Simpático y divertido, parece algo tímido, pero habla sin parar. Es la cara de cabro chico, tal vez, y los pocos años que representa lo que hace que no parezca extraño que salte de una actividad en otra, que haya sido payaso, Dj, actor y muchas cosas más.
Después de participar en la primera telenovela de Mega, "Montecristo", hoy graba a full la versión chilena de "Tres son multitud", también para ese canal. El reparto incluye actores de la talla de Gloria Münchmeyer y Julio Jung; José será el protagonista masculino junto a Carolina Varleta y la debutante Javiera Acevedo.
-¿Cómo llegaste a la actuación?
"En realidad siempre quise estudiar teatro, pero cuando mi familia se fue a vivir a Alemania cuando yo era chico; decidí quedarme a vivir aquí y, aunque había pensado irme a París a estudiar actuación, no sé por qué, por cosas de la vida entré a publicidad".
-¿Qué edad tenías?
"Dieciséis cuando se fueron, estaba en segundo medio".
-¿Terminaste publicidad?
"Estuve tres años en publicidad y en los viajes a Alemania conocí los elementos para el malabarismo- de puro aburrido- y me traje un diábolo pa' Chile. Justo me coordiné con el Nico Allende del 'Teatro del Silencio', que era amigo de mi hermano, y con otras cinco personas empezamos con esto del malabarismo en el Parque Forestal".
-Pero luego lo convertiste en negocio.
"Sí, es que yo siempre he tenido esta veta como de negociante (se ríe). Así que empecé a traer productos de Alemania; todos los necesarios y puse la primera tienda de circo.
"El fenómeno empezó a crecer y ya éramos como cien personas en el Parque; después vinieron las convenciones y todo eso. Nosotros formamos un grupo y hacíamos shows de payasos".
-¿Siempre has tenido esta veta artística?
"Sí, desde chico... hacía imitaciones y en el colegio también, miles de cosas distintas".
-O sea, el negocio fue una prolongación de tus gustos.
"Sí, poh, se transformó en un negocio, en algo más formal. Cuando ya tenía dos tiendas y una escuela, dije... ¡filo con la publicidad!, dejé la carrera y me dediqué a payaso, que era lo que quería ser yo. Era una utopía en el fondo, pero era bien bonita, porque nos estaba funcionando; llegamos a tener tres tiendas y una escuela gigante, íbamos a convenciones, hacíamos giras..."
-¿Eras completamente autodidacta como payaso?
"Sí, absolutamente. Después quise hacerlo más profesional, porque varios amigos míos del Parque Forestal estudiaban en 'La Mancha' y se veía una diferencia. La escuela te daba estructuras y métodos para trabajar las rutinas, así que también me metí a estudiar ahí. Eso fue lo que hice de teatro, más lo que he estudiado solo, porque siempre he estado interesado en lo que es el varieté".
Habla muy rápido y, a ratos, se pierde en las ideas; es como si las palabras no le alcanzaran para decir todo lo que tiene en su cabeza o como si estuviera conversando, pero al mismo tiempo pensando en otra cosa. A momentos, se detiene y vuelve atrás. Su hiperkinesis no es física, no se mueve ni cambia de posición; es netamente intelectual, está siempre con la "cabeza en movimiento".
Por eso, vuelve sobre el varieté: "Me encanta, siempre me interesaron los shows de varieté, los shows raros, de los años 20 y yo, como soy medio busquilla, empecé a buscar información sobre los grandes de esa época".
-Pero dejaste de ser payaso, ¿por qué?
"Me fue quedando un poco corto y empecé a estudiar música. Ya manejaba todo lo que era malabarismo y me empezó a dar lata. Me metí en la música y en shows de varieté de otro tipo.
"Investigué mucho tiempo, también, efectos especiales e instrumentos raros. Te digo, me empecé a aburrir y me salí de payaso, en el momento justo".
-¿Eso fue cuando te uniste al Cuti Aste?
"Sí, nos juntamos para hacer música y humor... ¡unos shows raros! Nos presentábamos en la playa, en las calles y me salí de todo lo que tenía que ver con los payasos... las tiendas, la escuela, todo".
De ese tiempo es también su participación como DJ en el programa "Día a día" de TVN. José Martínez cuenta que se había dedicado casi obsesivamente a estudiar a un payaso muy famoso –Grog- y, gracias a eso, había aprendido a hacer muchas cosas, lo que le ayudó en el espacio.
Pero su dedicación no era exclusiva: las dos horas en la tele le daban la plata que necesitaba para seguir estudiando distintas cosas, como piano, por ejemplo.
-¿Seguías con los shows en vivo?
"Claro, con el Cute hacíamos shows que le encantaban al 'Red set' y a los políticos... ¡hacíamos unas cosas bien divertidas!
"También empezamos a quedar cortos y quisimos hacer algo más cercano al varieté todavía, ahí fue cuando incluimos a la Claudia Celedón, que justo la conocí en ese tiempo".
Se juntaron los tres y formaron "Los hermanos Martínez". Llevan siete años juntos, han montado cuatro obras y tienen hecho un piloto para una serie de televisión que "supuestamente se va a grabar este año".
Partieron con "Los hermanos Martínez", luego vino "Grito y plata"; más tarde, "No sabemos qué hacer con la plata" y después, "Antología". Mientras recuerda sus obras, se mata de la risa, no sólo recordándolas, sino también con sus nombres.
-También hiciste cosas solo.
"Sí, es que era amigo de uno de los dueños del Teatro La Trova, que me daba espacio para hacer mis shows raros allá. Siempre me ha gustado el absurdo, la poesía, Andy Kaufmann. Bueno, no siempre, de chico imitaba a Rafael y hacía otras cosas, pero sí siempre me ha gustado la talla, el desorden... en el colegio siempre fui el chistosito".
De esta época solo, datan "The Manuel Gutiérrez's show" (que duró dos funciones) y "Frank y Stein". "Eran pa' poco público, bien underground. Después ya nos juntamos los tres y nos empezó a ir bien, así que empezamos a hacer giras por bares y después nos fuimos al Teatro del Puente. También viajamos por todo Chile con giras del Fondart", cuenta. La última obra, "Antología", la montaron en el Teatro Mori.
"Ahí como que nos subieron los bonos, el grupo se empezó a hacer conocido, siempre nos criticaron bien; fue una experiencia bien bonita. Igual fue un grupo bien especial, porque apuntamos a un nicho que estaba botado. Siento que hay otros que han seguido un poco nuestra línea", reflexiona entre más risas.
-¿Cuál es ese nicho?
"La gente a la que le gusta el humor absurdo; a harto pituco le gusta y le entretiene, así que nos ha ido harto bien. Ahora hicimos un piloto con Cine Cien y está bien bonito, así que ojalá resulte; son diez capítulos".
-¿Contento?
"Sí, poh. Es donde más he aprendido, yo creo, si trabajo con la Claudia Celedón, con Ramón Llao –que lo incluimos en 'No sabemos qué hacer con la plata'-, que son grandes actores. Tuve mucha suerte, encontré a las personas correctas para poder seguir mi carrera bien".
Pero no sólo se ha dedicado al teatro; también fue quien preparaba e inventaba las pruebas en "Si se la puede, gana", de Canal 13. "Tenía el garaje de mi casa lleno de mis juguetes, mis platos, mis copas y mis tonteras. Me pasaba todo el día en eso, inventando leseras".
-¿Cómo se te ocurrían?
"Siempre investigo mucho, tengo muchos libros y como me la paso viajando a Alemania, traigo muchos más. Tengo mucha información secreta, mía, que no se la doy a nadie, jajaja".
-¡Qué egoísta!
"Absolutamente. En un momento le hice clases a los cabros, de clown y de repente me di cuenta que les estaba entregando mucha información, así que dije
¡no hago nunca más clases".
-También estuviste en "Noche de Juegos" de TVN.
"Sí, esa era una weá con patas, pero había que hacerlo, porque me pagaban bien. Igual era choro, porque viví varios años trabajando poco, viviendo bien y estudiando mucho. Fue una etapa bonita".
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