago para estas intervenciones, que superan el millón de pesos, han hecho de las cirugías estéticas un producto más en el mercado.

27 de Abril de 2007 | 09:36 |
Verduras, frutas, detergente, arroz...

La lista del supermercado puede ser interminable, pero cuesta imaginar que en la cuenta de las compras pueda aparecer ahora, como un producto de consumo más, una... ¡cirugía plástica!

El boom de estas intervenciones, fenómeno que va de la mano con los programas de televisión tipo reality que muestran estas operaciones, se ha visto favorecido -entre otras cosas- por la posibilidad de pagarlas con "plástico", en módicas cuotas.

Poder cancelar de ese modo cirugías cuyo costo supera el millón de pesos ha puesto la búsqueda de la belleza mediante el bisturí al alcance del bolsillo de más chilenos.

"En 32 años que llevo atendiendo en Chile, no tengo dudas de que hoy las cirugías estéticas son un producto más en el mercado", asegura el cirujano plástico doctor José Zarhi, cuya clínica tiene convenio con la tarjeta de una conocida multitienda.

El especialista considera que el aporte de los programas de televisión tipo reality, en los que se muestran cirugías plásticas, ha sido fundamental para su masificación: "La cirugía está llegando a todas las casas, independiente de que concretar una operación no sea tan simple por un tema de costo".
Cirugía cada vez menos invasiva
Bajo este concepto, el cirujano plástico Harold Bayo está aplicando en Chile una técnica que innova en la colocación de implantes mamarios. Este nuevo procedimiento es "menos traumático, más seguro, más rápido, menos doloroso y más barato que el sistema tradicional", señala el especialista. Para ello utiliza equipos similares a los usados para las tradicionales endoscopías gástricas, traídos desde Brasil.
La intervención se hace mediante una incisión de unos 3 centímetros que se realiza en los pliegues de la axila, quedando
los puntos intradérmicos perfectamente disimulados. Se efectúa con anestesia regional y sedación, evitándose así las complicaciones que eventualmente puede traer la anestesia general. El implante se puede introducir de dos maneras y en ambos casos se deposita por detrás de la glándula mamaria.
La primera es de manera digital. Es decir, el cirujano -mediante un catéter- guía directamente el implante hasta su ubicación final.
La otra forma es que, por medio de un instrumento especial, se reduce la prótesis a su "mínima expresión" y se conduce
por una cánula que acomoda el implante.
Los costos de esta operación varían entre $1 millón y $3 millones.
El doctor Bayo cuenta que ya comenzó a aplicar la misma técnica en cirugías de lifting facial.

La tentación no sólo alcanza a las mujeres. Los hombres no se han quedado atrás. Lo que más piden son lipoesculturas y reducciones mamarias.


Facilidades de pago

María Isabel Hamame (53) necesitaba operarse con urgencia. Una desviación en el tabique nasal le ocasionó una parálisis facial e intensos dolores de oído y de cabeza: "Estuve a punto de suicidarme por este problema", recuerda.

Estaba resignada a que no podría intervenirse, básicamente por un tema económico. Sin embargo un día, al recibir la cuenta de su tarjeta comercial, descubrió el convenio que existía para cancelar cirugías plásticas en cuotas. "Yo no podía pagar, ni siquiera con la tarjeta. Eran más de dos millones de pesos y mi cupo no me daba para eso". Finalmente consiguió facilidades en la clínica estética donde se operó y pagó en 30 cuotas. "Se me arregló la vida", señala María Isabel, quien ya no sufre ninguna de las molestias que le ocasionaba su problema nasal.

Una de las tarjetas que tiene este tipo de programas es Presto, de la cadena de supermercados Lider. Actualmente tiene convenios de salud con 150 clínicas a nivel nacional, incluyendo las que realizan cirugías plásticas. "A medida que ampliamos los convenios, los mismos establecimientos nos sugieren abrirnos a la cirugía estética. Los costos son altos y es raro que la gente pague en pocas cuotas. Ahí está nuestra rentabilidad", explica Verónica Ibáñez, Segment Manager de Comercios Asociados de Tarjeta Presto. Agrega que "la persona que sabe usar bien la tarjeta descubre que también ahorra, pues una compra alta le da, además, muchos puntos para descuentos".


Demanda se quintuplicó en 20 años

"En los últimos 20 años, el aumento de las cirugías plásticas ha sido cercano a cinco veces", señala el presidente de la Sociedad Chilena de Cirugía Plástica y Estética, doctor Eduardo Villalón.

Y también ha aumentado la facilidad con que se realizan estos procedimientos.
Hay varias intervenciones que se realizan de modo ambulatorio, como es el caso de algunos tipos de lipoaspiración y rinoplastías, además de lo más común que es el relleno de arrugas con inyecciones.

La gerenta de la Compañía Dermoestética, Patricia Arias, confirma esta tendencia: "Los procedimientos han tomado características menos invasivas. Te puedes hacer un procedimiento con anestesia local hoy, y mañana estás en buenas condiciones para tus tareas habituales".

El fantasma que siempre ronda es que, detrás de tanta oferta, pueden esconderse profesionales de dudosa formación, que realizan procedimientos con poco cuidado.

El caso más dramático es el de Jéssica Osorio, que murió, tras varios días de agonía, a consecuencia de la abdominoplastía que le realizó en su consulta el médico ecuatoriano Galo Andrade. El doctor fue condenado por esto a tres años y un día, bajo el régimen de libertad vigilada.

El doctor Villalón advierte que "hay gente que se ha formado quién sabe cómo y no tenemos de qué manera fiscalizarlos. En Chile no existe la ley de especialidades en el cuerpo médico y cualquiera se puede autodenominar especialista".

Por eso, señala, es muy importante estar informado: "El público se ha ido preparando más, la gente está más culta, se mete a internet, sabe cómo se debe formar un cirujano y exige más".



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