Le resulta curioso que mucha gente asocia sus inicios en televisión a "SQP", pero reflexiona que se debe a que la marca de ese espacio es muy fuerte y que, con sólo aparecer como invitado un par de veces, quedó marcado para siempre en la retina del público. Aún así, el origen de su carrera televisiva está en el espacio que tenía en ese programa con Avello.
Hoy está en otra, ya de vacaciones de la pega de malo, después de siete meses ininterrumpidos de ser jurado en Canal 13. Está agotado, porque el proceso ha sido muy intenso; además, porque el aparentemente descorazonado señor Naranjo tiene corazoncito e igual le da pena haber tenido que seleccionar entre "cabros tremendamente talentosos" para el ganador de "Fama".
-¡Se emociona el implacable jurado!
"Sí, hay un par de programas de los que salí muy conmovido. Uno igual se siente, no te voy a decir mal, porque uno hace su trabajo, pero igual duele, porque igual sabes que de algún modo estás limitando la carrera de un chico talentoso que, de seguir un par de semanas, podría agarrar más vuelo. Pero, bueno, igual es bueno para ellos pasar por la tele, se les abren oportunidades que antes no tenían".
Asegura que es más fácil ser jurado de un programa como "Locos por el Baile", donde nadie se está jugando una oportunidad, son todos rostros conocidos compitiendo y lo peor que puede pasar es pelearse con alguno.
-Bueno tú te peleaste con casi todos.
(Se ríe a carcajadas) "Mmm, sí, parece que herí un par de susceptibilidades. Pero era divertido, porque al programa le iba mejor cuantas más peleas había; además eran todos personajes entrenados en las lides televisivas".
René Naranjo ha sufrido un vuelco en su vida: aunque asegura mantener su timidez, se ha abierto a nuevas sensaciones y a conectarse consigo mismo. Además del yoga y la acupuntura, cuenta que el baile también ha sido fundamental en el cambio. "He estado trabajando en conectarme con el cuerpo y es bien interesante, uno va descubriendo cosas nuevas y sentir –cómo decirlo-, que yo mismo me he privado muchas veces de sentir por miedos, por temores tontos, por vergüenza, por pudores absurdos que vienen de la adolescencia, del colegio de repente".
- Y después también, si antes eras considerado un intelectual ligado a los medios opositores a Pinochet.
"Por supuesto, lógico... además, crítico de cine: una vida muy cerebral".
-Incluso ya fuiste criticado cuando aceptaste ser editor de espectáculos de LUN.
"Claro, eso fue porque había ahí un grupo muy capaz de amigos míos, de mi generación que me invitan a trabajar en Las Últimas Noticias que se estaba reinventando. Pero fijaté que la farándula tiene esa cuestión divertida, que a mí me gusta, de que es expresiva".
-¿Cómo?
"Hay algo novedoso dentro de la farándula y es que uno ya no es periodista no más, sino se convierte también en actor, en entretenedor".
-¡Es raro!, si eras súper tímido.
"Sigo siendo tímido, pero en la televisión uno tiene que hacer un show; yo creo que hago periodismo de entretención ya a estas alturas, se inventó un nuevo tipo de periodismo. Es decir, cuentas la noticia, pero tienes que hacerla entretenida, con humor -¿viste que ahora me pusieron una rana que me parodia, que es como mi otro yo?-; entonces, tengo que jugar con ella, interactuar con los animadores, echar la talla... esto está muy lejos del periodismo clásico televisivo".
-¿Hablar de la farándula es periodismo?
"La farándula le ha ido agregando al periodismo un aspecto súper de show".
-¿Toda la farándula te parece aceptable, divertida?
"No, no, no, no. A mí no me gustan los ensañamientos, las amenazas, las extorsiones televisivas; tampoco andar hurgueteando en la intimidad de la gente. Lo que pasa es que hay una farándula que es derechamente conventilleo. Si se acusa a alguien de mariquita o que a ésta la pillaron con dos gallos, ¡eso es conventilleo, no es periodismo! ni siquiera merece mención, porque que salgas en la tele no significa que toda tu vida sea pública, tienes derecho a la intimidad".
-Pero hay gente que profita de ventilar su vida privada.
"Bueno, los que venden su intimidad –Marlén Olivarí con Dueñas-, allá ellos. Pero esos shows mediáticos, finalmente, el público los castiga. O sea, Pamela Díaz no es hoy la figura que fue el año pasado y Marlén no se va a recuperar fácilmente de todo esto".
-¿Qué tiene que recuperar? ¿Realmente te parece una showoman?
"No, no, showoman no, pero claramente llegó a ser un personaje súper importante en la tele, llegó a encarnar el deseo erótico y sexual de los chilenos".
-A mucha gente, entre ella a muchos periodistas, les parece curioso que personas que consideraba "cultas e informadas" hayan derivado a este tipo de periodismo, ¿Nunca te lo cuestionaste?
"No, porque, como te digo, el conventilleo nunca me ha gustado y nunca me gustará. No me gusta que se diga algo de alguien sin pruebas, ahora si hay un video, una grabación, es otra cosa. Por ejemplo es distinto decir Marlén tiene un nuevo amor, porque es conventilleo, que mostrar un video o fotos, porque sería interesante saber si ella está reconstruyendo su vida. Sólo lanzar el comentario es copucha, cuento de vieja, ¡eso no es periodismo!"
-¿Interesante?
"Bueno... te quiero decir que lanzar el cahuín es opinología, pura y dura; en cambio, a mí sí me gusta cuando los temas tienen un perfil periodístico, porque, además, son temas que interesan mucho a la gente. Los temas de crónica, de economía -salvo excepciones como el TranSantiago que toca directamente la vida de la gente o el abuso sexual, que son muy oscuros y que a la gente le llegan- no son de interés general. Estos otros son temas de conversación, para comentar en la sobremesa, en los cumpleaños, cuando se reúne la familia y no tiene mucho que hablar, estos temas, como la Kenita Larraín, generan un puente, un diálogo”.
-Bien pobres los temas de sobremesa, antes eran harto más profundos.
“Es evidente que la sociedad ha cambiado. Por otro lado, hay un tema con la evasión que es importante y no encuentro malo que sea así. Si piensas que la ONU está diciendo que el planeta se puede acabar en cien años, es sano evadirse.
“Lo que a mí me molesta es el conventillar. Ahora, sí creo que falta una medida más adulta, por ejemplo en el tema de la droga, ¿por qué no sale un famoso y dice sí, yo tuve problemas con la droga?, como pasa en todos los países del mundo de Argentina para allá. Eso falta, hablar maduramente...sí, yo soy homosexual y he sufrido mucho por esto o no sé qué. La farándula es una buena oportunidad para hablar temas que afectan socialmente de forma madura, pero nuestros personajes famosos no están preparados para eso, no son capaces de sincerarse”.
-¿Tú estarías dispuesto a exponer tus temas personales?
“Hay algunos temas...no, es que yo no soy ningún famoso; me ha costado mucho asumir esto de no ser anónimo; que la gente te reconozca es re difícil de asumir y más difícil de explicar. Es que la libertad se restringe. Ese es el punto, ¿cómo manejar eso?”
-¿Qué has hecho para superarlo?
“Acupuntura, yoga, terapia; cuestiones que son fuertes”.
